En el frente de guerra de la Segunda Guerra Mundial, muchas de las normas sociales se disolvían. La omnipresencia de la muerte invitaba a vivir el presente, y las costumbres se adaptaban al medio hostil, olvidando algunos principios.
En el Ejército Rojo (parte bolchevique del ejército de la Unión Soviética), entre los oficiales eran común contar con varias asistentes que formalmente eran secretarias de la unidad y todos sabían su función real. Ellas aceptaban ese papel por conveniencia, pues así tenían una posición de seguridad que en esas circunstancias escaseaba. Estas asistentes eran conocidas como “esposas de campaña” o Pokhodno-Polevye Zheny (PPZh).
Era normal que un oficial tuviera varias esposas de campaña, pero el general Gueorgui Zhukov tenía solo una, a su propia doctora, la teniente Lidia Zakharova. Su relación continuó después de la guerra, sin que su esposa Alexandra pudiera hacer algo por impedirlo.
Otra oficial del Cuerpo médico, la también teniente Galina Talanova, fue la auxiliar de otro importante general del Ejército Rojo, Konstantin Rokossovski. Su relación duró toda la guerra y tuvieron una hija, Nadezhda, nacida en enero de 1945. Al término de la guerra, Rokossovsky regresó con su esposa, pero se mantuvo en contacto con Galina hasta que él murió en 1968. Si consideramos que hay muchos casos similares aún en tiempos de paz, estas cuestiones no son para escandalizarse.