12/May/2024
Editoriales

El 22 y los migrantes

Al fin llegó el esperado año del 22. El anterior nos tuvo en confinamiento voluntario a pesar de que ya veníamos castigados desde el 2020. Casi veintún meses de puras noticias malas, de un compadre que sobrevivía gracias a un respirador, de una amiga que pasó al ‘modo cenizas’ por pandémicas causas. 

El 2021 nos robó 20 mil almas, modificó nuestras vidas e impactó la economía. 

El PIB del estado descendió 6.7%; se esfumaron 94 mil empleos; cayeron las exportaciones el -4.9%, el desempleo en su máximo punto alcanzó el 7% y trajo la criminal carestía.

Dicen que el 2022 trajo bajo el brazo una cuarta torta de COVID 19 - Ómicron, y los israelitas hablan de la Flurona, una combinación de Covid y Gripe. 

Si así comienza a tratarnos a nosotros, los 5 mil migrantes que están ‘de paso’, viviendo de caridad y en refugios, deben estar sufriendo un calvario.

Los vecinos los acusan de feos; ciertamente no todos son buenos, pero tampoco todos los regiomontanos lo son. 

Vienen huyendo de la miseria, de la violencia, de la falta de oportunidades y buscan dónde hacer vida en mejores condiciones.

Recordemos que nuestra Ciudad fue fundada y ha crecido gracias a migrantes. 

Diego de Montemayor y los padres fundadores lo eran, y aunque histórica y oficialmente lo neguemos, muchos cometieron un genocidio contra los aborígenes. 

Los migrantes aportan cultura. El gobernador Martín de Zavala (1625-1664) convenció a potosinos, queretanos, y guanajatenses de instalarse aquí con sus famillias. Entre 1715 y 1750, llegaron canarios y vascos; la Independencia atrajo franceses de Luisiana, italianos valiosos y ya estaban aquí los tlaxcaltecas cuyo trabajo y cultura engrandecieron al Nuevo Reino de León.

Luego de la invasión norteamericana, miles de texanos vinieron buscando refugio. De la invasión francesa se quedaron muchos soldados austriacos de carpinteros, maestros de dibujo, de música e idiomas. 

Vinieron potosinos, guanajuatenses, zacatecanos, norteamericanos, alemanes, británicos, y a principios siglo XX, chinos.

Aunque la xenofobia norteamericana traspasó la frontera y en febrero de 1911 en Monterrey y en Torreón hubo violencia contra la comunidad china. En un episodio oculto y vergonzoso, se habla -sin pruebas- de unas 300 víctimas.

En 1930 llegaron españoles huyendo de la Guerra Civil. En las décadas de los 40 y 50 llegaron judíos europeos, gitanos, italianos, polacos y otros europeos huyendo de la Segunda Guerra Mundial.

Con el Tratado de Libre Comercio, las industrias automovilística, aeronáutica y de tecnologías de vanguardia trajeron una oleada migratoria de coreanos. Ahora se quedarán a vivir aquí centroamericanos y antillanos a los que debemos ver como nuevos elementos culturales que enriquecerán nuestra Ciudad.

Recordemos que todos tenemos un antepasado migrante que llegó buscando paz y prosperidad.

Este año 2022 nos trae novedades, unas malas y otras buenas. Los migrantes no deben estar entre las primeras.