Internacional

Otra vez temor entre los círculos financieros por un nuevo colapso como el de 2007

El servicio de noticias Bloomberg publicó el martes 26 un artículo editorial escrito por Ferdinando Giugliano, columnista de Bloomberg y del diario italiano La Repubblica (y ex miembro de la junta editorial del Financial Times) que refleja las discusiones frenéticas que se están llevando a cabo en los círculos bancarios sobre lo que los políticos no hacen caso y lo que no se dice al público: La “perspectiva aterradora” de que haya un colapso del sistema financiero transatlántico.

  “Muchos economistas temen que el sistema financiero sigue todavía extremadamente vulnerable a los sobresaltos”, escribe Giugliano. Destaca tres áreas de vulnerabilidad en los que estos economistas están enfocados: Los niveles de capital bancario no son ni cercanos a los que es necesario para hacer frente a la deuda que tienen esos bancos; el uso de “ponderaciones de riesgo” para cubrir su situación actual; y el hecho de que no se ha separado a la banca comercial de la banca de inversión.

  Sobre esto último, como otros en su círculo, Giugliano no habla de la necesidad de una separación completa bajo la normativa de la Glass-Steagall, pero se engaña a sí mismo con las “regulaciones” británicas y la mentada Ley Volcker estadounidense, creyendo que esto puede ayudar de alguna manera en caso de un colapso.

  Giugliano hace referencia a las ponencias que presentaron en la conferencia del 22 de septiembre sobre “Diez años después de la crisis: Mirando hacia atrás, mirando hacia adelante”, que fue patrocinada por el Centro de Investigación sobre Política Económica (CEPR, en sus siglas en inglés), que se llevó a cabo (muy apropiadamente) en la Escuela de Negocios del Colegio Imperial en Londres. Esa tiene que haber sido una conferencia espeluznante; según el sitio electrónico del CEPR, el discurso de apertura sobre la estabilidad financiera lo dio el ex primer ministro italiano y agente británico, Mario Monti.

  Los dos conferencistas que Giugliano menciona fueron John Vickers, ex director de la Comisión Bancaria Independiente de Gran Bretaña, quien respalda e impulsa las “regulaciones” para proteger a los bancos comerciales en contra de la Glass-Steagall; y Tamim Bayoumi, del Fondo Monetario Internacional (FMI). Vickers habló sobre cómo los reguladores aceptan ahora “un nivel de endeudamiento que todavía anda alrededor de 25 o 30 veces el capital básico del banco”. Bayoumi detalló cómo “los bancos han aprendido a hacerle jugarretas al sistema” luego de la decisión de 1996 de la Comisión de Basilea de permitirle a los bancos utilizar sus propios modelos internos para evaluar los riesgos, apilando “activos por medio de manipular simplemente sus modelos de riesgo”.

  Esto quiere decir que no hay garantía de que, si los reguladores fueran a endurecer más los requisitos sobre la proporción de deuda que pueden asumir, se pudiera evitar una nueva crisis financiera, advierte Giugliano. “No solo le pedimos a los bancos que mantengan muy poco capital, sino que además estamos subestimando qué tan problemático es realmente su nivel de riesgo”

 

  “El temor, por lo tanto”, agrega, “es que más pronto que tarde, habrán llamados a algún gobierno para que rescaten a los bancos en riesgo. Y he aquí donde está la tercera similitud peligrosa con la antesala a la crisis mundial: Muchos países de occidente han demostrado que no pueden separar la banca de inversión de la banca comercial. Y como resultado de esto, incluso si los gobiernos solo quisieran mantener funcionando esta última, en muchos casos se van a ver forzados a rescatar todo, ya que es imposible separarlas”.