La diferencia territorial entre estas dos naciones es enorme. Rusia ya era el país más grande del planeta y Japón uno pequeñito. Sin embargo, los nipones son una raza de cuidado, y a principios del siglo pasado, de 1904 a 1905, chocaron las ambiciones expansionistas del zar Nicolás II y el emperador Mastu – hito que pretendían anexarse a Corea. Al final de esta guerra, Japón obtuvo derechos ferroviarios en Manchuria, los puertos de Dairén y Port Arthur, así como la península de Liaotung, media isla de Sahalin y el reconocimiento ruso de su derecho a Corea. Casi nada.

Ya Japón había derrotado a China, pero Alemania y y Rusia juntas habían obligado a Japón a regresarle a China los territorios de Manchuria y Port Arhur, con el compromiso de que ninguno de estos países se quedaría con ellos. Pero Rusia rompió el acuerdo apropiándose de Manchuria y consiguiendo una concesión de Port Athur, pues necesitaba un puerto libre de hielo en invierno.

Como Corea era un territorio tributario del Japón, la presencia de Rusia en la zona hacía peligrar a Japón pues los espías rusos de inmediato se infiltraron en Corea y consiguieron una base naval cercana a Japón. Los nipones enviaron un ultimátum a los rusos de que respetaran el acuerdo, pero al ver que no se retiraban del territorio mencionado, atacaron a la flota rusa despedazándola el 7 de febrero de 1904. Días después, Japón envió tropas a ocupar todo Corea, hasta el límite con Manchuria, a lo que Rusia reaccionó entrándole duro a la guerra, y fue derrotada por Japón. Después Rusia envió a 160 hombres a combatir a los 260 mil japoneses que tenían consigo a mil 200 cañones. Murieron 60 mil rusos y Japón tuvo también fuertes pérdidas humanas, pero se impusieron a Rusia. Luego penetraron los nipones en Manchuria rumbo a su capital Mukden, y la flota rusa del Báltico atacó Port Arthur y cerca de Mukden sufrieron otra derrota más sangrienta que la anterior. Esta guerra modificó el mapa del poder en el mundo pues Japón se erigió como una de las potencias mundiales a considerar en cualquier ecuación de occidente. Rusia sufrió tiempo después la revolución que acabó con su sistema de gobierno monárquico. La historia moderna es diferente, pues Japón, luego de perder la segunda guerra mundial, se dedicó a la producción inteligente de aparatos electrónicos y Rusia desbarató a la URSS pasando por un periodo de vacas flacas, hasta que ahora retoma su perfil de gran nación poderosa dispuesta a competir con el actual líder Estados Unidos, en cualquier terreno.