Mayo 10 de 1920: Abandona la Ciudad de Monterrey el gobernador José Eraclio Santos, negándose a apoyar el Plan de Agua Prieta que enarbolaba Álvaro Obregón en contra del presidente Venustiano Carranza.

La sociedad neolonesa estaba conforme con el balance entre derechos sociales y capitalismo que se consagra en la constitución de 1917 y que Carranza había sostenido.

Mientras que Alvaro Obregón y "su mano derecha" Plutarco Elías Calles eran de formación magonista radical (socialismo mexicano), el Plan de Agua Prieta preocupó a la sociedad, pues por una parte parecía que la violencia se iba a generalizar de nuevo en el país; o bien que se impondría un régimen similar al soviético.

No solo el gobernador José E. Santos dejó la Ciudad, también un numeroso grupo de familias -especialmente las de alto nivel económico- se prepararon para migrar a Texas, y muchas se fueron a San Antonio y otras mas al norte.

Finalmente triunfó el Plan de Agua Prieta pero la asunción al poder del moderado Adolfo de la Huerta, acabó con los rumores y temores del establecimiento de un régimen socialista o al menos una economía de ese estilo.

Álvaro Obregón (1920-1924) gobernó con moderación (de forma similar al gobierno de Carranza), sin embargo Calles (1924-1928) sería más radical en materia religiosa, pero moderado en la relación a la economía.

Tranquilizadas las aguas, regresaron las famillias de los empresarios y Nuevo León retomó el sendero del progreso, incluso con un crecimiento económico muy acelerado, iniciándose muy pronto el llamado Milagro Mexicano, que llevó a Monterrey al pináculo del desarrollo industrial y de la economía nacional.