
Para los españoles de espíritu aventurero de los siglos XVI y XVII, venir a hacer fortuna en la Nueva España era un sueño dorado.
Había que correr riesgos y soportar molestias, pues el viaje de Europa a América no era cómodo ni seguro, por eso quienes lo hacían eran solo personas de carácter.
Una de las prerrogativas que disfrutaban los europeos que se quedaban en casa, era conservar inalterables sus privilegios y los de sus descendientes, pues mudarse a Nueva España significaba condenar a su estirpe a perder algunos derechos.
El español peninsular tenía en la América Española pleno derecho optimo iure, con capacidad para obtener todos los empleos y gozar de todos los privilegios.
Pero sus hijos nacidos en Nueva España serían criollos, personas limitadas para empleos superiores y sin privilegios, sólo con oportunidades.
Este es el caso de Alonso de León (padre) un criollo nacido el 30 de agosto de 1608 en Ciudad de México, por ser hijo de los peninsulares Lorenzo Pérez y Adriana de León.
Ello implicaba que el criollo Alonso de León padre, podría prosperar sólo si acumulaba sus propios méritos, como lo hizo según la “hoja de servicios” que él mismo presentó al rey, con aprobación del virrey en febrero 13 de 1655, señalando que era:
“uno de los primeros pobladores de la villa de Cadereyta y de más de haber asistido a la fábrica della por vuestra orden sirvió en todos los oficios de república (de las cosas publicas del presidio) y lo hizo de soldado en la compañía del capitán Bernardo García de Sepúlveda y en el oficio de justicia mayor y capitán a guerra en dicha villa catorce años contínuos, en cuyo tiempo hizo treinta y cinco jornadas a pacificaciones de indios rebelados y a nuevos descubrimientos como son a la provincia de la Huasteca, la costa del río de Palmas y camino de la Florida hasta el río Turbio todo a su costa y descubrió la Salina de San Lorenzo muy cuantiosa y ha velado con cuatro hijos que ya toman armas la villa y defendídola cuando los indios alzados la embistieron”
El rey Felipe IV -El rey Planeta-, ordenó al virrey Francisco Fernández de la Cueva y Enríquez de Cabrera (1853-1860)que:
“a sus hijos (de Alonso de León) se les honre y premie los dichos servicios en los cargos y puestos correspondientes a ello y habiéndose visto por los de mi Consejo Real de las Indias con atención a los dichos servicios y a que ha venido a darme cuenta del estado de la reducción de ese Nuevo Reyno y vuelve con los despachos que sobre esto he mandado dar y continuar en él los dichos servicios”
Semejantes recomendaciones posibilitaron que Alonso de León “El Mozo” después de haber sido instruido militarmente en España como cadete naval, volviera a su natal Cadereyta. Pero no vino a disfrutar privilegios, sino a demostrar su grandeza.
No se le dio un cargo cómodo en alguna Audiencia o en Corregimiento del centro del virreinato. No. Se le envió al noreste a realizar expediciones en los valles de Texas y terminó fundando la Villa de Santiago de la Monclova en Coahuila.
Acumuló ese y otros méritos para llegar a ser capitán a guerra, alcalde de Cadereyta y gobernador de Nuevo León de 1683 a 1684, y después gobernador de Coahuila de 1689 a 1691.
Alonso de León fundó, junto con el franciscano Damián Massanet, la primera misión española al este de Texas.
Los dos Alonso de León son un caso ejemplar de continuidad familiar vocacional. Padre e hijo compartieron la pasión por la exploración y por la escritura de crónicas de sus tiempos. El padre escribió “Relación y Discursos del Descubrimiento, Población y Pacificación del Nuevo Reino de León, temperamento y Calidad de la Tierra” y “El Mozo” escribió “Relación de mi viaje a la Bahía de San Bernardo, dirigida al Exmo. Sr. Virrey de NE, Conde de Galves” y “Diarios de Alonso de León”.
Alonso de León tuvo varios hijos pero ninguno de ellos tuvo cargo, pese a los aprecios de sus ancestros.
Ciertamente en aquellos tiempos las oportunidades se conseguían con méritos, y Nuevo León les debe parte de su grandeza histórica, pues gracias a ellos existe ahora una generación de cronistas que por cierto, hoy celebran su día. Felicidades.
Fuentes:
Actas de Cabildo: 13 de febrero de 1655