11/May/2024
Editoriales

EN HOMENAJE A LAS LETRAS

La Unión Internacional de Escritores rinde homenaje a las letras al proponer a la UNESCO el 23 de abril como Día Internacional del Libro y del Derecho de Autor. A partir del 15 de noviembre de 1995 se instituyó oficialmente esta conmemoración. El fallecimiento de tres grandes coincide supuestamente con esta fecha: el de Miguel de Cervantes Saavedra, el de William Shakespeare y el del Inca Garcilaso de la Vega. Después de acuciosos estudios se ha llegado a saber que Cervantes realmente murió el 22 de abril y fue sepultado el 23. Así mismo, las fechas de la muerte de Shakespeare difieren, pues en el calendario juliano sería el 23 de abril y en el gregoriano, que regía en Inglaterra, ocurriría el 3 de mayo. El caso del Inca Garcilaso de la Vega es incierto también pues se cree que murió entre el 22 y el 24 de abril año de 1616. El fervor popular ha hecho que estas fechas coincidan y en honor al libro, sus autores, libreros, editores y sobre todo, lectores, que viva por muchos años el 23 de abril.

 Y para celebrar el Día del Libro, el Círculo de Bellas Artes de Madrid promueve la lectura continuada de El Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha desde hace 26 años. Es un acto tradicional muy significativo pues participan personalidades del mundo de las letras. Así mismo se invita a los ciudadanos que deseen tomar parte en la lectura, para lo cual se proporcionan los datos pertinentes a fin de reservar la hora con precisión. Generalmente la lectura continua da principio el 21 de abril a las 18:00 horas y termina alrededor de 48 horas después. Hay traducción simultánea al idioma de signos así como la transmisión del acto a través de la emisora Radio Círculo y el canal you tube. Se permite el acceso al público a la sala del Círculo de Bellas Artes de Madrid y, mientras se efectúa la lectura, en una pantalla gigante, se transmiten escenas de diversas propuestas cinematográficas, teatrales, televisivas que hayan tenido lugar a través de los años.

 Por regla general, el personaje galardonado con el Premio Cervantes de las Letras en el año inmediato anterior, es quien inicia la lectura. Por ejemplo, en el año 2019 fue Joan Margarit Consarnau, poeta y arquitecto español fallecido en 2021, quien tuvo tal privilegio. Sin embargo, con motivo del estado de alarma por la pandemia, para la edición 2020, los participantes enviaron sus grabaciones. Inmediatamente después del poeta, participaron la Princesa de Asturias, Doña Leonor y su hermana la Infanta Sofía. Así mismo se incluyó en esta edición al gremio sanitario: médicos, enfermeras, empleados de limpieza, mantenimiento, vigilancia; así como a fuerzas de seguridad del Estado español. Colectivos de países como India, México, Brasil, Japón, Filipinas, Chile, Panamá, China, Bélgica, Rep. Checa, Francia, Italia, Alemania y otros muchos, enviaron sus grabaciones.

   En el 2021, el poeta Francisco Brines, Premio Cervantes 2020, inició la lectura virtual desde la biblioteca de su casa. Ya estaba su salud muy disminuida. Falleció un mes después, el 20 de mayo del mismo año. Y para la Edición 2022, fue el director del Círculo de Bellas Artes quien leyó las primeras líneas de El Quijote ante la imposibilidad de traslado de la premiada del 2021, Cristina Perez Rosi, escritora, traductora, activista política uruguaya exiliada en España durante la dictadura en Uruguay en 1972, quien reside actualmente en Barcelona.

  Este año 2023, el poeta venezolano radicado en Francia Rafael Cárdenas de 92 años es el galardonado con el Premio Cervantes y 125,000 euros. El Rey Felipe VI es quien entrega este premio el 23 de abril en el Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares.

 En México algunas librerías hacen descuentos el día 23 de abril en la compra de libros. Y es de agradecerse porque los precios de los libros han subido mucho. México, lamentablemente, no es un país de lectores. Es muy alto el porcentaje de mexicanos que jamás han entrado a una librería. Y, cuando se hacen encuestas de lectura, como la del INEGI, la gente dice que ha leído, aun cuando no especifique si el material fue una revista, un periódico, historietas, blogs, foros, páginas de internet, un texto escolar, un libro comprado, prestado o regalado. La gente también miente de tal manera que los porcentajes de las encuestas no reflejan la realidad. En las escuelas generalmente alfabetizan, pero no forman lectores. Y son muy pocos los hogares donde se incentiva el hábito de la lectura. Es lamentable que en una encuesta del 2013 entre 108 países, México haya ocupado el penúltimo lugar. En 2016, ocho de cada diez personas leyeron alguno de los materiales mencionados, sin especificar. Por lo cual dicha encuesta no es confiable para catalogar quienes son auténticos lectores. Según Lectupedia, con actualización en 2022 sobre libros leídos al año por la población adulta incluyendo no lectores, los datos suministrados son: en Canadá 17 libros, según Reading and buying books for pleasure 2005; en Francia 17 libros según Centre National du livre 2019. En México se reporta en 2022, 1.7 libros según MOLEC, (Módulo de Lectura del INEGI con microdatos no suministrados).

  Como reconocimiento al Día Internacional del Libro señalamos uno que nos debe llenar de orgullo a los hispanohablantes. La Unión Astronómica Internacional, en diciembre de 2015, rindió homenaje a Miguel de Cervantes Saavedra, pues el más grande de las letras españolas tiene ya su constelación. Tras una promoción realizada por el Planetario de Pamplona, la Sociedad Astronómica de España y el Instituto Cervantes, mediante votación popular, designó a la Constelación Ara la denominación Cervantes, en homenaje al autor del Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, quien en, 2016, cumpliera quinientos años de haber fallecido. Los cuatro planetas de este sistema, estrella subgigante semejante a nuestro sol y que dista de nosotros 49.8 años luz, llevan los nombres de: Dulcinea, Quijote, Sancho y Rocinante. ¡Qué bonito!

  Hay tres novelas, entre muchas otras, que dentro de su trama argumental, rinden homenaje a la palabra, a la literatura en tiempos convulsos.

   Una es la hermosa y conmovedora novela de la escritora bilbaína Marián Izaguirre “La vida cuando era nuestra”, ubicada en la España de la postguerra durante la represiva etapa del franquismo, periodo sumamente amargo, aterrador y restrictivo. La novela relata la amistad que se va tejiendo entre dos mujeres en medio de una Europa azotada por la guerra. Alice es una mujer mayor que sabe demasiado de la vida y que se puede dar el lujo de hacer lo que le dé la gana; y Lola, por contraste, poco sabe de la vida pero dentro de su sencillez, va aprendiendo poco a poco todo lo que Alicia le va enseñando a través de las visitas que realiza a la pequeña librería que regentean Lola y su esposo y donde clandestinamente circulan los textos prohibidos por el régimen. La escritora, para quien los libros han sido su vida y que considera que un día sin leer es un día perdido, eleva en esta novela un monumento a los libros y a los libreros que lograron sobrevivir al oscurantismo y cerrazón. Dice Izaguirre: “Leer es la actividad más subversiva que existe. Una de las primeras cosas que los dictadores limitan. Leer cambia la vida, al menos en el momento en que lees, y te aleja del mundo.”

  “Holesovice me puso por la noche el puñal en el cuello, sacó un trozo de papel y me leyó un poema sobre los hermosos paisajes de los alrededores de Ricany, después me pidió disculpas diciendo que ésa era la única forma de obligar a la gente a escuchar su poema.” ¡Parece mentira que se tenga que llegar a tales extremos! La cita ha sido tomada de la novela-monólogo “Una soledad demasiado ruidosa” del escritor checo Bohumil Hrabal. El autor rinde homenaje a los libros, a los textos de los grandes escritores, Schiller, Goethe, entre otros,

  y a los editores de libros que reproducen las obras emblemáticas de famosos pintores. Hanta, el narrador de esta corta, emotiva y autobiográfica obra, -apenas tiene 102 páginas-, desempeñó durante más de 35 años un trabajo sucio y mal pagado que consistía en echar a una máquina recicladora los libros y papeles de todo tipo que le caían desde un agujero a un sótano. Armaba las pacas de papel para que un camión las recogiera. Lo interesante del personaje estriba en que amaba tanto aquellos libros que iban cayendo por el agujero que muchos los escamoteaba y llevaba a su casa donde tenía reunidas por lo menos tres toneladas de libros. Con reproducciones de los grandes pintores como Rembrandt, Miguel Ángel y muchos más, adornaba las pacas de papel para que cada una de ellas tuviera personalidad propia. Tanto aprendía de aquellos volúmenes que alguna vez dijo: “Soy infelizmente feliz y culto a pesar de mí mismo”.

   Una más es la novela de unas cuantas páginas “84 Charing Cross Road”, dirección en Londres de una pequeña librería de ediciones antiguas. La escritora, Helene Hafft, con deseos de ahondar en la lectura de los clásicos y al no encontrarlos en las librerías neoyorquinas, ve un anuncio en prensa: venta de libros de difícil localización. Inicia así una relación epistolar con el anticuario Frank Doel que se prolongará durante 20 años. La correspondencia comienza en 1949, poco después de la Segunda Guerra Mundial cuando en Inglaterra todo escaseaba, había racionamiento: demasiada pobreza. Así pues, en Navidades y Pascua, para agradecer los valiosos ejemplares que recibía, Helene les enviaba paté, jamón, huevos frescos, medias nylon. En 1969 a Helene se le ocurrió que aquellas cartas podían ser publicadas en forma de novela corta. Y así fue, con gran éxito que se ha mantenido a través de los años. Es una historia de los problemas económicos por los que pasa una mujer sola que tiene que mantenerse con la escritura de guiones para televisión. Es una historia de gratitud, de solidaridad.

  “México es un país de imaginación, y en pocas actividades esa imaginación está tan presente como en la literatura. La Estrategia Nacional de Lectura busca que más mexicanos recuperen el gusto por abrir un libro y dejarse atrapar por la magia que encierra. Porque leer nos hace mejores personas, nos permite comunicarnos sin importar distancias, épocas ni culturas: nos da identidad y pertenencia.”

  Se habla de un nuevo programa nacional educativo en el cual se enfatizará el aprender a aprender. Sería magnífico que en tales iniciativas enseñaran a disfrutar de la lectura. A reflexionar ante un texto. A interpretar su contenido y comprender el mensaje que el autor intenta transmitir y ser capaz de cuestionarlo. Si esto se lograra, quizá algún día México podría ascender del penúltimo lugar en próximas encuestas internacionales de lectura.

 

Martha Irene de los Santos Isáis / La autora es egresada de la Escuela de Letras del ITESM y de la Maestría en Letras Españolas por la UANL.