17/May/2024
Editoriales

Ricardo Rocha

Repentinamente alzó el vuelo el gran comunicador y amigo Ricardo Rocha, nacido en el barrio bravo de Tepito,estudió en la Universidad Nacional Autónoma de México la carrera de Administración de Empresas, pero se inclinó hacia el periodismo y se consagró como corresponsal de guerra en Nicaragua, donde sus notas diarias eran verdaderas historias reales llenas de emoción y de crudeza. Este evento le hizo ganar el Premio Nacional de Periodismo en 1977.

   Al regresar, el Sr. Azcárraga, aparte de felicitarlo, le ofrece hacer un programa y le pide sugerirle el nombre que llevaría dicho programa. Después de muchos intentos, inició el programa “Detrás de la noticia”, nombre que registraría como suyo, al fundar su propia agencia noticiosa.  Luego realizaría el programa “Para gente grande”, programa que duraría al aire 14 años y que se transmitía aparte de Mexico, a todo Estados Unidos. Tuvo luego otro programa “Animal nocturno” al lado de Patricia Llaca que duraría 10 años.

 De una trayectoria extraordinaria, lo conocí en octubre de 1992 en un restaurante al sur de la Ciudad de México, “La ex-Hacienda de Tlalpan”, de gran tradición en México ya que en ese lugar fue la boda de Jorge Negrete y María Félix y por la cercanía del Club América, lo frecuentábamos Panchito Hernández y yo. Era de una conversación extraordinaria, tocábamos diferentes temas, incluyendo el fútbol, ya que un hijo de él, se probó en las fuerzas básicas del Club, creo que al final se dedicó al periodismo como su padre.

  De una generosidad que rayaba en el exceso, por su casa pasaban amigos a los que no sólo invitaba a comer, sino que los alojaba, los que por alguna circunstancia no tenían donde quedarse. Sólo de los muchos que recuerdo, Armando Manzanero y José José, a este  último, lo buscó hasta encontrarlo en mal estado y lo llevó a su casa para darle cobijo, antes de internarlo en un Hospital para su restablecimiento.

 Otro hecho que marcó su vida, sucedió el 28 de junio de 1995, un grupo de campesinos integrantes de  la Organización Campesina de la Sierra, fue emboscados por policías a su paso por el vado de Aguas Blancas en Guerrero, municipio de Coyuca de Benítez, falleciendo 17 campesinos y dos elementos policiacos resultaron heridos. Ricardo pasó al aire la filmación de dicho enfrentamiento siendo el único reportero en hacerlo.

 También recuerdo nuestros encuentros en el Oyster Bar del Hotel Plaza en Nueva York, a donde viajaba por motivos de trabajo y por tener a dos de mis hijos estudiando en el verano en un pueblo cercano llamado Tarry Town. Por algún motivo que no recuerdo, Ricardo debía de permanecer en esa ciudad por un tiempo relativamente largo y llegaba a comer con nosotros, pasando tardes inolvidables.

  Son muchas anécdotas que vivimos en el tiempo que coincidimos, como los espléndidos regalos que le hacía la Empresa, que sería largo de contar. En resumen, nos deja un hombre bueno, con un amor inquebrantable al trabajo -tenía un programa diario a las 5 de la mañana -sin faltar un solo día, intrépido como corresponsal de guerra, con entrevistas y hechos exclusivos que sólo él pudo cubrir, ameno, objetivo e independiente . Lo vamos a extrañar y lo va a extrañar la prensa libre, sin censura, porque fue un hombre libre, que nunca calló ante las injusticias del poder. Hasta siempre amigo.