El 7 de octubre, el comité Noruego del Nobel anunció que le concedían el Premio Nobel de la Paz al protegido de Tony Blair, el Presidente colombiano Juan Manuel Santos, en lo que la agencia Associated Press (AP) calificó de un "gran impulso" a los esfuerzos de Santos para salvar su acuerdo de "paz" con el cartel de la cocaína más grande del mundo, las FARC. El anunció llegó a los cinco días de que el pueblo colombiano rechazó el acuerdo, en el referéndum del 2 de octubre, para asombro y sorpresa de los expertos de todo el mundo.
El secretario del Comité Nobel, Olaf Njoelstad, le dijo a AP que había habido una "amplio consenso" para elegir a Santos, aunque llamó mucho la atención que el comité no incluyó a la contraparte de Santos en las FARC, Rodrigo Londoño, para compartir el honor, como se ha hecho tradicional cuando hay dos partes en una negociación de paz exitosa. Quizás eso habría sido un poquito demasiado.
Sin embargo, el negociador en jefe de las FARC, Iván Rodríguez, habló efusivamente desde la Habana para decir que "no vamos a destruir lo que hemos firmado y que ha recibido tanto elogio internacional".
La directora del comité Nobel, Kaci Kullman Five, al anunciar el premio dijo que se debe ver "como un tributo al pueblo colombiano". Dijo que los electores colombianos no dijeron "no" a la paz, sino solo al acuerdo, según reseñó el periódico indio Economic Times. El comité explicó, aparentemente con grandes esperanzas, que "el hecho de que una mayoría de votantes dijo 'No' al acuerdo de paz, no significa necesariamente que el proceso de paz esté muerto... Esto hace todavía más importante que las partes, dirigidas por el Presidente Santos y el líder del grupo guerrillero FARC Rodrigo Londoño, sigan respetando el cese al fuego".