Junio 18 de 1848: Las tropas del gobierno atacan la fortificación del cerro del Cuarto, además de San Miguel, en el estado de Guanajuato, así como el cerro Tajado y Gritería. El padre Jarauta es apresado y fusilado; el ex presidente conservador y ex gobernador de Jalisco, Mariano Paredes, huye.
Al día siguiente, el ejército del ex presidente Bustamante, viejo enemigo de Paredes –quien lo había derrocado de la presidencia junto con Santa Anna en 1841-, toma la ciudad de Guanajuato. Este movimiento o alzada nace el 1º de junio anterior, cuando en Lagos de Moreno, Jalisco, Mariano Paredes y el sacerdote Celedonio Domeco de Jarauta, se pronuncian por la continuación de la guerra contra Estados Unidos, pues la firma del tratado Guadalupe Hidalgo, el 2 de febrero de 1848 era una rendición incondicional a ese país y no estaban de acuerdo con él.
Sin embargo, dos días después (junio 3 de 1848), el general José de Joaquín Herrera asume la presidencia de México y al concluir la retirada de las tropas invasoras norteamericanas, reinstala el 12 de junio el gobierno de la ciudad de México. Y en consecuencia, marchan a Guanajuato los generales José Vicente Miñón y Anastacio Bustamante a sofocar el levantamiento de Paredes.
Podemos concluir que México no fue derrotado por Estados Unidos, la derrota de nuestro país fue realizada por los propios mexicanos que estábamos divididos y peleados todos contra todos. Mientras sufríamos la invasión, los generales mexicanos, divididos, peleaban el poder de lo que quedaba de nuestra sufrida nación. Si no entendemos esas lecciones, merecemos los males que nos aquejan hoy y los futuros que podrían ser mucho peores.