Espectáculos

Moana: Un Mar de Aventuras

De Walt Disney Animation Studios llega MOANA: UN MAR DE AVENTURAS, una extraordinaria pelí­cula animada por computadora sobre una aventurera adolescente que se embarca en una audaz misión para salvar a su pueblo. "Moana tiene dieciséis años y es la hija del jefe de Motunui", cuenta el director Ron Clements. "Es valiente, decidida, compasiva e increí­blemente inteligente. Nunca se da por vencida y siente una profunda conexión con el océano".

"Así­ que a ella la inquieta que la gente de su pueblo no vaya más allá del arrecife que rodea a su isla", agrega el director John Musker. "Todos se mantienen dentro de los confines del arrecife, y Moana no entiende por qué, en especial porque ella toda la vida se sintió fuertemente atraí­da por el océano".

La historia está inspirada en parte en los relatos orales de los pueblos y culturas de Oceaní­a, adonde los realizadores viajaron para conocerlos mejor. Durante siglos los mejores navegantes del mundo dominaron las aguas del vasto océano Pací­fico, descubriendo las miles de islas de Oceaní­a. Pero luego, unos 3.000 años atrás, sus viajes se interrumpieron durante casi un milenio; y si bien hay numerosas teorí­as, nadie sabe exactamente por qué. "El arte de la navegación es una parte esencial de la cultura del Pací­fico", apunta Musker. "Los antiguos polinesios se orientaban en los mares, navegando de isla en isla, sin el uso de los instrumentos modernos, valiéndose solo de su conocimiento de la naturaleza, las estrellas, la dirección de las olas y las corrientes".

Clements agrega: "En nuestros viajes a las islas del Pací­fico muchas veces oí­mos decir a la gente que conocimos que el océano no separa las islas, sino que las conecta. Navegar es una verdadera fuente de orgullo para los habitantes de estas islas, es parte de su identidad. Siempre han sido, y continúan siendo, unos de los más extraordinarios exploradores de todos los tiempos. Este sentido de la orientación en los mares no es solo bastante sofisticado, es milagroso".

"Muchas de las personas que conocieron Ron y John explicaron que esta creencia surge del profundo orgullo que los isleños del Pací­fico sienten por sus ancestros, que fueron los más expertos navegantes —exploradores en mar abierto sin instrumentos— que han pisado la Tierra", cuenta el productor ejecutivo John Lasseter. "Ese orgullo que sienten por sus tradiciones culturales, ese sentido de conexión con el océano ?desde el océano?, se volvió central para la historia. Por ello la protagonista, y la pelí­cula misma, se llaman Moana, que significa océano en muchos idiomas polinesios".

Existen numerosas teorí­as, pero ninguna definitiva, acerca de qué fue lo que pudo haber provocado esa interrupción de 1.000 años en sus exploraciones, que se reanudaron unos 2.000 años atrás con el descubrimiento de las islas de Tahití­, Hawái y Aotearoa (Nueva Zelanda). Este renacimiento —y los posibles motivos que lo provocaron—, encendió la imaginación de los cineastas. Musker cuenta: "En nuestra historia, la heroí­na Moana ocupa un lugar central en el renacimiento de las expediciones por mar".

CONTAR LA HISTORIA

La cultura de los relatos orales de las islas del Pací­fico es homenajeada desde el inicio de la pelí­cula. Abuela Tala, la madre del jefe Tui y la mayor confidente de Moana, narra la historia de Te Fiti, la isla madre. "Su corazón albergaba el mayor poder jamás conocido: podí­a crear vida", señala. "Y Te Fiti lo compartió con el mundo".

La historia de Abuela Tala culmina con detalles de Maui, el semidiós del viento y del mar, quien roba el corazón de Te Fiti desatando así­ una terrible oscuridad que amenaza la vida y el hábitat de los isleños en toda la región. Maui se enfrenta a Te Ka, un demonio de la tierra y del fuego, y finalmente pierde el corazón de Te Fiti en el mar.

La pelí­cula introduce a una presencia muy especial en la vida de Moana: el Océano, una encarnación viva del mar que ha elegido a Moana para que busque a Maui y recobre el corazón de Te Fiti, para salvar así­ a su isla y a su gente de la oscuridad que ha comenzado a cernirse sobre ellos. El único problema es que el jefe Tui, el padre de Moana, ha prohibido a los isleños aventurarse más allá de la seguridad del arrecife que rodea sus costas. Tui ha visto a demasiados navegantes traspasar el arrecife y no regresar jamás, y por amor a su pueblo, ha prohibido que se franqueen sus lí­mites. Moana debe oponerse a los deseos de su padre para seguir el destino que le ha trazado el Océano.

El poderoso semidiós Maui, uno de los personajes más carismáticos de la pelí­cula, está inspirado en el personaje de los distintos cuentos y leyendas que circulan en el Pací­fico. Musker dice: "Quedamos fascinados con los cuentos que leí­amos o que nos contaba la gente de la región. En la mayorí­a de las islas, Maui era un personaje mí­tico, un héroe embustero, con poderes para cambiar de forma. Con su anzuelo podí­a extraer islas enteras del fondo del mar; o retrasar el sol. Es un personaje maravilloso".

Maui —quien se encuentra en su propio viaje de auto descubrimiento— acepta de mala gana guiar a Moana en su intento por convertirse en una experta navegante y salvar a su pueblo. Juntos se embarcan en un viaje cargado de acción a través del vasto océano, en el que se encontrarán con enormes monstruos y obstáculos insalvables. En su camino, Moana descubrirá lo que siempre buscó: su propia identidad.

"Es una historia que tiene lugar miles de años atrás, pero con un estilo contemporáneo", dice la productora Osnat Shurer. "Querí­amos crear una historia que fuera universal, pero que también fuera un homenaje a los hermosos pueblos de las islas del Pací­fico que nos inspiraron a largo de este viaje".

Los realizadores seleccionaron a la debutante Auli'i Cravalho para interpretar la voz de Moana; y Dwayne Johnson (de las series de HBO Ballers y Central Intelligence) presta su voz al semidiós Maui. El reparto vocal también incluye a Temuera Morrison (Star Wars: Episodio II – El ataque de los clones; Once Were Warriors; Seis dí­as, siete noches) como el sensato padre de Moana: el jefe Tui; Rachel House (Whale Rider, Hunt for the Wilderpeople, Eagle vs Shark, Boy, White Lies) como Abuela Tala, la confidente de Moana; y Nicole Scherzinger (la cantante nominada a los premios Grammy® de la producción del West End Cats) da voz a Sina, la alegre y tenaz madre de Moana. Jemaine Clement (The EL BUEN AMIGO GIGANTE, Mi villano favorito, Rio, Rio 2, Casa Vampiro, y cantante en Flight of the Conchords) interpreta la voz de Tamatoa, un ensimismado cangrejo de quince metros; y Alan Tudyk (ZOOTOPíA, RALPH, EL DEMOLEDOR, GRANDES Hí‰ROES) presta su voz al torpe gallo Heihei.

Timoneada por Clements y Musker, equipo que dirigió las pelí­culas LA SIRENITA, ALADDíN, y LA PRINCESA Y EL SAPO, y codirigida por Chris Williams y Don Hall (GRANDES Hí‰ROES), MOANA: UN MAR DE AVENTURAS es producida por Shurer (Lifted, One Man Band), y John Lasseter es el productor ejecutivo. Jared Bush (ZOOTOPíA) escribió el guion.

MOANA: UN MAR DE AVENTURAS presenta canciones originales de un variado y dinámico equipo de artistas que incluye al compositor ganador de los premios Tony®, Emmy® y Grammy® Lin-Manuel Miranda (del musical de Broadway Hamilton, ganador de un premio Pulitzer y múltiples premios Tony®, y de In the Heights, el ganador de un premio Tony®), el compositor Mark Mancina (Máxima velocidad, TARZíN, EL REY LEí“N) y Opetaia Foa?i (creador y cantante principal de la premiada banda Te Vaka). Mancina compuso la banda sonora original.

MOANA: UN MAR DE AVENTURAS es la pelí­cula animada número 56 de Walt Disney Animation Studios.

INVESTIGACIí“N

Los realizadores también viajan por Oceaní­a

Cuando comenzaron a barajar la idea de ambientar una pelí­cula animada en las hermosas islas del Pací­fico, los directores Ron Clements y John Musker recurrieron a los recuerdos de las novelas y pinturas del Pací­fico que los habí­an cautivado en su juventud. Pero cuando unos años atrás comenzaron a explorar los increí­bles relatos de la mitologí­a polinesia, se dieron cuenta de que necesitaban profundizar todaví­a mucho más. Sabí­an que debí­an viajar a las islas del Pací­fico para ver los lugares y conocer a las distintas comunidades en persona.

Entre las numerosas personas que conocieron, una de ellas fue realmente especial. Clements recuerda: "Un anciano en una isla de Moorea nos preguntó algo muy simple y revelador: 'Durante años, hemos sido absorbidos por su cultura', nos dijo. 'Esta vez, ¿pueden ser absorbidos por la nuestra?'"

El Océano Pací­fico alberga miles de islas y miles de paí­ses insulares, conocidos por generaciones como Polinesia, Micronesia y Melanesia. Pero, como también aprendieron los cineastas, muchos de los isleños del Pací­fico no consideran a la región dividida en secciones, sino como una misma Oceaní­a. De hecho, y más allá de que las islas varí­en en tamaño, sus habitantes también consideran al océano que se abre entre ellas como parte de su mundo: un mundo muchas veces más grande que los Estados Unidos. Los realizadores se sintieron profundamente inspirados por la gente que vive allí­, las culturas que celebran y la historia y tradiciones que se transmiten de generación en generación.

Así­ fue como Clements y Musker, junto con un grupo de artistas de Disney Animation, viajaron a la región sur de Oceaní­a. Su misión era conocer las islas no como turistas, sino como observadores, investigadores y aprendices. Su misión era escuchar. "Regresamos de esos viajes no solo con ideas, imágenes y nueva inspiración para nuestra historia, sino también con la fuerte determinación de hacer algo que la gente que habí­amos conocido allí­ fuera a disfrutar", cuenta Musker. "Por supuesto, no estamos haciendo un documental sino una pelí­cula animada. Pero nuestras experiencias inspiraron nuestra imaginación de un modo que no habí­amos anticipado".

FIYI, SAMOA, TAHITí

Clements, Musker y varios miembros del equipo de producción se dirigieron primero a las islas de Fiyi, Samoa y Tahití­. "Querí­amos evitar, dentro de lo posible, las cosas más 'turí­sticas', adentrarnos en lo local", dice Clements. "Querí­amos conocer a la gente que se habí­a criado en estas islas; conocer y oí­r qué es lo que hace que estas culturas de las islas del Pací­fico sean tan extraordinarias".

Los realizadores pasaron tiempo dentro de las comunidades locales, conociendo y compartiendo comidas e historias con los ancianos y jefes y sus familias, así­ como también con maestros, artesanos, granjeros, pescadores y navegantes. Consultaron a expertos en arqueologí­a, antropologí­a, historia, cultura, música, danza, talla y otras disciplinas.

Vestidos con las clásicas lavalava —coloridas prendas anudadas a la cintura—, Musker y Clements fueron recibidos por la comunidad Korova, una pequeña aldea en la costa sur de Viti Levu, la isla más grande del archipiélago de Fiyi. Los directores presentaron a los jefes y ancianos su sevusevu —regalo que los visitantes obsequian a su anfitrión— que, en este caso, se trataba de las raí­ces de un árbol de la familia de la pimienta. "Es el ingrediente principal de la kava", cuenta Clements, "que es una bebida ceremonial muy común. Bebimos mucha kava".

Los cineastas participaron en una ceremonia de kava, escucharon relatos y canciones de la comunidad local, observaron la dinámica familiar, y disfrutaron una comida de palusami, guiso de pescado, raí­ces de taro, té y galletas. Unos dí­as más tarde fueron invitados a hacerse a la mar con el jefe y maestro navegante Jiujiua íngel Bera, que les enseñó cómo es la relación que los fiyianos tienen con el mar. "Nos dijo que al océano hay que hablarle con suavidad", cuenta Clements. "Al océano allí­ se lo considera una entidad viva y poderosa; e inspira un gran respeto y admiración. Bera nos llevó a navegar en una camakau, que es una canoa tradicional de Fiyi".

Arqueólogos locales de la isla de Fiyi invitaron al equipo a explorar el Parque Nacional de Dunas Sigatoka, donde hallaron fragmentos de cerámica Lapita esparcidos en las playas. Muchos de los artefactos que se descubrieron en Sigatoka hoy se encuentran en el Museo de Fiyi. El equipo además fue a ver a la compañí­a de danza Oceania Dance Theatre, visitó el sitio arqueológico Bourewa y compartió más kava en Vusama, una tradicional aldea de Fiyi.

En Samoa, se adentraron en la cultura samoana, conocieron sus leyendas, su música y técnicas de cocina tradicionales. Sus habitantes los recibieron con una ceremonia 'ava, que según cuenta la directora creativa senior, Jessica Julius, en muchos aspectos era similar a las ceremonias que habí­an presenciado en Fiyi, pero en Samoa estos rituales están reservados a ocasiones especiales. "En la ceremonia 'ava de la isla de Samoa, nos enseñaron que debes verter un poquito del ava en la tierra cuando recibes el tazón como forma de bendición y proferir una palabra de agradecimiento o '¡manuia!', antes de bebértelo de un trago".

Los realizadores quedaron impactados con la oscuridad del cielo nocturno, cubierto de estrellas, y el intenso color turquesa del agua durante el dí­a. También visitaron Savai'i, la isla más grande del archipiélago samoano, donde observaron las tradicionales fale —viviendas samoanas que se caracterizan por su techo abovedado y el perí­metro de pilares de madera que lo sostienen— y recibieron una ligera ducha de las famosas columnas de agua de Alofaaga. "Fue emocionante", señala Julius.

El equipo se reunió con un grupo de académicos del Centro de Estudios Samoanos de la Universidad Nacional de Samoa, que se ofreció a despejar todo tipo de estereotipo y falacia, e instruirlos en los temas y el valor de los mitos y leyendas.

Los realizadores se reunieron con el tatuador Su'a Peter Sulu'ape, quien les enseñó que los tatuajes en Samoa son casi un rito de paso y que los samoanos deben ganarse el derecho a ser tatuados tradicionalmente. La habilidad de hacer un tatuaje se transmite de generación en generación y los sí­mbolos mismos suelen tener significados muy especí­ficos, incluidas cualidades destacadas como fuerza, unidad, familia y espiritualidad. A veces sencillamente abrazan la naturaleza.

En Tahití­, el grupo visitó un marae y aprendió muchí­simos detalles sobre sus tradiciones históricas: desde ofrendas a los dioses y conocimientos de navegación hasta su relación con el océano. "El tiempo que pasamos allí­ y el conocimiento que tan generosamente compartieron con nosotros fue una excelente manera de comenzar nuestra experiencia en Tahití­", declara Clements.

Hinano Murphy, el presidente de la Asociación Te Pu Atitia, reunió a un grupo de miembros de la asociación para que conversaran con los cineastas. El grupo alentó a los cineastas a que incluyeran la cultura histórica de Oceaní­a en la pelí­cula, pero sin ser demasiado especí­ficos. Murphy hizo un pedido especial para que la pelí­cula se tradujera al tahitiano, y se coordinaran la traducción y la interpretación para la versión en ese idioma. "En estos tiempos, las lenguas nativas como el tahitiano comienzan a perderse y es importante hallar nuevas formas de entusiasmar a nuestras comunidades —ancianos, jóvenes y niños— a preservar nuestro idioma", dice Murphy. "Como se trata de una historia sobre los polinesios, para nosotros también es importante contar al menos con una versión en una lengua nativa polinesia para dar mayor valor a nuestro idioma y nuestra cultura. Y ojalá esto inspirase a otros polinesios a encontrar formas innovadoras de transmitir sus propias lenguas".

En Tahití­, los realizadores visitaron los campos de lava negra y se reunieron con los jefes locales. Además, navegaron en canoa a lo largo de la famosa rompiente Teahupo'o, y nadaron y practicaron senderismo por lugares que sin duda influenciarí­an el aspecto de la pelí­cula. Los cineastas escucharon complejas narraciones, tejieron con hojas de palmas y fueron invitados a presenciar una clase de niños aprendiendo danza tahitiana. Pudieron observar cómo es el proceso de elaboración del tejido de tapa y qué color se obtiene a partir de la corteza de los distintos árboles: el baniano tiene un color chocolate mientras que la morera es blanca.

Los cineastas regresaron a la región en viajes posteriores. En Nueva Zelanda, se unieron al trí­o a cargo de la música de la pelí­cula: Lin-Manuel Miranda, Mark Mancina y Opetaia Foa'i, que asistieron al Festival Pasifika de la ciudad de Auckland. "Fue la primera vez que tuvimos a nuestro increí­ble equipo musical de MOANA: UN MAR DE AVENTURAS reunido entre sí­ y con los cineastas", señala la productora Osnat Shurer. "El festival fue una magní­fica oportunidad para conocer la variedad y el carácter alegre de esta música, y los bailes de muchas de las culturas de las islas del Pací­fico".

"El equipo volvió transformado", señala Shurer. "Los viajes de investigación nos abrieron los ojos. Para crear nuestra historia de ficción, ambientada unos 2.000 años atrás, sabí­amos que debí­amos invitar a los expertos que conocimos en nuestros viajes a formar parte de la creación de la pelí­cula. Haber sido inspirados por los viajes de investigación fue magní­fico, pero nosotros querí­amos ir más allá. Querí­amos que sus voces influenciaran la pelí­cula: desde la historia, hasta el aspecto de los lugares y los personajes. Así­, todo —desde el aspecto y el funcionamiento de la canoa de Moana, hasta las plantas de las islas y las telas de la ropa— fue profundamente influenciado por nuestros asesores".

TRABAJO EN EQUIPO

Profundamente inspirados por el tiempo que pasaron en las islas del Pací­fico, los realizadores reunieron a un grupo de asesores en lo que llamaron el "Oceanic Story Trust" (Comité de historia de Oceaní­a: OST, por sus siglas en inglés). El OST incluyó a antropólogos, educadores, lingí¼istas, tatuadores profesionales, coreógrafos, especialistas de haka, maestros navegantes y asesores culturales que colaboraron con el equipo creativo de Disney. "El OST influenció enormemente el aspecto y el diseño de esta pelí­cula", reconoce Shurer. "Sin su guí­a, la pelí­cula no serí­a lo que es".

Conformado por una docena de miembros, el OST mantuvo un intercambio fluido a lo largo de todo el rodaje. "Nos conocimos en persona en Samoa, y luego también nos reunimos en Los íngeles", cuenta Dionne Fonoti, una antropóloga visual de la Universidad Nacional de Samoa y miembro del OST. "Intercambiamos llamados e emails con los guionistas, directores y la productora. Luego se abocaron a su trabajo creativo, y cada tanto volví­an a consultarnos ideas nuevas".

Según el Dr. Paul Geraghty, profesor asociado en lingí¼í­stica de la Universidad del Pací­fico Sur, en Fiyi, el OST ayudó a los realizadores a encontrar no solo el equilibrio adecuado entre las numerosas culturas de la Polinesia, sino también el carácter ficcional de la historia. "Los realizadores no querí­an ser muy especí­ficos respecto de una cultura determinada, lo cual tiene sentido dado que hace 2.000 años, en la época en la que está ambientada la pelí­cula, esas diferencias culturales de lo que hoy es especí­fico de la sociedad samoana, fiyiana o hawaiana, no existí­an; de manera que buscamos una caracterización lo más protopolinesia posible".

"Creo que Ron y John sinceramente han querido capturar la fuerza y la belleza de las culturas de las islas del Pací­fico", señala Fonoti. "Creo que quieren que la historia refleje lo que ellos sintieron cuando estaban aquí­. La experiencia realmente los conmovió, y como buenos narradores... quieren compartirla. Quieren que el público pueda sentir lo mismo".

EL REPARTO

MOANA: UN MAR DE AVENTURAS presenta personajes dinámicos y un talento vocal insuperable, en su versión original en inglés.

Inspirados en los distintos habitantes que conocieron durante sus viajes a las islas del Pací­fico, los realizadores poblaron su historia con numerosos personajes dinámicos. Un destacado vocal ayuda a dar vida a los personajes.

"La lí­nea donde el cielo se encuentra con el mar... me llama".

Moana es una tenaz y compasiva adolescente aventurera de 16 años en busca de su verdadera identidad. Mientras que su padre, el jefe Tui, la presiona a seguir sus pasos y algún dí­a liderar la isla, Moana siente una gran atracción por el océano. Por orden del jefe Tui, la gente de su aldea tiene prohibido ir más allá de la seguridad del arrecife, sin embargo el mar parece llamar a Moana. "Moana siente que no es posible seguir los dictámenes de su corazón y al mismo tiempo permanecer fiel a su pueblo y cultura", explica el director Ron Clements. "Moana desciende de un pueblo de navegantes, pero ella aún no lo sabe".

Cuando su isla se ve amenazada por una terrible oscuridad, Moana transgrede las reglas de su padre y se embarca en una épica aventura para salvar a su pueblo y encontrar las respuestas que ha estado buscando durante toda su vida. El director John Musker señala: "Se siente inclinada a resolver el conflicto que los ha estado acosando durante tanto tiempo y les ha impedido viajar. Si puede hacer frente a este problema que hace mil años se cierne sobre ellos, quizás su pueblo pueda volver a navegar".

"Es una poderosa heroí­na que sale a recuperar lo que su pueblo perdió hace mucho tiempo", refiere la productora Osnat Shurer. "Esta no es una historia de amor; es una historia de acción, aventura, diversión y drama. Moana quiere salvar al mundo —literalmente— incluso a pesar de ser casi la única persona que se da cuenta de que ese mundo necesita ser salvado. Es un ejemplo poderoso para el público de hoy en dí­a".

Moana se encuentra con Maui —un extraordinario semidiós— a quien debe convencer de que la acompañe en su viaje. Es una misión que para ella es fundamental, pero que no encabeza la lista de prioridades de él. "í‰l es un enorme grandote, demasiado seguro de sí­ mismo", declara el jefe de historia John Ripa. "Pero ella sabe defenderse. Y es una gran batalladora".

BUSCANDO SU VOZ

La debutante Auli'i Cravalho fue seleccionada para dar voz a la tenaz adolescente. Pero a diferencia de las cientos de esperanzadas niñas que intentaron quedar seleccionadas para el papel principal de la pelí­cula, Cravalho no se presentó para el papel. El director de casting de la pelí­cula radicado en Hawái, recordaba a Auli'i cantando en un video que habí­a enviado a un programa de talentos para recaudar fondos, y la convocó para que fuera a hacer una audición. Tres audiciones más tarde y un primer viaje a Burbank, California, Cravalho obtuvo el papel. "Tiene el mismo espí­ritu de Moana", declara Shurer. "Siempre nos retruca las bromas que intercambiamos con ella. Posee una gran audacia, pero al mismo tiempo una calidez muy genuina. Es toda una profesional con un enorme talento natural... pero en el fondo sigue siendo una niña".

La joven Auli'i, que cumplirá dieciséis años un dí­a antes de que MOANA: UN MAR DE AVENTURAS se estrene en los cines de los Estados Unidos, admira a su personaje. "Cuando tengo demasiadas cosas que hacer en el colegio y la situación me sobrepasa, a veces quiero tirar la toalla y esconderme debajo de la cama", cuenta Cravalho. "Pero Moana jamás harí­a eso. Es increí­blemente fuerte y tiene los pies en la tierra. Hay que tener mucho valor para defender lo que uno cree, y ella se anima a seguir su propio camino. Es un personaje con quien nos es tan fácil sentirnos conectados, es fácil inclinarnos por ella".

"Me siento identificada con Moana en tantos aspectos: yo también crecí­ en una isla, y siento un gran amor por el mar", continúa Cravalho. "Pero ella es más valiente que yo al navegar, literalmente, tan lejos de su zona de confort. Espero que también yo pueda abrirme a nuevos horizontes como lo hace Moana".

UN BUEN LOOK

Para Ripa, la conexión que Moana siente con el océano no es unilateral. "El océano ve algo en Moana cuando es chiquita", dice. "Cree que Moana es la que podrá traer la solución y poner fin a la terrible oscuridad que amenaza a su pueblo. Ella tiene la compasión, la determinación y las agallas para hacerlo".

El espí­ritu aventurero de Moana fue lo primero que se tuvo en cuenta en el diseño del look del personaje. "Es una heroí­na de acción", remarca Bill Schwab, el director de arte de personajes. "Querí­amos darle una contextura atlética".

Los artistas se inspiraron en gente real que vive en las islas del Pací­fico y observaron cientos de fotografí­as de nativos de la Polinesia. "Dedicamos mucho tiempo a los ojos de Moana", cuenta Schwab. "Y le dimos una complexión atlética con pómulos pronunciados y el labio superior más grueso. No querí­amos descuidar ningún detalle en el diseño de nuestro personaje".

LOS MOVIMIENTOS ADECUADOS

Lograr dotar de una buena expresividad y expresiones variadas al rostro de Moana era crí­tico. El equipo de animación encargado de dar a los animadores las herramientas necesarias para animar los gestos e interpretación del personaje, solo para el rostro de Moana creó más de 180 controladores (puntos que pueden ser manipulados por el animador).

El supervisor de animación, Malcon Pierce, trabajó junto con los equipos de diseño de personaje y animación para asegurarse de que los animadores pudieran lograr las expresiones que querí­an reflejar en Moana. "Querí­amos que se pudiera mover libremente", cuenta Pierce. "Y que se viera como Moana desde todos los ángulos; lo cual no es muy sencillo de lograr, pero dotar a los animadores de un amplio rango de opciones de interpretación ayuda a construir la interpretación adecuada".

El equipo de animación también se aseguró de que la personalidad fuerte y segura de Moana se reflejara en su forma de moverse. "Querí­amos que se sintiera atlética y capaz", dice Amy Smeed, jefa de animación. "Es enérgica, poderosa y coordinada en sus movimientos".

"Moana es muy expresiva", continúa Smeed. "Tiene 16 años —es una adolescente— y por eso a veces es muy impulsiva, algo que también intentamos incorporar en su interpretación. Tiene una energí­a que yo adoro, y que por momentos realzamos en el ritmo de sus movimientos. Además, querí­amos que se viera segura, lo cual tratamos de incorporar en las expresiones de su rostro y las poses de su cuerpo".

Cravalho inspiró enormemente a los animadores. "Tuvimos la suerte de documentar todas sus sesiones de grabación", cuenta Smeed. "Auli'i misma es una adolescente, así­ que podí­amos observar en ella ese espí­ritu y energí­a propios de la edad. Además es muy expresiva, tanto en su rostro como en sus gestos, así­ que intentamos volcar eso en Moana también".

ATAVIADA DE LOS PIES A LA CABEZA

La artista de desarrollo visual Neysa Bové, quien además de estudiar en la CalArts, asistió al Fashion Institute of Design & Merchandising, fue convocada para liderar el diseño del vestuario de la pelí­cula. A Moana la vemos con siete atuendos diferentes a lo largo de la pelí­cula, incluido el bombachudo de tapa rojo que lleva de pequeña cuando tiene su primer encuentro con el océano. La paleta de colores del vestuario de los personajes usa tintes y tonos que hubieran existido en las islas 2.000 años atrás, incluidos los amarillos, rojos, naranjas, negros y marrones. "Para la ropa de Moana", cuenta Bové, "usamos tonos rojos y anaranjados. El rojo es el color de la realeza en su cultura".

El look principal de Moana incluye un top de tapa y una falda de hojas de pandano con una enagua de tiras del mismo árbol. "Fue diseñado para que fuera funcional a una aventurera, navegante y atleta", explica Bové. "La falda posee un tajo adelante que le permite moverse libremente: ya sea para nadar, correr o navegar en su canoa".

"En el top se añadieron pequeños y elaborados detalles: un cordón de caracoles nassarius que parece un adorno de cuentas, y un hermoso ribete de macramé", continúa Bové. "Además lleva motivos florales bordados en la falda".

Para Bové, el océano sirvió de gran inspiración para el vestuario del personaje, que incluye estampados marinos, caracoles, perlas y hojas de las plantas de las islas. "El nombre de Moana significa 'océano' o 'mar profundo'", explica.

Los diseños finales se debieron crear dentro del mundo de la animación por computadora (CG), un complicado proceso que estuvo a cargo del equipo de diseño. Los artistas debieron recrear la tela seleccionada para cada prenda, aplicando leyes fí­sicas precisas para asegurarse de que se moviera como deberí­a. "Luego hacemos de sastres", cuenta el supervisor de simulación Marc Thyng. "Quizás en determinados lugares debamos agregar tela para que se vea atractiva y recortarla en otros lugares para que calce bien".

Para el corazón de Te Fiti —la joya que Moana necesita que Maui devuelva para restaurar el orden en su tierra—, los artistas crearon un collar especial para que lleve Moana. "Hicimos más de quince diseños", señala Bové. "Finalmente nos decidimos por un caparazón de abulón azul. Este caparazón suele estar recubierto por una capa rugosa que se asemeja a una piedra, pero si uno la raspa, aparece este hermoso abulón azul con una apariencia de nácar iridiscente, lleno de los colores del océano. Lo tallamos de manera que quedaran visibles tanto la superficie rocosa como el interior de abulón para crear una yuxtaposición entre la tierra y el mar. Luego le añadí­ unas estrellas y detalles estilizados para simbolizar las estrellas que el navegante polinesio necesita para orientarse en el océano".

EL CABELLO HOY EN DíA

Otro aspecto crí­tico del diseño de Moana era su largo cabello rizado. Su estilo puede parecer simple y despreocupado, pero no es algo fácil de lograr en animación generada por computadora (CG). "La última vez que vimos un personaje con una abundante cabellera rizada fue la madre Gothel en ENREDADOS", dice Thyng. "Pero el rulo estaba simulado, no se moví­an como verdaderos rulos, no se retorcí­an o desenredaban".

Los artistas de animación pasaron seis meses desarrollando un sistema llamado Tonic que permitiera crear cabello con una apariencia auténtica para algunos personajes clave. El sistema debí­a ser lo suficientemente veloz para permitir una iteración artí­stica. Luego debieron resolver cómo hacer para que ese fabuloso cabello rizado se viera auténtico cuando está mojado, ya que Moana pasa bastante tiempo debajo del agua. "Invitamos a varias voluntarias que tení­an el cabello similar a Moana al estudio, para ver cómo se comportaba el cabello una vez mojado", cuenta Thyng. "Nos sorprendió lo poco que se deshacen los rulos, aún cuando el cabello está empapado".

Según Thyng, la tecnologí­a les permitió a los diseñadores dar al cabello mojado de Moana un aspecto mucho más fiel al de la vida real, que es un poco revuelto. "Permite que el cabello mojado se separe y vuelva a unirse con un aspecto ligeramente desarreglado, y no siempre llega a recobrar el estilo original".

"Podrí­a explicar cada fenómeno de la naturaleza. ¿La marea? ¿El césped? ¿La tierra?... Ah, ese era Maui que solo estaba jugueteando".

Maui es un semidiós formidable. Carismático y divertido, blande un anzuelo mágico que le permite transmutarse en toda clase de animales y extraer islas del fondo del mar. Enlazó al sol para que los seres humanos tuvieran dí­as más largos y se valió de la brisa para beneficiarlos. Maui en una época era considerado el héroe más poderoso de Oceaní­a; pero tras una fatí­dica decisión, fue desterrado y condenado a vivir en soledad. "Maui es el responsable de los problemas que se ciernen sobre el pueblo de Moana", señala el director John Musker. "Ahora está pagando el precio de sus acciones y es una suerte de héroe perdido, una sombra de su viejo yo".

"Siempre está buscando la aprobación de los hombres", cuenta el jefe de historia David Pimentel. "Quiere que todos lo quieran".

"Cuantos más elogios recibe, más motivado se siente a actuar", agrega John Ripa, el jefe de historia. "Así­ que decide robar el corazón de Te Fiti, pensando que eso le granjeará el amor y la adoración de todos porque le dará el poder de la creación. Pero no tiene ni idea del daño que puede ocasionar, y la oscuridad que desatará".

Será necesario que transcurran cientos de años y que aparezca una resuelta adolescente para que Maui vuelva a tener la oportunidad de deshacer sus actos. "Moana necesita que él enmiende sus errores y recupere lo que se ha perdido", señala Musker.

Junto a Moana, Maui se embarca en un importante viaje de autodescubrimiento en el que aportará su fuerza extraordinaria, pero también sus sobredimensionados problemas. "Posee un ansia por triunfar tan abrumadora que acaba por meterlo en problemas", cuenta el director Ron Clements. "Pero enfrentarse cara a cara con la verdadera razón que lo mueve a ello no es fácil".

El personaje de Maui está inspirado en un héroe de la mitologí­a de Oceaní­a, aunque las historias que se cuentan de él son sumamente variadas. "Maui es un héroe poderoso y divertido", señala Hinano Murphy, una de los miembros del Oceanic Story Trust, quien asesoró a los realizadores con sus conocimientos sobre la cultura de las islas. "A todos les gusta contar historias acerca de Maui, tiene una personalidad tan única. Y si bien las historias difieren entre las distintas culturas polinésicas del Pací­fico, tienen numerosos puntos en común. El mayor desafí­o era lograr que, al ser tan popular, Maui cumpliera las expectativas de todos. Es un personaje imponente, no me sorprende que haya llamado la atención de los directores".

DANDO VOZ AL PERSONAJE

Los realizadores convocaron a Dwayne Johnson para que interpretara la voz de Maui. "Está muy conectado con sus raí­ces samoanas", cuenta Clements. "Maui es un personaje carismático y Dwayne es carisma puro. Posee un maravilloso sentido del momento cómico, es un experto en escenas de acción y una persona muy querible. Además sabe cantar".

El papel cautivó a Johnson. "Todos crecimos con las historias de Maui, este gran semidiós extraordinario", cuenta. "Es un personaje que cuando eres chico, sencillamente te deslumbra. De modo que era una gran oportunidad para dar a conocer mi cultura y formar parte de algo que fue realmente histórico. Y no lo digo porque sea muy parcial".

Los artistas se inspiraron en el actor. "Definitivamente hay un pequeño Dwayne en Maui", declara el director de arte de personajes Bill Schwab. "No querí­amos que se viera como una caricatura, querí­amos realmente transmitir la expresividad y sentimientos de Dwayne, que afloran en la animación con los movimientos de sus cejas. También nos inspiramos en el abuelo materno de Dwayne, quien también era luchador. Tení­a que verse absolutamente genial".

"Presté mucha atención a cómo Dwayne acentúa su diálogo con un movimiento de la cabeza", apunta el supervisor de animación Mack Kablan. "Y Dwayne posee este aire de confianza en sí­ mismo que se ajustaba perfectamente al personaje de Maui y quisimos incorporarlo en la pelí­cula".

PONIí‰NDOSE EN MOVIMIENTO

Según el supervisor de animación de personajes Matthew Schiller, el personaje de Maui requirió controladores extra. "Básicamente su rostro se animó con un mayor grado de detalle que la mayorí­a de los personajes", cuenta Schiller. "Cuando entrecierra el ojo puedes ver mucha mayor expresión y detalle en su rostro. Querí­amos maximizar sus expresiones para resaltar esa confianza en sí­ mismo que se tiene".

Esa confianza se extendió a todo el repertorio de movimientos del personaje. "Camina con paso decidido y arrogante, porque no tiene nada que temer", señala Kablan. "Es un consumado semidiós que ha logrado muchas hazañas épicas por las cuales los seres humanos lo adoran. También se mueve con gran agilidad. Es increí­blemente atlético".

Para los directores, la confianza de Maui está arraigada en sus conquistas anteriores y poderes especiales: todos conseguidos gracias al anzuelo mágico que le fue otorgado por los dioses. "Es un anzuelo enorme y extraordinario: con un diseño minucioso e inspirado", apunta Clements. "Maui lo utiliza como un arma, pero también es el instrumento que le confiere sus poderes: la habilidad de transmutarse en distintos animales: en halcón, tiburón, lagarto, bicho, pez, cerdo u otros".

Cada animal refleja las cualidades más identificables de Maui, incluidas ciertas formas de los tatuajes que cubren gran parte de su cuerpo. Según Schiller, el halcón Maui fue la forma que presentó el mayor desafí­o. "Es muy difí­cil animar alas que se abren y se cierran", cuenta. "Hay mucha interacción entre las plumas. Esta es la primera vez desde BOLT: UN PERRO FUERA DE SERIE que hemos animado aves con este nivel de detalle".

A diferencia de las plumas, el cabello humano fue abordado en pelí­culas recientes desde ENREDADOS hasta FROZEN: UNA AVENTURA CONGELADA. Pero el cabello largo y rizado de Maui no fue fácil de dominar. "Tiene esta enorme masa de cabello que le llega hasta la altura de los hombros", cuenta el supervisor de simulación Marc Thyng. "Todo revuelto. Los rulos salen en todas direcciones: parece más ligero que el cabello de Moana. Es un personaje muy dinámico y puedes ver cómo se estiran sus rulos con cada rebote de su cabello al caminar".

EL ESTILO DEL SEMIDIí“S

Además de su profusa melena, los realizadores diseñaron una falda orgánica para el semidiós. "Maui lleva largo tiempo varado en una isla", cuenta la artista de desarrollo visual Neysa Bové. "Su falda está hecha con todas las clases de hojas que ha podido encontrar allí­".

Pero es justamente la parte que le falta a su vestuario lo que supuso el mayor desafí­o a los realizadores. "Maui tiene el torso descubierto, así­ que no podí­amos ocultar nada debajo de su ropa", cuenta Hyrum Osmond, el jefe de animación. "Debí­amos asegurarnos que toda su anatomí­a luciera correctamente: para la animación, necesitábamos controladores de tensión que pudiéramos habilitar y deshabilitar según fuera necesario".

"No era sencillo", continúa Osmond. "No querí­amos que fuera demasiado realista. Debí­amos mantener un delicado equilibrio para lograr dar en la tecla".

Los animadores asistieron a competencias de levantamiento de pesas y fí­sico culturismo para asegurarse de que el pecho musculoso del personaje se viera realista. "Nos centramos en hombres atléticos y fuertes", cuenta Carlos Cabral, jefe de personajes y animación técnica. "Estudiamos a numerosos luchadores y jugadores de fútbol americano, que son el tipo de hombres de más contextura, forzudos y musculosos del mundo. Luego lo estilizamos y trabajamos para mantener ese nivel de estilización a través de sus dinámicas interpretaciones".

El equipo de animación añadió controladores al pecho de Maui, mientras que el de simulación se encargó de añadir los sutiles movimientos extra a sus músculos: como la leve sacudida de los pectorales o los bí­ceps cuando actúa con poder.

Cubriendo todo eso se encuentran los tatuajes de Maui. "Los tatuajes de Maui están inspirados en los tatuajes de las islas Marquesas de la Polinesia francesa", cuenta el diseñador de producción Ian Gooding. "Y si bien esa parte del mundo aún no habí­a sido poblada en la época en la que está ambientada MOANA: UN MAR DE AVENTURAS, es posible conjeturar que como Maui es un semidiós —y por tanto, inmortal— él fue quien los inspiró".

Los tatuajes de Maui revelan acontecimientos de su pasado. "Descubrimos que en los tatuajes de Maui no aparecen únicamente sus grandes hazañas", cuenta la productora Osnat Shurer. "Sino también sus grandes derrotas. Maui posee un tatuaje de Te Ka, el monstruo que le infligió su primera derrota, y algo de lo que él no está orgulloso. Por eso lo lleva en la espalda, así­ no tiene que verlo".

Pero para mantener a Maui y sus sentimientos bajo control, se encuentra un personaje bidimensional muy especial. "Maui posee un tatuaje que hace las veces de la voz de su conciencia", cuenta Johnson. "Pero está vivo; es genial. Se llama 'Mini Maui' y es una versión pequeña del Gran Maui. Está allí­ para impedir a Maui hacer algo que después pueda lamentar".

Para Musker, la idea de dar vida a los tatuajes de Maui nació en las primeras fases del desarrollo del personaje. "A medida que la personalidad de Maui comenzaba a tomar forma", cuenta el director, "se nos ocurrió: '¿qué tal si uno de sus tatuajes fuera su álter ego?' Así­ que creamos este personaje en 2D con el que Maui puede hablar: es alguien que lleva demasiado tiempo a su lado y lo conoce muy bien. Mini Maui tira abajo la gran pomposidad de este poderoso semidiós".

"Eric Goldberg, que es uno de los artistas de animación tradicional dibujada a mano más reconocidos del mundo, se desempeñó como supervisor de animación, y contribuyó a crear estas viñetas que parecen vallas publicitarias en el pecho de Maui", continúa Musker. "Y luego, dicha animación se volcó sobre el personaje en 3D. Fue una combinación maravillosa entre animación dibujada a mano y animación generada por computadora".

El equipo de tecnologí­a creó toda una secuencia programada para abordar los tatuajes. El proceso requirió de una gran colaboración gracias a las técnicas mixtas de animación. "Todos somos animadores, no importa en qué formato se realice, así­ que ha sido realmente divertido trabajar juntos en esto", cuenta Goldberg. "Los tatuajes son siempre dibujados a mano, de manera que era lógico usar ese medio. Por tanto, toda la animación de Mini Maui se realizó tradicionalmente sobre papel, lo que permitió un aspecto mucho más estilizado y muy gráfico".

"Luego se lo volcó sobre el Gran Maui", continúa Goldberg. "Hubo bastantes idas y vueltas para dar con las proporciones adecuadas. Y lograr que la interacción entre ambos personajes funcionara —Maui grande, por ejemplo, le da un golpecito en la panza a Mini Maui— requirió de una gran colaboración entre los animadores de dibujo a mano y CG".

"Si esa voz comienza a susurrarte que sigas a la estrella más lejana...

Moana..., esa voz en tu interior es quien eres".

AbuelaTala, la confidente y mejor amiga de Moana, comparte con su nieta la conexión especial que siente con el océano. Si bien su hijo, el jefe Tui, es un lí­der sensato, Abuela Tala definitivamente baila al son de su propia música. Siente en su corazón que el océano tiene grandes planes para Moana, pero no revelará los legendarios secretos de que sus ancestros eran navegantes hasta que no sea el momento oportuno.

"Abuela Tala es la guardiana de las historias del pasado", cuenta el guionista Jared Bush. "Ella conoce la historia de su gente y comprende lo importante que es que Moana no renuncie a sus sueños. Pero ella nunca le da las respuestas. Deja que Moana encuentre su propio camino".

El jefe de historia John Ripa agrega: "Abuela Tala es quien advierte que el océano ha escogido a Moana. Ella apoya ese anhelo que Moana siente en su interior y la anima a escuchar esa voz que es uno de los grandes temas de la pelí­cula".

SER FRANCO CON UNO MISMO

Rachel House da voz a Abuela Tala. "Me sentí­ realmente atraí­da por el personaje de Moana", cuenta House. "Es adorable tener a una protagonista de la Polinesia; y una protagonista muy corajuda, por cierto. A las mujeres se les suele enseñar a ser perfectas, no a ser valientes. Creo que Moana es un ejemplo perfecto de valentí­a. Y espero que las niñas lo valoren".

Para House, Abuela Tala es una anciana sabia y testaruda. "Nuestros mayores suelen tener una forma de ser diferente: no les preocupa lo que piensan los demás. Qué maravilloso y liberador estar en ese lugar. Por eso quizás Tala es considerada un poquito loca por algunas personas de la aldea, en lugar de reconocer que es la poseedora de esa sabidurí­a que acaba por empujar a Moana a embarcarse en un viaje épico".

CARACTERIZANDO AL PERSONAJE

Los realizadores querí­an mostrar la fuerza, pero también la fragilidad y excentricidad del personaje. El director de arte de personajes Bill Schwab explica: "Tala es un personaje audaz y excéntrico. Quisimos reflejar eso en su aspecto: usa ropa más bien estrafalaria, de colores vivos. Pero, después de todo, es una abuela, así­ que también debí­amos dejar ver su edad".

"Abuela Tala es uno de los personajes más ancianos de la aldea, y sus movimientos reflejan eso", señala la jefa de animación Amy Smeed. "Imaginamos que habí­a sido un personaje muy elegante de joven, pero ahora se mueve con un poco más de dificultad".

"Nadie debe ir más allá del arrecife".

El padre de Moana, el jefe Tui, es el sociable y respetado lí­der del pueblo de la isla de Motunui. El jefe Tui quiere que Moana siga sus pasos como lí­der del pueblo, pero teme por la fuerte atracción que el océano y el mundo que se abre más allá del arrecife ejercen sobre su hija. "Su padre le dice una y otra vez que no debe aventurarse en el peligroso mar", señala el guionista Jared Bush. "Le Insiste que su papel es el de futura jefa de su pueblo. Y le recuerda la enorme responsabilidad que eso supone y lo importante que es que ella la asuma".

Si bien puede parecer que ambos pertenecen a mundos separados, el jefe Tui y Moana tienen más cosas en común de lo que creen.

UN LOOK IMPONENTE

El director de arte de personajes Bill Schwab sabí­a que el jefe Tui debí­a transmitir una sensación de confianza y gran competencia. "Querí­amos que pareciera un atleta retirado... que habí­a sido el tí­pico atleta grandote e imponente, y que hoy podrí­a seguir siéndolo si quisiese", señala Schwab. "El jefe Tui es muy atractivo; es alto y robusto. Pero carga con un gran peso emocional y eso se refleja en su apariencia".

"El jefe Tui tiene muchas responsabilidades en sus manos", cuenta el jefe de animación Hyrum Osmond. "Debe demostrar a su pueblo que tiene todo bajo control. Que es fuerte y capaz".

La artista de desarrollo visual Neysa Bové cuenta que el traje del jefe Tui no demandaba tener tanta libertad de movimiento como el de Moana. "El jefe Tui es mucho más estoico, e incluso los enormes diseños del estampado de sus prendas reflejan eso", explica. "Su falda no presenta pliegues de ningún tipo y lleva un ribete de plumas rojas para marcar sin lugar a dudas que él es el jefe".

UNA VOZ PODEROSA

Temuera Morrison da voz, en la versión original en inglés, al jefe Tui. "Los verdaderos grandes jefes son los más humildes, y tienen los pies bien plantados en la tierra. El jefe Tui es un gran tipo... que cuida muy bien a los habitantes de Motunui", cuenta Morrison, quien se siente identificado con ese anhelo de Moana por aventurarse más allá del arrecife. "Algunas personas nacen para cruzar el océano: para buscar respuestas más allá del horizonte. Yo tengo una hermana que se llama Moana y sé que su nombre significa 'gran océano azul', así­ que estaba realmente emocionado de formar parte de esta pelí­cula".

"A veces... quien desearí­amos ser, lo que desearí­amos poder hacer... sencillamente no debí­a ser".

La madre de Moana siempre vela por su hija. Alegre, ingeniosa y tenaz, Sina comprende la nostalgia que siente Moana por estar en el agua. Pero al igual que su testarudo marido, Sina quiere proteger a su hija de los legendarios peligros que se extienden más allá del arrecife. Pero ante todo, Sina confí­a en que Moana tomará la decisión correcta.

LA PALABRA DE LA MADRE

Nicole Scherzinger da voz, en la versión original en inglés, a Sina: "Sina me recuerda a las mujeres de mi familia: mi ohana", cuenta Scherzinger. "Es divertida, juguetona, pero también es fuerte. Siento que es la columna vertebral de su familia, como suelen serlo la mayorí­a de las mujeres".

DE TAL MADRE, TAL HIJA

"Es muy cariñosa y amorosa", agrega la jefa de animación Amy Smeed, "pero también tiene una chispa especial que se deja entrever en su forma de moverse cuando canta la "Village Song".

"El océano te eligió".

El océano para muchos puede ser una simple masa de agua. Pero para unos pocos elegidos —como Moana y su abuela— el océano se revela como un reflexivo y resuelto personaje. Preocupado por el bienestar y futuro de Oceaní­a, el océano escoge a Moana para que se embarque en una audaz misión y recupere el corazón de Te Fiti para restaurar el orden de su mundo.

Según cuentan los directores, durante sus viajes conocieron a numerosas personas que sentí­an una profunda conexión con el océano. "Para ellos el océano es un ser vivo, que tiene sentimientos y emociones", cuenta el director John Musker. "Y la relación de una persona con el océano es una de las relaciones más importantes que tendrá en su vida".

Según el jefe de historia David Pimentel, el océano juega un papel esencial en la pelí­cula. "El hecho de que el océano sea un personaje le da un costado espiritual a la pelí­cula muy interesante, y el océano desea que todos estén unidos".

EN FORMA

Los realizadores debieron resolver cómo crear un personaje a partir del agua. "Querí­amos hallar el punto justo en el cual el océano se viera como un personaje verosí­mil que forma parte del mar", explica el jefe de efectos Marlon West. "No es una criatura de agua que asoma la cabeza fuera del océano. Es el océano mismo".

El supervisor de animación de personajes Matthew Schiller cuenta que el primer paso fue crear un modelo animado que les permitiera someterlo a diseño y animarlo. En un primer momento, el cabello de Rapunzel en ENREDADOS les sirvió de inspiración, pero finalmente se decidieron por una forma más simple. "Puede adoptar distintas formas, pero por lo general es una enorme ola que se eleva e interactúa con Moana".

PONIí‰NDOSE SENTIMENTALES

Del equipo de animación dependí­a que el personaje, que se asemeja a un muñeco hecho con una media, tuviera aceptación. "No fue fácil animar al océano como si fuera un personaje", reconoce el jefe de animación Hyrum Osmond. "No tiene ojos ni boca, pero de todas formas debe exteriorizar sus sentimientos. Debes meterte en la cabeza de tu personaje, lo cual en este caso era raro".

MUY MOJADOS

Una vez completada la interpretación del océano, los artistas de efectos debieron crear el aspecto lí­quido del océano. "Definitivamente es un efecto complejo", cuenta el jefe de efectos Dale Mayeda. "Habí­a numerosas opiniones encontradas sobre cuán rápido se debí­a mover, qué tan estiradas se ven las formas en el agua, cuánto hacerlo gotear. El look del océano requirió un enorme intercambio de ideas entre distintos departamentos.

"Hay momentos en los que el océano se emociona y parece un espectáculo de aguas danzantes del hotel Bellagio con enormes y apasionados chorros y salpicaduras", continúa Mayeda. "Y luego hay momentos más sutiles donde está calmado y sereno".

"El personaje es el océano que se materializa", agrega West. "Emerge, interactúa y luego debe volver a fundirse en el agua".

"Pequeños y salvajes piratas".

Los Kokomora son unos piratas salvajes con armaduras de cocos, que viven en un barco cubierto de basura y desechos que flota a la deriva por el océano. Los Kokomora pueden ser pequeños, pero son despiadados guerreros a los que nada los detiene hasta no lograr su cometido.

Al director de arte de personajes Bill Schwab le gustó la idea de introducir cocos en el diseño de los personajes. "En mis investigaciones encontré estas armaduras completamente hechas de fibra de coco con cascos realizados a partir del pez globo", cuenta. "El coco inmediatamente te da el sentido de la escala. Así­ que cuando uno ve este mar de personajes, de inmediato sabe que son pequeños".

"Luego se nos ocurrió adornarlos", continúa Schwab. "Uno posee la pinza de un cangrejo en la cabeza. Otro tiene una estrella de mar. La secuencia es fantástica".

Para a los Kokomora, los realizadores utilizaron su sistema de animación de multitudes Denizen —introducido en la pelí­cula GRANDES Hí‰ROES— que les permitió crear numerosos personajes de coco de distintos tamaños y pintar distintas variantes para crear al numeroso ejército.

"Puedo ser feliz como una lombriz, porque soy hermoso, nena".

Tamatoa es un ensimismado cangrejo de quince metros que vive en Lalotai, el reino de los monstruos. El engreí­do crustáceo quiere ser algo más que un "rastrero de las profundidades" y compensa este presunto punto débil recubriéndose con toda clase de brillos. El ávido coleccionista se aferra vorazmente a su cada vez más numerosa colección de artefactos, junto con un feo resentimiento hacia Maui.

Según el guionista Jared Bush, Maui y Tamatoa tienen algo en común. "Tamatoa le dice a Maui que no son tan diferentes. Ambos le dan mucha importancia a recubrirse de grandeza: Maui con tatuajes de sus numerosas hazañas, y Tamatoa con su reluciente colección de tesoros. Ambos quieren sentirse importantes y tapan sus inseguridades más profundas".

Según el jefe de historia John Ripa, Tamatoa también posee un í­tem muy preciado en su colección. "En el prólogo nos enteramos de que, tras robar el corazón de Te Fiti, Maui también perdió su anzuelo. Por lo visto, Tamatoa le echó pinzas sobre él y ahora Maui lo quiere de regreso".

ESA VOZ

Jemaine Clement da voz en inglés a Tamatoa. "Su obsesión lo ha llevado a la locura", cuenta Clement de su personaje. "Tamatoa se tiene en tan alta estima —es uno de esos tipos— que, naturalmente, su canción es sobre él mismo. Es una canción llamada 'Shiny', compuesta por Lin-Manuel Miranda, del musical Hamilton, y el compositor Mark Mancina, que gira en torno a su colección de dijes y alhajas. Es una canción desafiante, con frases cortas y rápidas".

La productora Osnat Shurer agrega: "Es una canción del estilo de la "Ola inglesa" que Tamatoa canta retando a su rival, Maui. Jemaine es increí­blemente gracioso".

El supervisor de animación de personajes, Matthew Schiller, cuenta que no solo fueron difí­ciles de animar las patas de cangrejo de Tamatoa, sino que además los adornos de su rostro se interponí­an en el diseño. "Tiene un par de bálanos en el mentón", señala Schiller. "Debí­amos asegurarnos de que se vieran bien cuando moví­a la boca; y su boca se mueve mucho cuando canta".

HOGAR DULCE HOGAR

Lalotai, el reino de los monstruos, es un lugar de fantasí­a ubicado debajo del fondo del océano. De hecho, fue nombrado en honor a su inusual ubicación. "Lalo significa 'debajo' y tai significa 'mar'", señala Paul Geraghty, miembro del Oceanic Story Trust, quien es profesor asociado en lingí¼í­stica de la Universidad del Pací­fico Sur, en Fiyi.

El hogar de Tamatoa requerí­a un look que se adaptara a su excéntrico habitante. Adolph Lusinsky, el director de fotografí­a e iluminación querí­a crear un diseño hermoso y saturado. "Imaginen el cielo en esa hora mágica", declara, "una vez que el sol se ha puesto, y el cielo adopta ese azul profundo que tiñe todo de una suave luz azulada. í‰se era el look que querí­amos. Lo genial es que está fundamentalmente iluminado por la bioluminiscencia de las plantas y detalles que hay allí­ de un gran colorido y colores vibrantes".

"A veces nuestras fortalezas se esconden debajo de la superficie... bien debajo en algunos casos".

Heihei es un gallo torpe, el idiota del pueblo. Cuando el inútil gallo acaba accidentalmente metido de polizón en la canoa de Moana, queda en primera fila para vivir su épica aventura. Pero cuando Maui decide que la emplumada ave sea su próxima comida, la compasiva Moana arriesga su pellejo para salvarlo.

El ave de hecho comenzó con un coeficiente intelectual mucho más elevado y una personalidad crí­tica y moralista. Pero los realizadores sintieron que ya habí­an visto a ese tipo de personaje así­ que decidieron modificarlo completamente. "Pero volverlo torpe no era suficiente", cuenta la artista de historia Sunmee Joh. "Debí­amos hallar la forma de que se convirtiera en una complicación para Moana y, en última instancia, para su viaje. Las complicaciones son una gran manera de desafiar a los personajes y enriquecer su historia".

AMIGOS EMPLUMADOS

El supervisor técnico Hank Driskill señala que el amigo emplumado de Moana y el personaje del halcón en el que se transforma Maui fueron los disparadores para crear una secuencia programada de plumas. "Las plumas en general son difí­ciles de animar porque en los gráficos generados por computadora no hay verdadera materialidad", señala Driskill. "Los objetos alegremente pasan unos a través de otros. Pero las plumas deben quedar unas encima de otras. Se deslizan unas encima de otras e interactúan entre sí­. Se da un mecanismo complicado".

Alan Tudyk, el amuleto de la suerte de Walt Disney Animation Studios, da voz a Heihei. Tudyk también ha dado voz a Duke Weaselton en ZOOTOPíA, a Alistair Krei en GRANDES Hí‰ROES, y al duque de Weselton en FROZEN: UNA AVENTURA CONGELADA. En 2012, obtuvo un premio Annie por su interpretación vocal como el rey Candy en la pelí­cula RALPH, EL DEMOLEDOR.

"Vamos bien, Pua. Puedo hacer esto".

El cerdito Pua es la leal mascota de Moana que posee la energí­a y la mente inocente de un cachorro. Es ingenuo y dulce y harí­a cualquier cosa por Moana. Pua solo quiere que ella sea feliz.

"Lo más grandioso acerca de Pua es que hace que Moana se cuestione a sí­ misma", declara el jefe de historia David Pimentel. "Cuando ella decide tantear las aguas —literalmente— él la acompaña, y ambos acaban arrollados por una ola. El temor que siente Pua obliga a Moana a pensar las cosas dos veces, lo cual es importante para un personaje. Esto es lo que ella debe superar".

"Para llegar a Te Fiti, debes atravesar todo un océano de maldad... sin mencionar a Te Ka. ¿Alguna vez venciste a un monstruo de lava?"

Te Ka es un enorme monstruo de lava de 60 metros de alto que no puede ser derrotado. Cuando Maui robó el corazón de Te Fiti, Te Ka despertó y se enfrentó al semidiós para arrebatarle el preciado tesoro. Pero el corazón de Te Fiti se perdió en el mar y Te Ka no está necesariamente contento con eso. "Te Ka acecha cerca de Te Fiti", explica el guionista Jared Bush. "Es este enemigo implacable que ni el mismo Maui pudo derrotar y que sigue allí­ afuera... esperando la próxima batalla. Si Maui no logró conquistar a Te Ka, ¿cómo rayos va a poder vencerlo Moana?"

LAS COSAS SE PONEN CALIENTES

"Te Ka está hecho de lava, y está rodeado de llamas, rayos y humo ", cuenta el supervisor de efectos visuales Kyle Odermatt. "Y como si esto fuera poco, el personaje interactúa con el agua, lo cual añadió mayor complejidad a las cosas que ya de por sí­ debí­amos lograr".

Crear al personaje supuso un trabajo de colaboración entre varios departamentos, incluidos los de animación y efectos. "Creamos algunas herramientas que el equipo de animación podí­a utilizar para ver dentro de la animación cómo se ve el humo que sale de Te Ka", explica el jefe de efectos Dale Mayeda. "De esa manera pueden incorporar el efecto en la animación y, por ejemplo, elegir ocultar al personaje dentro de la nube de humo que flota a su alrededor".

Según el jefe de efectos Marlon West, crear una plantilla de efectos de base (foundation effects) avanzados fue algo revolucionario. "Un animador puede literalmente presionar un botón y ver el humo con un diseño bastante similar a como se verá una vez finalizado", cuenta West. "Lo que permite a los directores revisar una interpretación o visualizar mejor las cosas".

"Dichos efectos de base, de hecho, se pueden introducir en la etapa de diseño", agrega Mayeda. "Se pueden componer las cámaras y el equipo de animación luego puede verlo. Pueden incluso reprogramar las columnas de humo, por ejemplo, para acompañar la narración".

Tal como señala el director de fotografí­a e iluminación Adolph Lusinsky, Te Ka es un personaje que irradia luz. "A veces provee una buena fuente de luz, pero por lo general no ayuda a contar la historia", señala. "Además, Te Ka aparece en un entorno oscuro: el cielo es oscuro, el humo es oscuro, el agua es oscura. Debimos resolver cómo crear más fuentes de luz que parecieran provenir del personaje".

"Por ejemplo, buscamos iluminar el humo desde atrás con una luz cálida para realzar la silueta oscura, que la oscuridad se recortara sobre la luz", continúa Lusinsky. "Crear estas fuertes estructuras de valor dirige la mirada del espectador".

EL DISEí‘O

Imponentes paisajes se apoderan de la escena

Los directores John Musker y Ron Clements poseen, además del trabajo generado por computadora en varios de sus proyectos, una notable experiencia en la animación dibujada a mano. Pero su visión de MOANA: UN MAR DE AVENTURAS exigí­a un enfoque diferente. "Lo que nos proponí­amos hacer con los paisajes de las islas y el océano en esta pelí­cula demandaba animación CG", señala Clements. "La luz, las texturas y la dimensión que podemos lograr con la animación por computadora crea una experiencia increí­ble y realmente inmersiva".

Musker añade: "Las islas, los horizontes, las montañas, hasta los personajes poseen una cualidad escultural que logra su máxima definición en la animación por computadora".

Pero Musker aclara que no buscaban crear un aspecto fotorrealista. "Hemos desarrollado un mundo que supone una versión ligeramente caricaturizada de las islas del Pací­fico donde estuvimos", señala. "Intensificamos un poquito los ya de por sí­ ricos colores. Queremos que el aspecto de esta pelí­cula sea tan envolvente que uno quiera saltar dentro".

El diseñador de producción Ian Gooding, quien vivió en Jamaica hasta los 20 años, cuenta que los viajes de investigación demostraron ser más valiosos de lo que habí­a esperado. "Hay muchí­simas cosas que uno da por sentado", refiere. "Por ejemplo, todos imaginan a los cocoteros meciéndose en el viento, pero lo cierto es que una brisa apenas mecerá las hojas más pequeñas, y las ramas se pueden llegar a mover con un viento fuerte, pero los troncos permanecen firmes. Era algo que no sabí­a, a pesar de que de chico tení­a cinco palmeras de estas en el patio trasero de mi casa".

La pelí­cula presenta más de 60 especies diferentes de plantas, incluidas las nativas y aquellas variedades que los antiguos polinesios podrí­an haber traí­do de sus islas natales, como distintas especies de cocoteros, el árbol del pan y el taro. Uno de los miembros del Oceanic Story Trust, Frank Murphy, ayudó a identificar las especies de plantas que se habrí­an encontrado en las islas en la época en la que está ambientada la pelí­cula. "No podí­an incluir muchas de las flores y frutas que tenemos hoy en dí­a porque son especies que fueron introducidas por los europeos y no existí­an en ese entonces".

Los realizadores se tomaron algunas licencias artí­sticas y añadieron coloridas flores al paisaje que quizás no existí­an en las islas en ese entonces, sino que recién fueron introducidas por los europeos en el siglo XVIII.

El diseño de la isla de Motunui surgió en parte a raí­z de su nombre. "Motu significa 'isla' y nui significa 'grande'", explica Gooding. "Así­ que debí­a ser realmente grande". Lo que demostró ser un gran desafí­o: los realizadores querí­an incluir planos generales que mostraran la isla entera, pero se dieron cuenta de que al alejarse lo suficiente para poder capturarla en toda su extensión, la atmósfera oscurecerí­a la isla. Finalmente, modificaron la escala de la isla con exageradas verticales para que pareciera más grande y fantástica. "Debimos ajustar un poquito la escala para hacer que la altura de la montaña fuera más realista y tuviera un tamaño que nos permitiera capturar toda la isla", cuenta Gooding.

A estos retos debí­a sumarse la realidad que empuja a Moana a aventurarse en el océano. "Se avecinan problemas", señala Gooding. "No todo está bien en esta isla. Las cosechas se están echando a perder, ya no hay tanta abundancia de peces. Debí­amos crear un lugar hermoso y encantador, pero aún así­ mostrar que algo estaba yendo mal".

EL AZUL DEL OCí‰ANO

El hecho de que la pelí­cula esté ambientada en las islas del Pací­fico, supuso un reto para los realizadores que debieron crear agua... mucha agua. Mientras que una tí­pica pelí­cula de Walt Disney Animation Studios presenta tomas de efectos en un 40 o 50 por ciento, la presencia de agua en MOANA: UN MAR DE AVENTURAS requirió efectos en más de un 80 por ciento de la pelí­cula. El océano, como aprendieron Clements y Musker, es muy especial para la gente de Oceaní­a, cuyas raí­ces en la navegación han ligado a su gente al mar durante generaciones. Ese sentimiento se refleja en la relación con el océano que siente Moana.

Para crear el aspecto global del mar, el equipo debió lograr distintos efectos de agua para la pelí­cula, que abarcaron desde la vastedad del mar abierto hasta el agua en la orilla o el personaje del océano que sostiene a Moana por la espalda. Mientras la historia aún estaba en etapa de desarrollo, se formó un grupo de trabajo encargado de animar el agua. Los realizadores decidieron desde un primer momento realizar una representación volumétrica del agua para asegurar una refracción adecuada.

El supervisor técnico Hank Driskill explica que para lograr dar un aspecto más suave y verosí­mil al agua, se creó un software patentado llamado Splash. "Pusimos mucha energí­a en lograr que las tomas de agua más simples fueron lo más sencillas posible", señala. "Detrás de toda gran masa de agua, hay ecuaciones matemáticas que describen cómo se mueve. Pero un barco en el agua desarticula esas ecuaciones. Lo que hicimos fue recortar una sección de los movimientos del océano para simular el movimiento de un barco y la forma en que interactúa con el agua —estelas, salpicaduras— y luego la integramos nuevamente al resto de la masa de agua".

El esfuerzo le permitió al equipo de diseño incluir olas en la toma —estableciendo su altura, velocidad y dirección— y componer todo para rodar con la cámara. El equipo de diseño incluso planeó con anticipación las numerosas tomas que incluí­an barcos. "Una vez creadas las olas, configuramos un sistema para la flotabilidad, de manera que los barcos realmente parecen estar desplazándose sobre el agua", explica Mayeda.

Ello les permitió a los animadores crear las interpretaciones con mucho más detalle de lo que hubieran podido hacerse anteriormente. El equipo de efectos intervino luego, añadiendo estelas y salpicaduras a la animación, asegurando a su vez una perfecta fusión con el fondo del océano.

Además de las tomas de los barcos navegando, en MOANA: UN MAR DE AVENTURAS hay numerosas escenas que tienen lugar en la costa de Motunui y otras islas. "Tenemos el agua que rompe en la orilla y la gente que interactúa con ella", señala el jefe de efectos Marlon West. "Querí­amos realmente capturar cómo esa capa de agua se eleva y rompe contra la arena, y luego retrocede para volver a fundirse con el resto de la marea. Observamos las burbujas que deja en la arena, el color de la arena antes y después del paso del agua, la cantidad de espuma que se forma. Creí­mos que el mar irí­a a tener muchí­sima más espuma... pero son realmente pulcros en esta parte del mundo".

En efecto, los realizadores descubrieron que las olas rompen de un modo diferente en las islas de Oceaní­a. "Es muy diferente a lo que sucede en California", señala Gooding. "Muchas de las islas allí­ poseen enormes arrecifes de coral que forman lagunas, de manera que las grandes olas que vienen del Pací­fico, rompen allí­. En la costa se produce apenas un pequeño chasquido. También debimos considerar factores como las lluvias, la presencia de los volcanes y hasta incluso el tipo de piedra que conforma la arena".

ILUMINANDO EL MAR

Un punto crí­tico en el aspecto general del agua en MOANA: UN MAR DE AVENTURAS era la iluminación. "Buscamos resaltar al máximo el color del agua, y el color del agua en esa parte del mundo ya de por sí­ es alucinante", cuenta el director de fotografí­a e iluminación Adolph Lusinsky. "Querí­amos que pareciera verosí­mil. Hay un punto ideal que logramos saturando ciertas partes del agua, y dejando otras menos saturadas".

El agua, naturalmente, genera grandes reflejos y la tecnologí­a actual permite simular esos efectos con gran precisión. "Están todos trazados por rayos: y están todos allí­", explica Lusinsky. "Pero cuando estábamos en las islas del Pací­fico, tomé dos grupos de fotografí­as: uno con el agua tal cual, y el otro con un filtro llamado polarizador que absorbe gran parte de esos reflejos".

"Esta clase de filtros se utilizan mucho en fotografí­a porque el reflejo puede diluir el color del agua", continúa Lusinsky. "Y de hecho incorporamos este concepto en la pelí­cula, eliminando cerca del 50 por ciento del reflejo. Básicamente, estilizamos el aspecto para apreciar el verdadero color del agua".

Según Lusinsky, los viajes de investigación fueron esenciales. Los realizadores analizaron todo, desde el color y la claridad del agua hasta cómo refleja la luz la arena blanca, incluso debajo del agua. Para comprender la claridad del agua, el equipo llevó a cabo una serie de extraordinarios experimentos. "Creamos un aparejo de quince metros de largo con una serie de pelotas pintadas de gris, negro y rojo", cuenta Lusinsky. "Las pelotas cuelgan de una soga a un metro y medio de distancia unas de otras, y las fotografiamos debajo del agua en tres lugares distintos, con tipos de agua diferentes. Las retratamos desde en una piscina en Van Nuys, Mission Bay, en San Diego, hasta en las costas de Bora Bora.

Hyperion, el sistema de render que fue introducido en la pelí­cula ganadora de un premio Oscar® GRANDES Hí‰ROES, fue llevado a un nivel nuevo para renderizar grandes tomas de agua en forma eficiente.

EXPLORANDO LOS MARES

Los realizadores se sumergen en el arte de la navegación

Ron Clements y John Musker quedaron fascinados con los relatos de los exploradores de las islas del Pací­fico. "Miles de años atrás, los navegantes de Oceaní­a emprendí­an deliberadas travesí­as a lo largo y ancho del Pací­fico", cuenta Musker. "Eran navegantes increí­blemente habilidosos, y esta habilidad era una gran fuente de orgullo para ellos. Y lo sigue siendo".

Los miembros de la Asociación Te Pu Atitia de Moorea, en la Polinesia francesa, enseñaron a los cineastas el concepto de "conoce tu montaña". "En estas regiones se pone gran énfasis en la importancia de saber de dónde venimos", explica Clements. "La gente no solo sabe quiénes fueron sus abuelos y bisabuelos, sino que además, a través de los relatos orales, puede trazar su linaje hasta varias generaciones antes. La expresión 'conoce tu montaña' se refiere a llegar a conocer todos los hechos y personas que hicieron posible que hoy estemos aquí­. Existimos gracias a nuestra montaña".

Musker agrega: "Todo se relaciona con el tema de la navegación: encontrar nuestro camino, hallar nuestra propia identidad".

Mientras estaban en Fiyi, Clements y Musker pasaron tiempo con Jiujiu íngel Bera, quien les recalcó la importancia que tiene el océano para los isleños del Pací­fico. Clements luego regresó para navegar con el jefe orador. En Hawái, el guionista Jared Bush y los cineastas se embarcaron en el Hikianalia, una canoa de travesí­a de la Polynesian Voyaging Society (Sociedad de navegación polinesia). "Era una de esas enormes canoas tradicionales de doble casco", cuenta. "Fue alucinante ver cómo funcionan. Aprendimos que un navegante experto podrí­a estar recostado en su cama en el casco y aún así­, y sin ver nada, saber si el barco se estaba desviando de su curso".

Los realizadores deseaban mostrar las travesí­as oceánicas de un modo que rindiera homenaje a los brillantes navegantes del pasado, pero acompañadas del increí­ble entusiasmo y pasión que imaginaban.

"La idea de una adolescente que sueña con convertirse en navegante —inspirada en las habilidades de sus ancestros— era tan atractiva", señala Musker. "¿Qué mejor manera de ilustrar esa búsqueda por hallar inspiración y su propia identidad que a través de una historia de exploración por los mares?"

"El arte de la navegación polinesio es un sistema de navegación antiguo que se vale de los distintos elementos de la naturaleza", refiere Nainoa Thompson, el primer navegante hawaiano que practica este arte. "Debes saber hacia dónde vas, debes tener un destino en mente. Debes saber qué tan rápido estás navegando".

Thompson señala que los navegantes pueden valerse de la salida y la puesta del sol, la luna y los planetas y el movimiento de las olas del océano para orientarse en sus viajes.

DE BOTES Y CANOAS

Para conquistar los mares, los realizadores primero debí­an diseñar la canoa. Para el diseñador de producción Ian Gooding, era importante diseñar una embarcación que remedara las canoas de hace dos o tres mil años. Pero habí­a un gran problema. "No hay forma de saber a ciencia cierta cómo eran esas embarcaciones", señala Gooding. "Solo podemos hacer una aproximación en base a las canos que sí­ se conservan de fines del siglo XIX".

Una vez diseñados y aparejados los botes en CG, el equipo de diseño se encargó de la difí­cil tarea de montar cada escena que tuviera embarcaciones. Según el director de fotografí­a y diseño Rob Dressel, en animación puedes ubicar la cámara en cualquier sitio, pero en la mayorí­a de las escenas respetaron la ubicación de cámaras de una pelí­cula de acción real. De lo contrario, no hubiera funcionado. "La mayor parte de la pelí­cula tiene lugar en el agua, lo cual puede ser un verdadero desafí­o cuando uno siente que la cámara está en el bote con los personajes o en un bote a un costado de los personajes", remarca Dressel. "Para ello debemos tener en cuenta la cantidad de movimiento que queremos crear y tener siempre en cuenta la historia".

"Por ejemplo", continúa Dressel, "durante la secuencia de la tormenta, el movimiento de la cámara de hecho enfatiza el desasosiego de la escena".

Para capturar lo mejor posible el movimiento de las embarcaciones, los artistas también hicieron la tarea. Paul Geraghty, miembro del Oceanic Story Trust, de pronto se encontró delante de una sala repleta de animadores explicando cómo se navega en una canoa polinesia. "Las canoas polinesias no viran del mismo modo que los veleros occidentales", señala. "Hacen lo que se llama derivación. Y si quieres ir rápido en una canoa polinesia, debes navegar de manera tal que la batanga se eleve fuera del agua para así­ no oponer resistencia al agua. La canoa casi parece que va volando".

Miembro de la Oceanic Story Trust, Dionne Fonoti no puede esperar a que las escenas de los viajes por mar cobren vida en la pantalla grande. "Me emocioné con solo ver el primer corte, en especial al ver las escenas de las travesí­as".

Dressel quiere llevar esa emoción un paso más allá. "Si logramos que un niño salga del cine diciendo: 'Quiero aprender a navegar', habremos hecho un buen trabajo".

AL SON DE LOS TAMBORES

Las estrellas se alinean para crear una música conmovedora para MOANA: UN MAR DE AVENTURAS

Con créditos cinematográficos de la talla de LA SIRENITA, LA PRINCESA Y EL SAPO y ALADíN, a los cineastas John Musker y Ron Clements claramente les gusta contar historias con música. MOANA: UN MAR DE AVENTURAS no es la excepción. De hecho, según los cineastas, el contexto de la pelí­cula no puede mostrarse adecuadamente sin música. Durante sus viajes de investigación a las islas del Pací­fico, los directores se encontraron en todo momento rodeados de música. "Una mañana, muy temprano, nos subimos a un transbordador para ir a la isla de Savai'i, justo cuando el sol comenzaba a asomar", cuenta Clements. "El paisaje era imponente. El jefe samoano que era nuestro guí­a espontáneamente comenzó a cantar una melodí­a hermosa. Fue absolutamente conmovedor. Y ese tipo de cosas sucedí­an dondequiera que fuéramos".

Según la productora Osnat Shurer, quien ya era una fanática de la música internacional, los realizadores deseaban reunir a un heterogéneo equipo de artistas. "Querí­amos dotar a la pelí­cula de una música que tuviera un estilo contemporáneo, pero con reminiscencias de las islas del Pací­fico. Querí­amos hallar a los artistas indicados que nos pudieran ayudar a contar nuestra historia con una música con la que el público de todo el mundo se pudiera conectar... y no podrí­amos estar más contentos".

El variado y dinámico equipo detrás de la inspirada música de la pelí­cula incluye al compositor ganador de un premio Tony® y un Grammy®, Lin-Manuel Miranda, entre cuyos créditos se incluyen el musical de Broadway Hamilton, que obtuvo el premio Pulitzer y múltiples premios Tony®; y el musical ganador de un premio Tony®, In the Heights. En 2015, además, Miranda obtuvo el premio MacArthur Foundation. "Me sentí­ identificado con Moana de varias formas diferentes", cuenta Miranda, quien se sintió "transportado" por LA SIRENITA, la pelí­cula dirigida por la dupla Clement-Musker cuando tení­a 9 años. "Moana tiene una familia que adora, y una isla que adora, pero hay una voz en su interior que la llama a hacer otra cosa. La idea de acallar la vida lo suficiente como para poder escuchar esa voz interior creo que es algo muy importante y sobre lo que sin duda me pareció que valí­a la pena escribir".

El compositor tres veces ganador de un premio Grammy®, Mark Mancina,creó la memorable banda sonora de las pelí­culas Máxima velocidad, TARZíN y la ganadora de un Oscar® Dí­a de entrenamiento; y además compuso canciones, produjo y arregló la música para la producción musical de Broadway de EL REY LEí“N. Para Mancina, la música está diseñada para impulsar la historia. "La música es como una lupa gigante en lo que respecta a la emoción de la historia", señala Mancina. "Puede realzarla, puede manipular la historia... debes ser muy cuidadoso. Me encanta cuando salgo del cine con las melodí­as todaví­a resonando en mi cabeza. Y si siguen allí­ al dí­a siguiente, soy feliz".

Opetaia Foa'i, el cantante y fundador del grupo Te Vaka, ha recibido numerosos premios internacionales, incluido el premio Senior Pacific Artist por su contribución a la música del Pací­fico. "Durante más de 20 años, he estado viajando por todo el mundo contando historias sobre nuestros ancestros, que han sido los mejores navegantes que ha visto el mundo", cuenta Foa'i. "Cuando me enteré de que la pelí­cula MOANA: UN MAR DE AVENTURAS trataba sobre las grandes travesí­as por mar, recuerdo que pensé: 'Cuando sueñas con una estrella...'. Y todo se alineó realmente con mi sueño de dar a conocer esta increí­ble cultura".

Los realizadores reunieron por primera vez a los tres artistas en la isla de Nueva Zelanda, en el reconocido festival Pasifika de música y danza de la Polinesia. El grupo se reunió para su primera sesión de estudio mientras estaban allí­, viendo interpretaciones en vivo en el festival. "Se realizó un concurso de baile, con los movimientos rápidos que caracterizan a los bailes de las islas del Pací­fico", cuenta Foa'i, "y Lin subió al escenario. Y ganó la competencia. Quedé realmente impresionado y recuerdo que pensé: 'Este es el tipo adecuado para este trabajo'. Cada vez que nos reunimos, se genera una suerte de magia".

LAS CANCIONES

La banda sonora presenta siete canciones originales, dos reprises y dos versiones de canciones de la pelí­cula que aparecerán en los créditos finales

Escrita e interpretada por Foa'i y Miranda, "We Know the Way" exhibe la rica y apasionante vida en los mares de los ancestros de Moana. "Luego de reunirme con John y Ron en 2013, comencé a componer esa canción en el vuelo de regreso a casa", cuenta Foa'i. "La inspiración me vino casi naturalmente. Luego Lin añadió sus hermosas letras y la canción cobró vida".

"How Far I'll Go" es la canción de Moana. "Es intimidante componer una canción I want (en la cual el personaje principal expresa sus deseos y objetivos) para una pelí­cula animada de Disney", confiesa Miranda. "Piensas en Ariel con su canción 'Part of Your World' o en 'Reflection', de Mulan. Esta es la oportunidad de Moana de expresar lo que siente y a dónde siente que pertenece".

Auli'i Cravalho interpreta la canción. Tom MacDougall, vicepresidente ejecutivo de música de Disney, señala: "Auli'i, una debutante en todo este mundo, dio todo de sí­. Jamás habí­a visto a nadie hacerlo con tanta pasión en toda mi carrera".

"Where You Are" está compuesta por Miranda, Foa'i y Mancina y es interpretada por Christopher Jackson, Rachel House, Nicole Scherzinger, Auli'i Cravalho y Louise Bush. La canción le presenta al público la aldea de Moana y a sus miembros más importantes.

Escrita por Miranda e interpretada por Dwayne Johnson, "You're Welcome" nos muestra la colorida personalidad de Maui. "Me pareció que serí­a sumamente divertido escuchar a La Roca cantar 'You're welcome for my existence. You're welcome that you get to meet me'", dice Miranda. "Dwayne posee un encanto increí­ble y encarna a la perfección la confianza en sí­ mismo y lo engreí­do que es su personaje".

Miranda, quien es un fan de Johnson desde sus dí­as de luchador, acompañó la sesión de grabación. "Volé a Miami donde estaba grabando su serie de televisión y pasamos un dí­a en el estudio de grabación. Dio todo en esa canción. Realmente la canta de un modo hermoso. Fue muy divertido".

Jemaine Clement fue convocado para interpretar "Shiny", una canción que compusieron Miranda y Mancina centrada en Tamatoa, el cangrejo de quince metros que tiene problemas de confianza. "Disney posee unos villanos sensacionales, como Jafar, Scar, Cruella y íšrsula", dice Miranda. "Tamatoa es mezquino y ostentoso, así­ que con él querí­amos crear la anti-lección de la pelí­cula. Si el viaje de Moana se trata de escuchar su voz interior, Tamatoa está allí­ para decirnos: 'No importa. ¿A quién le importa? Lo único que importa es cómo te ves'. Procede de lo más profundo y oscuro del mar y siente que lo importante es su coraza. Lo importante es brillar".

"Me incliné por el glam rock de la década de 1970", continúa Miranda. "Es nuestra única melodí­a de rock de la pelí­cula porque se trata de ser llamativo y glamoroso".

"I Am Moana (la canción de los ancestros)" fue compuesta por Miranda, Mancina y Foa'i, y es interpretada por Rachel House y Cravalho. "La canción marca un momento muy importante de la pelí­cula cuando Moana comienza a cuestionarse su decisión de embarcarse en este enorme desafí­o", cuenta MacDougall.

Con música de Foa'i, Miranda y Mancina, y letra de Foa'i y Miranda, "Know Who You Are" es interpretada por Cravalho, Vai Mahina, Olivia Foa'i, Foa'i y Matthew Ineleo. La canción aparece hacia el final de la pelí­cula cuando el viaje de Moana está por llegar a su fin.

La cantante y compositora canadiense, artista del sello Def Jam, Alessia Cara ("Here," "Wild Things," "Scars to Your Beautiful") fue convocada para componer la versión de los créditos finales de la canción "How Far I'll Go". Cara ha sido galardonada con un premio Juno a la Artista Revelación del Año y ha sido nominada Nueva Artista del Año en los American Music Awards de 2016. Recientemente finalizó una gira con el grupo Coldplay. "Cuando nos reunimos con Alessia, demostró ser la perfecta extensión de Moana", declara MacDougall. "Hasta lleva un tatuaje de un barco en su muñeca. Y contó que siempre sintió una conexión con el océano".

El artista de Hollywood Records Jordan Fisher se une a Miranda en la versión de los créditos finales de 'You're Welcome'". "Necesitaba una razón cualquiera para hacer que Lin volviera a cantar", apunta MacDougall. "Y Jordan le da a la canción un estilo moderno y sensacional. No es sencillo hacer más genial una canción que ya lo es con un estilo diferente, pero nos encontramos con que la gente terminó adorando ambas versiones".

Tras su exitosa presentación en la producción ganadora de un premio Emmy® de Grease: Live, Fisher lanzó su primer sencillo "All About Us", que escaló al primer puesto de la lista de Billboard Pop. Fisher, quien recientemente abrió el concierto de Alicia Keys en el Festival de Apple Music de este año, se ha unido al reparto de la producción de Broadway del musical Hamilton, y lanzará su álbum completo en 2017.

¡MíšSICA, MAESTRO!

"La música de fondo de la pelí­cula incluye percusión, y música coral y orquestal; y por momentos también pop", señala el compositor Mark Mancina. "Tenemos estos ritmos maravillosos inspirados en la música de las islas del Pací­fico; y los ritmos emblemáticos de la banda de Opetaia: Te Vaka, que ya lleva más de dos décadas interpretando música original del Pací­fico. Todo contribuye a una hermosa banda sonora y a una pelí­cula cargada de diversión".

Para Mancina, la música de la pelí­cula es una combinación orgánica de estilos, que con frecuencia incorpora el estilo y sonido de las canciones de la pelí­cula. "Tuve el lujo de estar involucrado en la composición de algunas de las canciones, y esos temas me ayudaron a conectarme emocionalmente con los distintos personajes", cuenta Mancina. "Desmenucé esas canciones y las incorporé en la música de la pelí­cula. No querí­amos una música que pareciera poder colarse en cualquier otra pelí­cula".

Para grabar la banda sonora, Mancina reunió una orquesta de 80 instrumentos, y a un grupo formado por percusión, bajo y guitarra. La banda sonora cuenta con la intervención de cantantes y tambores de troncos del grupo Te Vaka, que pasaron dos dí­as grabando con Mancina en 2015. Mancina además incorporó el coro Pasifika Voices, conformado por 10 hombres y 10 mujeres procedentes de las islas de Fiyi, Salomón y Cook, entre otras; y dirigido por Igelese Ete, el jefe de artes escénicas del Oceania Centre for Arts, Culture and Pacific Studies de la Universidad del Pací­fico de Suva, Fiyi. "Para mí­, lo importante era captar la emoción de cada una de las 38 entradas, asegurándonos de que quien las oye pueda sentir esa emoción, sin necesidad de ver las imágenes en pantalla", apunta Ete. "He buscado resaltar especialmente la emoción de cada palabra y cada sonido que interpretamos. El público sin duda se conectará con la música".

Disponible en Latinoamérica a partir del 2 de diciembre, la banda sonora original de la pelí­cula MOANA: UN MAR DE AVENTURAS presenta catorce temas, incluidas siete canciones originales y música original, dos reprises y dos versiones de canciones de la pelí­cula que aparecerán en los créditos finales.

MOVIMIENTOS AUDACES

Los realizadores convocan a especialistas de haka y otras danzas

Los realizadores querí­an dotar a MOANA: UN MAR DE AVENTURAS de movimientos y bailes que reflejaran las culturas que inspiraron la historia. En sus viajes conocieron numerosos estilos y artistas. "Quisimos incluir el haka maorí­, la danza fa'ataupati (baile de palmadas) del mundo samoano", señala la productora Osnat Shurer. "Observamos los bailes de las islas de Fiyi, Tahití­, Cook. La acción que hemos desarrollado es una amalgama de los distintos estilos que vimos, lo que nos han enseñado y lo que más se ajusta a los personajes de la historia".

Tiana Nonosina Liufau posee raí­ces en las islas de Hawái y Samoa. "La danza, que convive armoniosamente con la música, es una herramienta que siempre hemos usado para preservar nuestras historias, nuestra moral, nuestros valores", explica. "Puede utilizarse para describir la naturaleza, preservar nuestra genealogí­a, explicar dónde hemos estado y cuál es nuestra esperanza para el futuro".

A Liufau se le encargó coreografiar movimientos de danza para algunas secuencias especí­ficas de la pelí­cula, además de ejecutar esa misma coreografí­a para los animadores y directores. "Les fui mostrando todo el proceso: por qué hací­a cada movimiento, el significado que tení­an para mí­, y su contexto histórico y la asociación regional que puede tener cada uno", comenta. "Lo repetí­ una y otra vez. Los animadores tomaron notas, realizaron bocetos y formularon numerosas preguntas: qué significado tení­a una determinada inclinación de la cabeza o la postura del pie. Querí­an comprender el significado cultural de cada movimiento".

El haka es una forma de danza y canto tradicional del pueblo maorí­ de la isla de Nueva Zelanda. Layne Hannemann, quien también es miembro del Oceanic Story Trust, les llevó a los realizadores material de referencia sobre el haka, y también coreografió e hizo demostraciones del baile para que los animadores pudieran incorporar en la pelí­cula. "Hay numerosos tipos de haka", señala Hannemann. "Puede ser interpretado por hombres o mujeres. Cada vez que se celebra algún evento importante en una comunidad, puedes estar seguro de que se bailará haka".

"El haka puede compararse a una cápsula del tiempo que captura y preserva la emoción más pura, el sentimiento y el 'mana', el poder sobrenatural que puede trascender todo tiempo y habilidad personal", continúa Hannemann, cuya abuela —coincidentemente— también se llamaba Moana. "Puede despertar esos sentimientos incluso luego de que haya finalizado el evento y todos se hayan ido a sus casas".

ACERCA DEL TALENTO VOCAL (DE LA VERSIí“N ORIGINAL EN INGLí‰S)

Auli'i Cravalho (voz en inglés de Moana)ayuda a dar vida a la nueva heroí­na de la pelí­cula de Walt Disney Animation Studios MOANA: UN MAR DE AVENTURAS. La joven de quince años oriunda de Hawái, presta su voz a la decidida y audaz protagonista de la comedia de aventuras animada dirigida por los dos grandes de la animación John Musker y Ron Clements (LA SIRENITA, ALADDíN, LA PRINCESA Y EL SAPO).

Los realizadores vieron cientos de audiciones de talentosas jóvenes a lo largo y ancho de las islas del Pací­fico antes de dar con la talentosa Auli'i, quien inicialmente no se habí­a presentado para el codiciado papel. El director de casting de la pelí­cula radicado en Hawái recordaba a Auli'i cantando en un video que habí­a enviado a un programa de talentos para recaudar fondos, y la convocó para que fuera a hacer una audición. Tres audiciones más tarde, incluido su primer viaje a Burbank, California, Auli'i obtení­a el papel principal gracias a su talento natural.

Estudiante de segundo año de la escuela secundaria Kamehameha Schools Kapalama de la isla de O'ahu, Auli'i creció cantando y bailando para su familia. Si bien participa en el Concert Glee Club de su escuela, es una debutante en el mundo de la industria del entretenimiento. Cuando no está en la escuela o interpretando, Auli'i adora pasar tiempo con su familia y amigos, estudiando para sus cursos de nivel avanzado y clases de honor, yendo a la playa o bailando el hula.

Auli'i nació en Kohala, en la isla de Hawái, y actualmente reside en la isla de Oahu con su madre Puanani.

Con ingresos de sus pelí­culas cinematográficas que exceden los 2 mil millones de dólares en todo el mundo, Dwayne "The Rock" Johnson (voz en inglés de Maui) es una fuente inagotable de éxitos de taquilla en todo el mundo, tanto en cine como en televisión. A Johnson se lo puede ver en la serie de HBO Ballers, dirigida por Peter Berg, en la que encarna a una exestrella de fútbol americano que ahora se gana la vida como representante de jóvenes jugadores, y que se debe abrir camino del otro lado del campo de juego. Johnson protagoniza la adaptación cinematográfica pronta a estrenarse de Baywatch y la pelí­cula de Universal Fast 8. Además, interpretará la continuación de Sony del clásico Jumanji, junto con Kevin Hart y Jack Black, y ha firmado para protagonizar la nueva versión del clásico de culto Rescate en el Barrio Chino para FOX, The Jansen Directive para Universal, y la pelí­cula de acción Rampage.

Seven Bucks Productions, la compañí­a productora de Johnson, pronto estrenará un documental para HBO sobre correccionales de menores: A Rock and a Hard Place, así­ como un especial de televisión para SPIKE, Rock the Troops, que se estrenará este otoño. Seven Bucks Productions también está desarrollando un proyecto para televisión basado en el Departamento de Policí­a de Los íngeles, Boost Unit, para FOX.

Entre los créditos cinematográficos más recientes de Johnson se incluyen: Un espí­a y medio, junto con Kevin Hart para New Line; el éxito del verano de 2015, Terremoto: La falla de San Andrés; la pelí­cula de Universal Rápidos y furiosos 7, donde retomó su papel del agente Hobbs junto con Vin Diesel; Hércules, de Paramount, dirigida por Brett Ratner, en la cual Johnson dio vida al papel principal; el thriller dramático El infiltrado, sobre un padre que se infiltra en la DEA para liberar a su hijo que se encuentra prisionero; la aventura de acción basada en el libro de historietas G.I. Joe: El contraataque, así­ como la segunda entrega de la franquicia, que protagonizó junto con Bruce Willis y Channing Tatum. Además, entre sus créditos se incluyen el drama independiente Empire State, con Liam Hemsworth y Emma Roberts; Sangre, sudor y gloria [o Dolor y dinero, como se la conoció en Chile], con Mark Wahlberg; las pelí­culas de las franquicias Fast Five y Rápidos y furiosos 6, que combinadas llegaron a recaudar 1.400 millones de dólares en la taquilla internacional; LA MONTAí‘A EMBRUJADA; Hada por accidente; Planeta 51; El superagente 86; ENTRENANDO A PAPí; Viaje 2: La isla misteriosa, que recaudó más de 325 millones de dólares en 2012; Tómalo con calma, la secuela de MGM de El nombre del juego, junto con John Travolta, Uma Thurman y Vince Vaughn; la nueva versión de 2004 de Walking Tall; y la pelí­cula de acción y comedia de Universal The Rundown, que fue aclamada por la crí­tica, dirigida por Peter Berg y co-protagonizada por Sean William Scott, Rosario Dawson y Christopher Walken.

En marzo de 2000, Johnson apareció en Saturday Night Live, que le valió al programa el ranking más alto del año. Además fue seleccionado por Stephen Sommers para la pelí­cula La momia regresa, que llegó a recaudar más de 400 millones de dólares en todo el mundo. El personaje de Johnson tuvo tan buena acogida que los ejecutivos de Universal luego crearon una pelí­cula basada en su personaje: El rey escorpión, que rompió todos los récords de taquilla de 2002, convirtiéndose en el estreno del mes de abril más taquillero de todos los tiempos.

En 2009, la revista Entertainment Weekly nombró a Johnson una de las estrellas más cotizadas de Hollywood junto con Robert Downey Jr., Ellen Page, James McAvoy y Amy Adams. Johnson nació en la ciudad de San Francisco y creció en Hawái; durante la escuela secundaria se destacó en el equipo de fútbol americano y posteriormente como defensor para la Universidad de Miami, que en 1991, durante el primer año de Johnson en la universidad, ganó el Campeonato Nacional. Tras graduarse, Johnson siguió los pasos de su padre, Rocky Johnson, y su abuelo, el Gran Jefe Peter Maivia —ambos miembros del Salón de la Fama de la empresa de entretenimiento deportivo WWE—, y se unió al mundo de la WWE. Desde 1996 hasta 2003, la pasión de Johnson lo llevó a desarrollar una carrera extraordinariamente exitosa que rompió récords de audiencia en todos los Estados Unidos y que también estableció tarifas récord para su transmisión de pago en los hogares. Su personaje, La Roca, se convirtió en uno de los personajes más carismáticos y dinámicos de la industria. En marzo de 2012, Johnson regresó a la escena de la WWE, para batirse con John Cena en el Wrestle Mania XXVIII en Miami, donde su actuación rompió todos los récords.

Johnson escribió su autobiografí­a The Rock Says, la cual al poco tiempo de ser publicada en enero de 2000 alcanzó el primer puesto en la lista de los libros más vendidos de The New York Times. Además, en 2006 creó la organización The Rock Foundation, con la misión de educar, capacitar y motivar a niños de todo el mundo a través de la salud y el entretenimiento fí­sico. Un dedicado filántropo, en 2009 Johnson se convirtió en el vocero nacional para la Campaña de Concientización de la Diabetes de la Fundación de la Industria del Entretenimiento. También es un comprometido miembro del Gabinete de Celebridades de la Cruz Roja Americana y es una de las celebridades que participa como embajador de la fundación Make-A-Wish. En 2008, el Congreso de los Estados Unidos y la Joint Leadership Commission de los Estados Unidos reconoció a Johnson con el prestigioso premio Horizon, el premio U.S. Congressional, otorgado a un individuo del sector privado que ha demostrado un sobresaliente liderazgo y brindado oportunidades para los jóvenes de la nación.