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Chocolate, el abrigo del alma para esta Navidad

 

Un producto que siempre está presente en las celebraciones y ayuda a mostrar el afecto que sentimos por los demás

 

Ciudad de México.- Dulce, oscuro, amargo, semiamargo, blanco, en barra, con leche, como pastel, postre cremoso o como bebida caliente, el chocolate en todas sus variedades reconforta el alma y te transporta con su aroma y sabor a momentos especiales.  Este alimento que es del gusto de los mexicanos llega a ser una muestra de cariño y agradecimiento y se obsequia durante las fiestas de fin de año.

“Consumir chocolate produce alegría y bienestar, además de ser una rica fuente de energía para afrontar las bajas temperaturas. Por estas y otras razones, deseamos que en esta época se exprese el cariño a través de un dulce o un chocolate”, dijo Alicia Páramo Ortega, Directora general de la Asociación Nacional de Fabricantes de Chocolates, Dulces y Similares.

El chocolate históricamente ha estado en la vida de los mexicanos y siempre ha sido el acompañante de las ocasiones especiales, por ejemplo, en el siglo XVII servir un chocolate caliente como bebida llegó a formar parte imprescindible del festejo, una costumbre habitual en las meriendas que los nobles ofrecían a sus visitas.

Pese a esta legendaria costumbre, en México la cifra de consumo per cápita no supera los 750 gramos, una cifra muy baja en comparación con los 11.9 kilos por persona que reportó Suiza, el mayor consumidor del mundo.

“El mercado del chocolate en México está valuado en 26,000 millones de pesos (mdp) y las empresas asociadas a Aschoco representan el 87% de comercio del chocolate y confitería. La oferta se compone de variantes de chocolate industrializado, con pequeños porcentajes de manteca de cacao o, simplemente, con sabor a chocolate”, detalló Alicia Páramo.

Considerando lo anterior, estas fiestas constituyen una gran oportunidad para revivir tradiciones y tal como relató Bernal Díaz del Castillo que, estando Hernán Cortés en la ciudad de Tenochtitlan celebró un gran banquete en el cual además de otros alimentos, corrían de un lado a otro unos jarros de un brebaje espumoso que al Emperador le servían en copas de oro fino que los aztecas llamaban cacáhuatl (agua con cacao) y que los españoles descubrirían al mundo con el nombre de chocolate.

En estas fiestas decembrinas consciente a tus seres queridos y amigos con dos deliciosas y rápidas recetas que los ayudarán a entrar en calor y darle un abrazo al alma en esta época de invierno.