Según la Secretaria de Economía existen más de 668 mil empleos en la llamada "industria automotriz" en México y en el 2016 su producción creció un 2% en relación al año anterior alcanzando 3 millones 465 mil unidades de las cuales se exportaron 2 millones 768 mil. Eso significa un crecimiento de 0.3% en relación al año pasado.
Sin embargo, y a pesar de que la esa industria automotriz representa casi la mitad de las exportaciones no petroleras no ha repercutido en un mayor crecimiento del país ni en reactivar al sector industrial que permanece estancado. Según las cifras del propio INEGI, durante el mes de mayo el PIB nacional creció sólo un 0.1% en relación al mes anterior y a tasa anual un 2.8%. Según los cálculos más optimistas, que son precisamente los de la SHCP, el PIB nacional crecerá entre 1.5% y un 2.5% este año, un nivel muy bajo para cualquier país.
Dentro de este el llamado "sector secundario" que comprende la industria en general incluyendo la automotriz o la de manufacturas de otro tipo, decreció en mayo un -- 0.3% y a tasa anual decreció el mismo -0.3%. El que la industria automotriz no trasmita crecimiento a la economía se puede entender si se toma en cuenta que, en primer lugar, paga salarios 7.4% más bajos que en Alemania o 4.3% veces menos que en Estados Unidos.
Eso quiere decir que del valor total de esas exportaciones deja muy poco en nuestro país por la vía de salarios. En segundo lugar, no contrata proveeduría nacional sino en un 5%, ya que de 300 proveedores de los llamados Tier 1 y Tier 2, sólo 12 empresas son mexicanas. Tampoco contrata ejecutivos o ingenieros mexicanos sino en muy baja escala y por excepción. Además, las facilidades fiscales que se les otorgan; la facilitación de los tramites y el obsequio de terrenos o de infraestructura por pare de los gobiernos, representa una forma de saqueo que las automotrices aprovechan para ensamblar automóviles y camiones baratos con los cuales cotizarse en los mercados de los países industrializados muy venido a menos por el empobrecimiento de sus poblaciones como se aprecia mejor en el caso de los Estados Unidos. En conclusión: Maquilar o ensamblar automóviles y camiones no representa un beneficio para México sino su desangramiento económico.