Internacional

Rebelión anti-FMI en Argentina pone en duda reelección de Macri

Este lunes 26, una huelga general de 24 horas, organizada por la Confederación General del Trabajo de la República Argentina (CGT), con el respaldo de otros sindicatos, agrupaciones de ciudadanos, pequeños empresarios y organizaciones sociales, paralizó por completo a Argentina. Los huelguistas exige al gobierno de Macri que cambie el programa económico y rechazaron las exigencias de austeridad que hace el Fondo monetario Internacional (FMI). El FMI inspira en los argentinos un aborrecimiento profundo.

Efectivamente, la huelga que dejó las calles desoladas en ciudades en todo el país, fue un plebiscito sobre las políticas neoliberales que le ha impuesto el Presidente Mauricio Macri al país durante los últimos dos años y medio, y cuyo efecto ha sido devastador: mayor pobreza, desempleo, destrucción de los mercados nacionales, recompensa a la especulación en vez de a las inversiones productivas. El paro sucede justo cuando Macri proclama su “victoria” al obtener un préstamo del FMI por $50 mil millones de dólares, que implica brutales condiciones de austeridad.

Rumbo a las próximas elecciones presidenciales, el año que viene, Macri quiere desesperadamente evitar cualquier conflicto social, para convencer a los inversionistas a que lleven su dinero al país. Luego de la huelga, el gobierno anunció que reiniciará las negociaciones con la CGT y los otros sindicatos, y elevó el límite del incremento del salario que había fijado en 15% (insostenible dada la tasa de inflación de entre 30 y 40%), sin embargo insistió al mismo tiempo que no se apartarán del programa del FMI. Miembros del propio gabinete ministerial de Macri admiten que el programa del FMI va a hundir al país en una recesión peor, pero dicen que se tiene que soportar esta “carga”.

Pero antiguos aliados del gobierno, como Eduardo van der Kooy, editor del periódico gobiernista Clarín, le están diciendo al Presidente que cualquiera que sea la “victoria” que el dice haber logrado en el frente internacional, o sea, el préstamo del FMI, o que Argentina haya clasificado como “mercado emergente”, no tiene ningún significado a nivel nacional. Macri tiene que poner sus cosas en orden, advierte van der Kooy, tiene que dejar de culpar de sus problemas a la ex Presidente Cristina Fernández de Kirchner (es hora de que deje de golpear al caballo muerto), y tiene que salir con una estrategia coherente o perder su posibilidad de reelección.