10/May/2024
Editoriales

Muchos norteamericanos votaron en Monterrey

Votar cuando uno se encuentra fuera de su país es difícil, y más si las elecciones son tan complicadas como las norteamericanas que, además de indirectas, se contabilizan en la entidad donde se tiene el registro del padrón. El resultado de las elecciones presidenciales en Estados Unidos se sabrá a ciencia cierta hasta que se agote todo el intricado proceso democrático indirecto, más ahora que la Pandemia impidió a muchos electores asistir a las urnas, por lo que votaron por correo cerca de once millones de norteamericanos. 

Por la vecindad e intereses norteamericanos en México, quienes se encuentran en nuestro país votaron en los edificios consulares. Vale recordar que históricamente ambas naciones peleaban por sus límites territoriales y salidas al mar Atlántico, pues el estrecho entre Florida y Cuba lo dominaban los estadounidenses y entre Cuba y Yucatán los mexicanos. 

Esto impedía tener embajador, y se acostumbraba nombrar plenipotenciarios, es decir, super embajadores que expedían desde un pasaporte hasta una protesta diplomática. El ministro plenipotenciario más famoso de México en Estados Unidos fue Matías Romero y por el lado contrario, Joel Roberts Poinsett. 

Huelga decir que el tema de sus linderos representaba para los vecinos del norte la posibilidad de crecer territorialmente, y esa ambición los llevó a arrrebatarle a México más de la mitad del territorio nacional. 

Pero el tiempo cura las heridas, y las relaciones entrambas naciones fueron mejorando y ya para tiempos de Sebastián Lerdo de Tejada (1872-1876) y Ulysses S. Grant (1869-1877) se establecieron embajadas en Ciudad de México, y Washington. 

Porfirio Díaz incrementó las visitas recíprocas de negocios y turísticas, requiriéndose además de las embajadas, oficinas consulares. En Monterrey se instaló una el 6 de febrero de 1892, dependiente el Cónsul General de Nuevo Laredo.  

Pero la importancia de Monterrey y su conectividad con La Laguna, Saltillo, y la Región Carbonífera de Coahuila, hicieron que el 1° de febrero de 1898, el Departamento de Estado autorizara el traslado del  Consulado General a Monterrey, y la oficina de Nuevo Laredo fue convertida en Consulado. 

El Consulado General de Estados Unidos en Monterrey ha tenido una docena de direcciones, en casas privadas, una tienda de abarrotes cerca de la plaza Hidalgo, en edificios de oficinas, y de 1969 hasta el 2014 en el edificio de Avenida Constitución. 

Hasta que desde hace seis años se ubica en su nueva y amplia sede en Santa Catarina. 

En cuanto al acto de votación de ciudadanos norteamericanos en las elecciones de Estados Unidos desde Monterrey, se dio inicio después de la Revolución Mexicana, cuando existió un sistema telegráfico funcional y seguro. La primera vez fue en la elección de 1824 entre Calvin Coolidge y John W. Davis, que ganó Coolidge. 

El proceso electoral era -y es- complejo y tardado:  

1.- El límite para inscribirse era 45 días antes de la elección;  

2.- El elector se presentaba en el Consulado con su identificación o pasaporte; 

3.- 45 días antes de la elección, el Consulado enviaba un telegrama con las solicitudes de los ciudadanos a la Secretaría del Estado en donde debían votar. 

4.- Cada Estado regresaba por telégrafo la lista de ciudadanos con derecho a voto. 

5.- Los ciudadanos autorizados votaban en el Consulado, y 

6.- El consulado enviaba el voto a los estados correspondientes. 

Nunca se ha interrumpido este proceso, y en los años cincuenta se agregó la opción de votar por correo, cuando la aviación cubrió casi todo el territorio norteamericano. En los años ochenta se incluyó el Fax y últimamente se puede votar además por correo electrónico. 

No es fácil saber cuántos electores votan en Monterrey, pues cada voto se envía a los estados y estos reportan los que reciben de todo el mundo. 

Es curioso que un país que se considera líder mundial, esté tan atrasado en su sistema electoral, pues no tiene nada qué hacer frente a uno como México, por ejemplo, con un sistema electoral directo en el que se puede saber el resultado del cómputo final unas horas después de acabado el proceso. 

Ciertamente, en la democracia hay votos que cuentan y votos que pesan. Creo que los sufragios de algunos norteamericanos en Monterrey, son de los votos que pe$an.

Fuentes 

https://mx.usembassy.gov/ 

El Sistema Político de los Estados Unidos , Marie-France Toinet, Fondo de Cultura Económica 1994. México D.F.