24/Apr/2024
Editoriales

La traición que se dio en el Valle del Huajuco

Consumada la traición el día de ayer por  la alcaldesa de Allende, N.L. La ex priista. Eva Patricia Salazar Marroquín. Se apresta ahora a jurar y hacer jurar, los estatutos del partido político Movimiento Ciudadano. En una jugada no prevista y de amplia decepción para la clase política priista. Y de intensa incredulidad  ciudadana, ya que fue el Partido Revolucionario Institucional, quien primeramente la rescató de la mediocridad para tiempo después, premiarla con importantes posiciones de partido o públicas que finalmente la  encumbraron en lo que hoy representa.

 La incrédula alcaldesa, se dejó llevar por el canto de las sirenas. Ese canto que con perversas intenciones endulza e hipnotiza, patrocinado por un líder de la vieja política como lo es Marco González, ex diputado priista y por el  novel gobernador Samuel Alejandro García, quienes libran una lucha frente a frente sin cuartel, contra las fuerzas tricolores y albiazules, por lo que se han anotado como los autores de la avanzada acción electoral en ese importante municipio apicultor. Con ello, la alcaldesa  desleal,  recibirá como  premio de consolación una candidatura a diputada federal o local. Y así según dicen. Seguir brillando en el entorno político nacional para después aspirar  a la gubernatura del estado.

 Ante ello, recordemos que hay de traiciones a traiciones. Por ejemplo, durante el periodo del imperio romano,  la traición era uno de los delitos que merecían un castigo severo. La traidora o traidor, recibía pena de muerte quien entregara a un romano al enemigo, así como quien prestase falso testimonio contra otro romano, aunque en este caso la ejecución (lanzamiento) se realizaba despeñándolo desde la roca Tarpeya, cuya  vista era al  foro romano. 

 Según una antigua  leyenda, cuando Tito Tacio, atacó Roma tras el rapto de las Sabinas, la virgen vestal Tarpeya, hija de Espurio Tarpeyo, que era gobernador de la ciudadela de la colina Capitolina, traicionó a los romanos abriendo las puertas de la muralla. El motivo de la traición fue bastante vulgar: obtener lo que los sabinos «traían en sus brazos». Tarpeya poco se esperaba que, en lugar de brazaletes de oro, obtuviera golpes de sus escudos y que fuera arrojada al vacío desde la roca que aún hoy lleva su nombre.

  Por lo pronto: aunque no se le desea nada malo a la alcaldesa Eva Patricia, y mucho menos el ser arrojada desde la  piedra Tarpeya, se asegura que lo único que provocó con su perversa acción, es unir fuertemente a los priistas y sus aliados, en su contra. Quienes no  se quedarán cruzados de brazos, ya que convocarán con más razón a la unidad que quizás no estaba en su mejor momento en el también municipio del transporte de carga. Por otra parte vendrá una renovación de cuadros políticos, expulsando de ese partido a todo lo que  huela a la alcaldesa colmilluda del Huajuco. Aseguran que haciendo cuentas del electorado allendense. El PRI y PAN,  llevan las de ganar. Al contar con un voto duro que sabrá diferenciar que aquel que traicione una vez lo volverá a hacer. Por lo que la acción de su nefasta traición  no será de reconocimiento público sino al contrario, ya que perdió el respeto de sus simpatizantes. Por lo que la  alcaldesa  en una mala jugada política, cayó de su alto  pedestal. Para no subir más. Al ser éticamente y moralmente sujeta a que nunca voten por ella nuevamente.

 

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