El pasado 27 y 28 de octubre, la Sala Regional Monterrey del TEPJF, llevó a cabo el Seminario Género y Decisiones Judiciales, en 5 paneles conformados por academia, judicatura y legisladores. En él, se analizaron sentencias de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, de la Sala Superior y Salas Regionales del TEPJF, con un propósito, identificar los desafí­os de la paridad en el ejercicio de una ciudadaní­a con más igualdad en los hechos.

Las y los conferencistas, coincidieron en que el derecho a la igualdad es un derecho humano; un derecho que pertenece a mujeres y hombres garantizado en la Constitución Federal, que el principio de paridad busca que se ejerza una ciudadaní­a en clave de igualdad, sin distingos entre las mujeres y los hombres.

Se destacó cómo el litigio estratégico generado por mujeres de todas las fuerzas polí­ticas a finales de 2011, generó que las sentencias fueran el primer instrumento que hizo posible garantizar el cumplimiento de las entonces existentes cuotas de género en una proporción 60-40, y la conformación de fórmulas de candidaturas de un mismo género. Escenario que fue superado con la reforma constitucional de 2014, en la cual el artí­culo 41 establece como mandato la paridad en las postulaciones de candidaturas. Desde entonces, México no vive más un escenario de cuotas, vivimos en un paí­s que apostó por la paridad, la cual se representa por el mandato claro de un 50 por ciento de candidaturas de cada género.

Dentro de las conclusiones del Seminario, las y los participantes identificaron la importancia y necesidad de que las legislaturas estatales establezcan con claridad que la paridad no tiene retroceso y debe estar presente en todas las formas de participación polí­tica, en las elecciones municipales, en las planillas y candidaturas independientes, así­ como también ante un escenario de reelección.

Corresponde, concluyeron sus participantes, tanto a las autoridades electorales, al INE, a los OPLES, a los Tribunales de las entidades federativas y al TEPJF, vigilar el cumplimiento sin excepciones, del principio de paridad, y la observancia de diversas acciones que potencien en los hechos la igualdad sustantiva. Además, que por igual mujeres y hombres se expresen, nos representen y sumen por una agenda de desarrollo y de avance de los derechos, especialmente en la vigencia del derecho de igualdad.