El viernes 27 de agosto de 1909 pegó durísimo un ciclón a la ciudad de Monterrey. Este fenómeno meteorológico había sido detectado el día 20 anterior frente a la Isla Barbados, en el Caribe, y nuestra ciudad había sufrido previamente intensas lluvias por lo que no se esperaba que llegara este huracán. Sin embargo, arribó con una fuerza nunca vista jamás, pues los registros hidrológicos no tienen antecedentes de algo similar. Cayeron 340 milímetros de agua y el río Santa Catarina llevaba un gasto de 6 mil 500 M3 por segundo. El río se desbordó muriendo ahogados unos 3 mil regiomontanos y en total unos 6 mil nuevoleoneses. Esta gráfica es tomada del sitio web del historiador Eduardo Cázares. Se aprecia el cauce divagante del Santa Catarina y el cuello de botella formado por el Puente de San Luisito. Texto: LEB