En el gobierno de Enrique Peña Nieto y su política financiera y fiscal no existe un margen de recursos para la reconstrucción de Oaxaca, Chiapas y otros estados afectados por el sismo del 7 de septiembre. Según un cálculo del diario El Imparcial de Oaxaca, los daños sufridos por el estado ascienden a 2,500 millones de pesos (mdp).
Este sería el costo de reconstruir 5000 viviendas sólo en Juchitán y otras 4 mil en otros municipios y la destrucción de unos 84 tramos de carreteras federales y estatales. No están contabilizados los daños en escuelas, edificios privados, el palacio municipal de Juchitán , el hospital del Issste que está parcialmente destruido etc. Tampoco entran en esta contabilidad las necesidades de los más de 800 mil oaxaqueños y oaxaqueñas afectadas en diversos grados, desde los que lo perdieron todo hasta los que necesitan alimentos y medicinas.
Habría que sumar a todo esto los destrozos causados en Chiapas y en Tabasco. Luego habría que sumar lo causado por el huracán Katia en Veracruz y Puebla. La suma total para reconstruir todo podría fácilmente ascender a unos 10 mil mdp, la mayor parte de lo cual tendría que vermis del gobierno federal. El gobierno federal está terminado un año fiscal en donde aplico una recorte de 175 mil mdp y donde dedico 570 mil mdp a el pago de intereses de la deuda o “costo de la deuda” y solo 500 mil mdp a la inversión en obras públicas. Para el 2018 el gobierno se propone un gasto de 5.2 billones de pesos pero con ingresos de solo 4.7 billones, así que tendrá que emitir deuda por lo menos de 500 mil mdp y se propone alcanzar un déficit general de solo 2.4% y un “superávit primario” de 1.5%.
Todo esto sin mencionar los recortes al gasto que se propone hacer y que no han mencionado. Es un presupuesto igual al del 2017 que solo creció un 0.9%. Además, de ahí tendrá que sacar para el financiamiento de los “programas sociales” que son la vía de la compra de votos del partido en el poder el PRI y sus aliados. Difícilmente aceptara el gobierno de Peña Nieto hacer “erogaciones inesperadas” por una decena o más de miles de millones y menos a los estados del sureste que consideran #menos competitivos” y “poco atractivos para la inversión”.
