Cierto día, escuché a alguien decir que los ingenieros queremos resolver la vida con fórmulas… ¿Será cierto? La verdad de las cosas es que si eso fuera verdad, los ingenieros habríamos logrado crear algo parecido a la piedra filosofal -tan anhelada por alquimistas-, sumamente difícil de crear pero capaz de convertir el plomo en oro.
Existen ecuaciones matemáticas muy sencillas y otras demasiado complejas; sin embargo, la ecuación de Dirac (∂ + m) Ψ = 0 es considerada una de las más bellas del mundo. "Estéticamente es elegante y simple", comentó Jim Al-Khalili de la universidad de Surrey en el Reino Unido. Y no sólo es bonita, también aseguran que es poderosa por lo que significa. Esta ecuación describe el comportamiento de los electrones cuando viajan a casi la velocidad de la luz.
Dejando a un lado la belleza de las ecuaciones, la parte creativa de los ingenieros, con frecuencia, nos lleva a sorprender a muchos sin necesidad de ser grandes magos… Además, podremos ser polifacéticos, ingeniosos y hasta asertivos; sin embargo, lo que no puede faltarnos ni fallar en ninguna de las situaciones que a lo largo de nuestra vida enfrentamos, es sin duda, nuestra actitud analítica, esa que ve y analiza hasta el más mínimo detalle, para llevarnos a proponer soluciones adecuadas. ¿Podrá ser este el principio de la fórmula secreta para lograr lo imposible?
La línea que divide lo posible de lo contemplado como imposible, puede ser muy delgada cuando se conjugan varios factores, no sólo el ingenio y la creatividad juegan un papel importante en esto, considero que el deseo por lograr aquello que parece inalcanzable, es fundamental para que nuestras acciones empiecen a cobrar vida, llevándonos de inmediato a la acción, sin fórmulas previamente establecidas.
Hoy le pregunté a un amigo: ¿Cuál es la fórmula secreta para lograr lo imposible? Sin pensarlo dos veces, él me respondió algo tan simple y bello como la ecuación de Dirac: ¡Hacer las cosas con amor!
No existe una fuerza de mayor poder en el mundo que el amor, y si este toma de la mano a todos aquellos sueños que nacen a mitad de la noche o al despertar por la mañana, juntos pueden tocar la cima del cielo. Amar es algo básico e importante en la vida y amarte sin límites ni barreras te lleva a valorar y tomar en cuenta cada una de las ideas que nacen dentro de ti, a las que comúnmente llamamos sueños, metas o ideales, y que podrás alcanzar sólo si realmente te lo propones, si crees que es posible y además, si no dudas ni un segundo que así será. El camino para lograrlo nunca seguirá reglas, tampoco estará marcado por una línea recta y en muchas ocasiones, no será algo fácil de realizar; sin embargo, el resultado siempre te sorprenderá. Créeme, vale la pena intentarlo.
A principios del siglo XIX, un visionario hombre soñó en capturar el tiempo, él deseaba atrapar los instantes y la vida misma en una sola imagen… Así, en 1826, tras largos años de arduo trabajo, el científico francés Nicéphore Niepce, logró obtener las primeras fotografías. De esta manera es como nacen los grandes proyectos, primero se deben soñar.
Jamás renuncies a tus sueños, la fórmula secreta para alcanzarlos no la tiene alguien más, mucho menos pienses que la encontrarás escrita en algún libro o custodiada dentro de una caja de seguridad, ella se encuentra secretamente guardada en lo más profundo de tu corazón.
“Para lograr grandes cosas no sólo debemos actuar, sino también soñar; no sólo planear, sino también creer”. Anatole France