Así como Estados Unidos o Inglaterra en este momento sufren para poder financiar su deuda y evitar la bancarrota; en América Latina México y los demás países andan en las mismas. Desde el inicio del alza de las tasas de interés por parte de la Reserva Federal de EU a principios del año pasado, los gobiernos tienen que conseguir créditos más caros para cubrir vencimientos de deudas que se contrataron a intereses más bajos. Es decir, la deuda aumentó sus costos terriblemente y esos gobiernos, al igual que México, se ven obligados a ofrecer tasas de interés hasta de entre 11 y 13% como México, Chile o Colombia y hasta de 80% como el caso de Argentina; para mantener a los “inversores” dentro de sus países comprando valores de gobierno como en México los Cetes, los Bondes o los UNibonos, etc. o emitiendo bonos en los mercados internacionales a tasas “atractivas” o muy altas, como forma de financiarse y cubrir su deuda que aumenta día con día. En medio de esto, el aumento de las tasas tan súbito revienta también a los bancos que durante la última década al menos, basaron su negocio en obtener crédito a casi cero intereses de parte de los bancos centrales, e invertirlo o más bien prestarlo a todo tipo de aventuras financieras y de especulación. Como era dinero casi gratis el riesgo era mínimo. Por cada dólar que recibían prestaban hasta 100 y los contratos de eso el gobierno se las respaldaba con nuevos préstamos. Al subir las tasas, decíamos, los clientes de los bancos empezaron a solicitar su dinero para poder salir a flote con deudas más caras y una alta inflación o dejaron de pagar sus deudas. Los bancos, todos ellos, están al borde la quiebra. Los gobiernos como el de EU rescatan todo lo que pueden e inyectan cientos de miles de millones a esos bancos tratando de rescatarlos. Pero tienen límites legales que les impiden rescatar todo con el dinero que es público. De un día a otro se reforman las leyes para seguir con el rescate como se vio en el caso de Credit Suisse, también el First Republic de California o , este fin de semana, el Deutsche Bank en Alemania. No sabemos cuántos bancos más pueden quebrar esta semana y/o cuántos gobiernos. Pero lo que sí es seguro es que no van a querer o no podrán prestarle dinero a las naciones como México para refinanciar sus deudas. Aquello de que “te presto para que me pagues” llegó a su fin para muchos bancos.
En México, el gobierno del presidente AMLO ha seguido una estrategia defensiva. No promueve la reforma del sistema financiero global en bancarrota y su cambio por nuevas instituciones financieras que ayuden a las naciones a su desarrollo y no las ahorquen con deudas; como lo acaba de proponer el presidente de Argentina Alberto Fernández y antes otros líderes mundiales, y se ha concentrado solamente, en una estrategia de cambiar la deuda en manos de extranjeros el caso de los valores mexicanos (Cetes, Bondes, Bonos, etc.) haciendo operaciones de venta o permuta para obtener más bajos intereses , más largos plazos, para así reducir los montos a pagar en este año 2023 y los que vienen hasta el 2030. Esto es posible porque los bonos de los gobiernos del mundo están reduciendo sus rendimientos y, si por ejemplo, unos daban 5% hace un año, ahora dan rendimientos hasta de 3%, debido a que, entre más son solicitados por el nerviosismos en los mercados financieros (podríamos decir histeria también), son buscados como “refugio seguro” por los especuladores y sus rendimientos bajan. También, el gobierno de AMLO ha podido lograr que los bancos que operan en México, principalmente los que tienen una SIAFORE como Citibanamex, Banorte, Sura de Banco Gran Colombia, grupo BAL de los Bailleres, etc. inviertan los recursos de las SIAfores en deuda de gobiernos donde tiene ya más de 2.2 billones de pesos invertidos y han comprado, recientemente, unos 310 mil mdp, de los bonos que los extranjeros abandonaron para irse del país hasta octubre del año pasado, precisamente por el alza de tasas en EU que les daban buenas ganancias hasta antes del derrumbe de las últimas semanas.
Según reporta la SHCP a principios de este mes, antes de la quiebra de los bancos en EU y Europa, de la deuda federal de entre 14 y 16 billones de pesos; el 85%, unos 13 billones aprox. es INTERNA y un 76% de ella a tasa fija y largo plazo. Claro, el gobierno también adquirió deuda en los mercados internacionales emitiendo bonos por cerca de 10 mil mdd en los últimos 2 años consiguiendo dinero para cubrir vencimientos y deuda en general, más un poquito para la inversión pública interna, ligeramente más barata y a más tiempo pago o plazos más largos que la deuda que se vence, aunque inevitablemente la deuda aumenta. La operación que se le llama “patear el bote pa más delante”.
Sin embargo, si la crisis bancaria se generaliza, dado que la deuda externa del país, es de unos 2O0 mil millones de dólares, es directamente con los bancos de EU (un 37%) y con los alemanes (un 22%) y el impacto puede ser muy grande. Ante la crisis general del sistema financiero, con unos bancos desprestigiados y quebrados, los gobiernos soberanos como el de México, deben convocar en acuerdo con otras naciones, a una nueva conferencia de Bretton Woods , como la de 1945, para construir un nueva sistema financiero global que ayude al desarrollo y no sea su enemigo mortal como el actual del FMI y el BM.
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