10/May/2024
Editoriales

Hay de Cataratas a cataratas

Las cataratas son cascadas o caídas de agua que iluminan nuestra visión e inflaman el espíritu con una belleza que sólo la naturaleza puede ofrecer.

Las más hermosas del planeta son las de Iguazú (entre Argentina y Brasil), del Niágara (entre Estados Unidos y Canadá), las Victoria (entre Zimbaue y Zambia), y la Cola de Caballo en nuestra tierra. Confieso que cabe la posibilidad de que en la última me gane el engreimiento neolonés, pero en realidad también es hermosa.

Conozco las Victoria sólo por referencias fotográficas y videos que circulan en la red; espero visitarlas algún día, pero es evidente su majestuosidad. 

Las cataratas que conozco muy bien son las propias, las ópticas que se forman con la edad, y aportan, al contrario de las cataratas mencionadas, opacidad al cristalino normal del ojo, mermando capacidad y claridad a la visión. 

La ciencia moderna aporta grandes cosas a la solución de este problema y en mi caso tengo la fortuna de que una de mis hijas, Lupita, es una gran oftalmóloga y me extirpó una catarata, la del ojo derecho, y pronto hará lo mismo con la otra ubicada en el izquierdo.

En el ínterin me divierto apreciando la diferencia en la visión del ojo derecho respecto al izquierdo, pues la iluminación es diametralmente desigual.

Si en estos días usted me ve cerrando un ojo, no piense mal, me estoy divirtiendo con el contraste en la luminiscencia de mis ojos.

Este problema de cataratas tiene, obviamente, desventajas para quienes las padecen, pero existe históricamente una aportación al arte que toda la humanidad disfruta.

El gran pintor francés Claude Monet (1840-1926), figura clave del movimiento impresionista, sufría de cataratas en ambos ojos y nunca dejó que se las operaran.

Monet generalmente sufría de restricciones económicas hasta que un día se sacó la lotería francesa y, con los cien mil francos que le pagaron, en vez de operarse de los ojos, realizó un viaje por la campiña francesa en donde pintó muchos de sus cuadros con colores más intensos debido a que las mencionadas cataratas disminuían su apreciación de los colores.

Con este nuevo estilo de embarrar pintura más colorida en sus lienzos, Monet inauguró el movimiento pictórico impresionista que ahora muchos disfrutamos.

La contradicción en el significado del término ‘catarata’ que puede ser natural u óptica, da la razón a Baruch Spinoza quien dijo: ‘Una misma cosa puede ser al mismo tiempo buena, mala, e indiferente. La música es buena para la melancolía, mala para lo que están de luto, y ni buena ni mala para el sordo’