Washignton - No hay confusión posible sobre el mensaje de “Feliz Navidad” del presidente de Estados Unidos, que lo esgrime como un arma contra lo políticamente correcto.
Donald Trump lleva semanas adornando sus comparecencias públicas con toques navideños. Y después lo hace ver por si alguien no se hubiera dado cuenta.
Trump había prometido tiempo atrás que este año sería totalmente diferente, tras lo que él veía como una tendencia que restaba peso al feriado cristiano en favor de un mensaje más genérico e inclusivo de “felices fiestas”.
“Bueno, ¿saben qué? Volvemos a decir ‘Feliz Navidad’”, anunció Trump en octubre en un encuentro de votantes conservadores.
Pese a todo, parece que las tradiciones navideñas de 2017 en la Casa Blanca son similares a las de otros años.
El presidente participó en el encendido anual del árbol de Navidad. El edificio se ha decorado para los festejos con adornos tradicionales, incluida una bola de árbol que lleva décadas en la Casa Blanca, que muestra una escena de la natividad y suele colocarse en el Salón Este.
Se han celebrado varias fiestas: unas 20 recepciones y más de 100 visitas, incluida una para celebrar Hannukkah.
“Está tan hermosa como siempre ha estado. Es tan especial como siempre ha sido”, dijo Anita McBride, que sirvió como jefa de gabinete de la ex primera dama Laura Bush.
La Casa Blanca también se llenó de adornos y espíritu navideño durante la estancia de Barack y Michelle Obama. El expresidente ofrecía un mensaje festivo más general en la tarjeta oficial de felicitación, pero deseó “Feliz Navidad” en el encendido del árbol, su cuenta de Twitter y sus mensajes semanales.
Trump ha expresado su preocupación desde hace años por la pérdida de presencia de la fórmula “Feliz Navidad”. En 2011 criticó a Obama afirmando en Twitter que el presidente había “enviado un mensaje por Kwanza pero no lo hizo por Navidad”. En realidad, ese año Obama deseó “Feliz Navidad” desde su cuenta de Twitter y grabó un mensaje en video con su esposa en el que deseó a la gente “Feliz Navidad y felices fiestas”.
También los expresidentes George W. Bush y Bill Clinton felicitaron el Kwanza, una celebración de la herencia africana que se extiende durante una semana en diciembre.
La Casa Blanca ha dicho que Trump también enviará un mensaje por Kwanza.
En el encendido del árbol de Navidad este año, Trump hizo una declaración de marcado tono religioso, señalando que “para los cristianos, esta es una época sagrada”. Añadió que “la historia de la Navidad comienza hace 2000 años con una madre, un padre, su bebé y el regalo más extraordinario de todos, el don del amor de Dios por toda la humanidad”.
Pero también su predecesor hizo comentarios basados en tradiciones cristianas. En su última ceremonia del árbol, Obama comenzó con “Feliz Navidad” y habló sobre que era una época para “celebrar el nacimiento de nuestro salvador, mientras volvemos a contar la historia de viajeros cansados, una estrella, pastores, magos”. Después comentó el mensaje del feriado, indicando que “arraiga no solo la fe cristiana de mi familia, sino la de los judíos estadounidenses, musulmanes estadounidenses, no creyentes... estadounidenses de todos los orígenes”.
El énfasis de Trump en la Navidad ha sido bien recibido por los cristianos evangélicos, que lo ven como una prueba de su compromiso con la libertad religiosa.
Robert Jeffress, pastor de la Primer Iglesia Baptista de Dallas, dijo que Trump “ha hablado sobre ello con más frecuencia e intensidad”.
La preocupación conservadora por lo que se percibe como el olvido del “Feliz Navidad” no es nueva. El expresentador de Fox News Bill O’Reilly habló durante años de la “guerra contra la Navidad” en su programa, llamando la atención sobre las empresas que optaban por decir “Felices fiestas”.
“Entre los cristianos conservadores, sí que se sienten asediados”, dijo Mark Alan Smith, profesor de ciencias políticas en la Universidad de Washington. “Tienen una sensación de ‘estamos perseguidos’. Esto del ‘Feliz Navidad’ forma parte de eso”.
Jeffress, que asistió a actos navideños en la Casa Blanca este año, dijo que las declaraciones de Trump sobre el tema es una de sus muchas decisiones respaldadas por cristianos evangélicos, que han celebrado el nombramiento de jueces conservadores, las medidas de Trump para suavizar los límites a la actividad política de grupos religiosos que reciben exenciones fiscales y su decisión de reconocer Jerusalén como la capital de Israel.
“Creo que muchos cristianos ven su disposición a decir ‘Feliz Navidad’ como el vehículo de la libertad religiosa”, señaló Jeffress.
Sin embargo, las voces críticas creen que Trump está utilizando la Navidad como un garrote en la guerra cultural.
“Esto es como arrodillarse durante el himno nacional”, dijo Dan Cassino, profesor de ciencias políticas de la Universidad Fairleigh Dickinson.
Cassino, que ha escrito y realizado encuestas sobre el tema, indicó que en realidad no hay ninguna desventaja para Trump en seguir hablando sobre la Navidad.
“La gente que cree que es importante lo siente con mucha más firmeza que la gente que cree que debería decir ‘Felices fiestas’”, comentó Cassino. “La gente que se opone lo siente de forma mucho más firme”.
Aun así, los esfuerzos de Trump se convirtieron hace poco en un chiste en el programa “Saturday Night Live”, de NBC, donde Alex Baldwin interpretaba a un entusiasta Trump deseando a la gente “Feliz Navidad”.
Después añadió: “Por fin pueden volver a decir eso, porque la guerra contra la Navidad se acabó. Pronto será sustituida por la guerra contra Corea del Norte”.