07/Sep/2024
Editoriales

El Triángulo sin Bermudas

Estimado lector, perdone que peque de sabio el día de hoy, pero usted sabe usted qué es un Triángulo?  Yo sí sé. Y probablemente piense que me refiero a las  formas geométricas elementales que tradicionalmente se han considerado formas sagradas. Los maestros constructores los utilizaban desde hace 7.000 años para ubicar los elementos arquitectónicos y construir muros, bóvedas o estructuras. Sin embargo a ello no me referiré hoy. Tampoco suponga usted de una isla  vacacional  al transitar por el temido Triángulo de las Bermudas  donde diversas crónicas de los dos últimos siglos nos cuentan de numerosos barcos y aviones que han desaparecido sin dejar rastro alguno  en el triángulo geométrico imaginario.

 Permítame hablar de otro Triángulo. Me refiero al del dinero que pertenece al Gobierno de Nuevo León, y no me refiero a bitcoins.  Sino a cientos de millones de pesos cuyo destino malamente se han depositado a las cuentas bancarias del despacho de abogados del Gobernador Samuel, de su papá y de su medio hermano.

 Algunos líderes de opinión en el estado han señalado que es una burda estafa, pero el gober se ha defendido alegando que son adeudos de años atrás. Aunque ultimadamente no le gusta hablar del tema. Sin embargo a gran parte de la sociedad  empieza a incomodarle y provocarle harto enojo ya que las triangulaciones son uno de los fraudes más evidentes que los diferentes medios masivos de comunicación han ventilado ya que simplemente es un timo a la vista del ciudadano. Por lo que creemos que no faltara el día en que la voz de la ciudadanía se manifieste en calles y avenidas del terruño pidiendo la renuncia del astuto y perverso gobernador quien se la ha ingeniado para trasladarse los recursos del Gobierno del Estado, del cual de una u otra manera muchos ciudadanos  contribuyen al pago de sus impuestos.

  Por lo pronto: déjeme comentarle que existen varios triángulos más. Entre ellos, destaca para esta ocasión el triángulo del fraude o si gusta llamarle “del Samuel”, se originó a partir de la hipótesis del sociólogo y criminólogo estadounidense  Donald Cressey, El triángulo del fraude es un modelo para explicar los factores que hacen que una persona llegue a cometer fraude. Consta de tres componentes que, juntos, llevan a un comportamiento fraudulento.  Uno sería:- La Percepción de la necesidad económica, situación no compartible con otros. El siguiente: la Oportunidad percibida. Y por último:- la  Racionalización. Donde las racionalizaciones que normalmente hace una persona que comete un fraude son: “Sólo estoy tomando prestado el dinero”, “Me lo deben porque me lo merezco”, “Es porque mi familia lo necesita”, “No me pagan lo suficiente para el trabajo que hago. Así que usted haga su propio análisis y decida en cuál triángulo cree que andan en Palacio de Cantera. Lo invito a  seguirnos leyendo la próxima semana. 

 

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