Había un hombre que vivía en un rancho y tenía una mula y un perro. Un día tomó la mula y al perro y fue a un pueblo cercano a comprar provisiones. Una vez comprada la mercancía la cargó en el lomo de la mula, pero ésta al sentirse cargada, ya no quiso moverse. El hombre cogió un garrote y empezó a pegarle a la mula para que caminara, pero ésta se echó.
_¡Vamos, levántate mula floja!- gritaba el hombre mientras la golpeaba, pero el animal no se movía.
_¡Te estoy hablando animal, párate de una vez!
Nada. La mula recibía los grrotazos con un estremecimiento de todo el cuerpo, pero parecía determinada a morirse antes de levantarse.
_¡Bestia maldita, te voy a matar!- gritó el hombre fuera de sí, y se ensañó con el garrote.
Entonces la mula empezó a llorar y dijo:
_No me pegues más.
El hombre quedó boquiabierto al oír que hablaba, se le cayó el garrote de la mano y echó a correr, seguido del perro, que también corría. Llegaron a un árbol y el hombre se apoyó en el tronco, exhausto por la carrera.
Y el perro, tambien exhausto dijo:
_Qué susto nos pegó la mula ¿verdad?
Cuento mixteco