19/May/2024
Editoriales

¿Existe la suerte?

Un campesino muy pobre y mayor de edad, tenía un caballo extraordinario, tan fino que el mismo gobernador quería comprárselo, pero él se rehusaba a venderlo.
_Este caballo es mi amigo ¿Cómo puedo vender yo a un amigo?
Una mañana el campesino ya no encontró a su caballo. 
_Debiste venderlo cuando te lo compraban, le dijeron sus vecinos. ¡Qué mala suerte!
_La suerte no existe, les dijo
Pasaron treinta largos días y el campesino sufría mucho por falta de su caballo.
Hasta que el caballo regresó seguido de una manada de potros salvajes.
Se había ido detrás de una hermosa yegua y retornaba ahora con toda la manada que los seguía a ambos.
_¡Qué buena suerte! Dijeron los vecinos.
Entre el viejo campesino y su hijo comenzaron a domar a los caballos nuevos, pero el muchacho se cayó de uno y se rompió la pierna derecha.
_ ¡Qué mala suerte! Volvieron a decir sus vecinos el viejo campesino ya no tiene quién le ayude. 
_La suerte no existe, volvió a repetirles
Resulta que tres semanas después hubo una leva para enlistar a los jóvenes en el ejército pues se había desatado una guerra contra otro pueblo. 
Se llevaron a todos los jóvenes del pueblo excepto al hijo del campesino, porque estaba incapacitado con el yeso en la pierna. 
_¡Qué buena suerte tienes! Se llevaron a nuestros hijos a la guerra mientras tu hijo permanecerá contigo, dijeron tristes.
Conmovido, el viejo campesino replicó:
_Nadie sabe qué sucederá con sus hijos, ni siquiera con el mío, que está aquí en casa. La vida es un cúmulo de grandes tesoros físicos y espirituales, de sorpresas y de paradojas. 
Este viejo cuento latinoamericano tiene como mensaje de que no debemos pensar que el destino está definido con una simple acción, ya sea buena o mala. 
Debemos echarnos para adelante independientemente de lo acontecido pues a veces lo que parece malo es bueno… y al revés. 

LEB