18/May/2024
Editoriales

Aplausos a las mujeres que lucharon por la Independencia

Hoy conmemoramos 211 años del inicio de la Guerra de Independencia, la revolución armada más importante de nuestro país. Después del Grito de Independencia realizado en Dolores Guanajuato, por el cura Miguel Hidalgo y Costilla, acompañado de Ignacio Allende y Juan Aldama, se organizó un improvisado ejército con rudimentarias armas en la gesta inicial que nos dio patria. 

Los nombres de José María Morelos, Guadalupe Victoria, Vicente Guerrero y una pléyade de hombres inolvidables no opacan a las mujeres que entregaron todo en favor de la insurgencia.

Por ejemplo, Josefa Ortiz de Domínguez fue pieza clave para la conspiración de Querétaro, pues además de haber sido anfitriona de las reunniones previas, alertó a Hidalgo y a Allende cuando los realistas descubrieron la conspiración, para que aceleraran el inicio del levantamiento.

Leona Vicario, quien dejó a su prometido, un acaudalado español, para casarse con Andrés Quintana Roo y acompañarlo en su lucha insurgente; fue la primera mujer periodista, y entregó su fortuna en favor de la causa independentista.

Rafaela López Aguado de Rayón, que cuando sus tres hijos fueron capturados, el realista Calleja le pidió que los convenciera de delatar al movimiento insurgente a cambio de sus vidas, ella contestó: ‘prefiero ser la madre de tres hijos muertos, que de un traidor’. 

Mariana Rodríguez del Toro, quien llegó a Ciudad de México en abril de 1811 tras la captura de los cabecillas de la insurgencia. Ella no se dio por vencida e inició una nueva conspiración, pero fue descubierta y la detuvieron junto a otros integrantes del nuevo grupo insurgente. Jamás delató a nadie.   

María Luisa Martínez de García Rojas ayudaba a los insurgentes en Michoacán, su estado natal, con víveres, dinero y lo más relevante: información. Fue encarcelada en tres ocasiones y fusilada en 1817. Antes de morir dijo: “Tengo derecho a hacer cuanto pueda en favor de mi patria. No creo cometer ninguna falta con mi conducta, sino cumplir con mi deber”.

Aquí mismo, en el Nuevo Reino de León, José de Herrera actuaba en el año de 1813 en favor de la insurgencia, y tenía un campamento militar cerca de Pesquería Grande -hoy municipio de García- y cuando el comandante realista de Monterrey, José María de Sada, llegó con sus tropas a buscar insurgentes, las mujeres atacaron a los españoles defendiendo a sus hijos menores que eran inocentes, y a los insurgentes que estaban en el campamento; los soldados españoles hubieron de salir huyendo.