El diputado del PRI, Juan Espinoza Eguí­a realizó un a la Secretarí­a de Desarrollo Agropecuario, para que realice una acta de diagnóstico de daños por la sequí­a presentada a inicios del año 2016, además de establecer un fondo de apoyo emergente para proporcionar forraje y semilla a los productores que resultaron afectados por el fenómeno de la sequí­a.

Señaló que en nuestro Estado, se han presentado severas sequí­as, a lo largo de la historia, siendo la que ocurrió en los años 2011 y 2012, considerada la más grave en los últimos 50 años.

"Nos encontramos en una zona árida caracterizada por climas secos, por consecuencia, en el paso del tiempo se han producido graves daños a la población, a consecuencia de las sequí­as; especí­ficamente han sido perjudicadas las personas que habitan en las zonas rurales del Estado, puesto que requieren del agua, para que sus tierras produzcan y los animales subsistan".

"Los campesinos, agricultores y ganaderos de Nuevo León, no lucen optimistas, la escaza precipitación presentada, no ha permitido que los cultivos de los productores agrí­colas que siembran de temporal, tengan el desarrollo que se esperaba y ha causado pérdidas de cabezas de ganado; como resultado, se registra poca productividad en el campo".

"Con base en los resultados del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrí­colas y Pecuarias, INIFAP, obtenidos del análisis del í­ndice de sequí­a, durante los meses de diciembre de 2015 y enero y febrero de 2016, 46 municipios del Estado, a excepción de Escobedo, Guadalupe, Monterrey, San Nicolás y San Pedro, resultaron con sequí­a fuerte, hecho que provocó pérdidas en las cosechas y ganado; hoy dí­a, los pobladores rurales, externan su preocupación para reponer los daños generados por esté fenómeno a principios del año 2016", manifestó el legislador.

Juan Espinoza Eguí­a señaló que el trabajo de las autoridades ante este fenómeno es fundamental, y es fundamental deben establecer acciones y programas que aminoren los efectos negativos de la sequí­a.

Agregó que se debe garantizar una ganancia efectiva a quienes se dedican al campo, generando, que los habitantes logren tener su cosecha o forraje, a pesar de que ocurra un fenómeno meteorológico.