07/Jul/2024
Editoriales

¿Qué crees que pasó?

Julio 4 de 1803: Se abren en Monterrey dos escuelas primarias, una para niños y otra para niñas, que se consideran las primeras en la Ciudad porque ya tenían programas de estudios y libros. Ambas estaban ubicadas frente a la Plaza de Armas, hoy Plaza Zaragoza. Este importante obra fue gracias al Cuarto obispo de Monterrey, don Primo Feliciano Martín de Porras, quien dispuso lo necesario para que pudieran abrir en esta fecha. La escuela de niños quedó a cargo de Don Pedro Crisólogo de Melo, mientras que la escuela de niñas quedó bajo la dedicación de Doña Josefa de Melo, hermana de Don Pedro. 

Estas dos escuelas no cobraban nada a los estudiantes, y adicionalmente, a los niños que eran realmente pobres, se les proporcionaban libros y materiales académicos requeridos. 

Sin embargo, desde 1602 en el pequeño convento de San Andrés se había instalado una escuela que educaba tanto a indígenas como a hijos de colonizadores. Después de la gran inundación en 1612 se reubicó el Convento de San Andrés a las actuales calles de Ocampo y Zaragoza en donde se abrió también la misma escuela para niños de todas las clases sociales, aunque continuaban educando sin programas académicos distribuyendo a los niños por edades y enseñándoles a los varones artes agrícolas y ganaderas, mientras a las niñas aplicaciones del textil.

Luego en la capilla La Purísima se intentó establecer escuelas sostenidas por el ayuntamiento, pero la falta de recursos impedía que hubiera maestros laicos, hasta que en 1780 el Cabildo de la Ciudad se declaró abiertamente incapaz de costear la educación.

En 1787 hubo otra escuela auspiciada por el obispo Rafael Verger, exclusiva de niñas en el edificio del actual Museo estatal de Culturas Populares pero al morir Verger cerró sus puertas.   

Fuentes: Lic. Santiago Roel, pág 103; Leopoldo Espinosa Benavides pag. 52