Moda es el uso, modo o costumbre que está en boga -auge- durante algún tiempo, o en determinado país, es decir, el gusto colectivo y cambiante por las prendas de vestir y sus complementos.  

 Se pueden poner de moda otros aspectos. Hasta los años cuarenta del siglo pasado se anunciaban complementos alimenticios que hacían subir de peso a quien los utilizaba. 

 ‘Gordura es hermosura’ decía un refrán popular porque  las muchachas rellenitas estaban de moda, y desde luego, también los muchachos debían lucir fortachones. 

 Sin embargo, sin mediar alguna explicación médica o estética, a partir de los años cincuenta la moda cambió para hacer populares a las personas delgadas,

 Las modas eran -y son- marcadas por las revistas especializadas desde que, en el año de 1672, apareció en la Ciudad Luz -París- ‘Le Mercure Galant’, una revista que marcaba el fin de las modas y en consecuencia el inicio de las siguientes. 

 En su portada e interiores venían impresas las imágenes de las duquesas y las marquesas vistiendo la moda del momento, acompañadas desde luego, de anuncios comerciales de las tiendas boutiques en donde se vendía la ropa de moda. 

 A partir de la aparición de esa revista, los aparadores de las tiendas de ropa se iluminaban de noche (antes de la existencia de la luz eléctrica) para que los paseantes nocturnos admiraran las prendas de moda, modificándose el paisaje urbano de París. 

 El término “moda” ya era más que la indumentaria, pues incluyó los peinados, la gastronomía, los gustos literarios, el teatro, los deportes, etcétera. 

 Además, los comercios, bares o tabernas y los restaurantes alargaron los horarios de servicio, hasta las 11 de la noche, algo inaudito para todo el resto de Europa.

 Para el año 1677 se inventó la tela impermeable y treinta años después el paraguas, prenda indispensable en el guardarropa no sólo femenino, sino también entre los varones, pues las precipitaciones son comunes en ciertas temporadas del año.

 La revista puso de moda estos productos que al principio eran carísimos, pero usarlos era una señal de bonanza económica y la sociedad siempre ha sido acogedora de quien tiene recursos económicos de sobra. El tiempo ha pasado desde entonces, pero sigue la costumbre de la moda y de sus formas de expresión, que son ahora las revistas impresas o electrónicas en donde aparecen ya no las duquesas y marquesas, pero sí las mujeres de la alta sociedad. Y lo curioso o paradójico es que quienes más buscan esas publicaciones no son las y los que aparecen en ellas, sino las y los que quieren aparecer fotografiados, que son muchos más.