Entre 1939 y 1942 se realizó el Generalplan Ost, aunque buena parte del ideario de Hitler ya venía en su libro Mein Kampf de 1926. Tenía muy claro que Rusia era una amenaza para la realización de sus sueños de dominio militar y político; tal vez Stalin le provocaba pesadillas y quería garantizar que no le estorbaría para conseguirlos. “La salvación de Europa no estará asegurada hasta que no empujemos a Asia al otro lado de los Urales. Ningún estado ruso organizado debe existir al occidente de aquella línea”, escribió el temible Adolfo.
“Los rusos son toscos, zarismo y bolchevismo no tienen diferencia. Son brutos hasta el estado salvaje. Ya que no hay un dique natural contra la marea mongol, debemos contenerla con un baluarte vivo”. “Poblaremos el amplio desierto ruso, le arrancaremos el carácter de estepa asiática y lo volveremos europeo. Aunque necesitemos dos o tres millones de hombres para concluir esta empresa, los encontraremos”. “Dentro de veinte años Ucrania será la patria de veinte millones de hombres aparte de los indígenas. Y dentro de trescientos años este país será uno de los más deliciosos jardines del mundo”.
Hitler, en Conversaciones secretas, op. cit.