10/May/2024
Editoriales

El poder es peregrino

La vida nos enseña que nada es para siempre. El ciclo natural de nacer, crecer, reproducirse y morir sigue siendo ley para todo y para todos. Pero la crisis actual aceleró ese proceso, pues negocios consolidados por largo tiempo están cerrando; instituciones que proyectaban seguridad están cayendo o comienzan a tambalearse; las administradoras de fondos para el retiro están en peligro de desaparecer; y lo peor es que las personas que egoístamente pensábamos eternas están muriendo.

Es por tanto, un despropósito ver que quienes ocupan puestos públicos no entiendan que están ahí por un accidente de la democracia y que su sitial no es eterno, porque el poder público es prestado y finito.

Un peregrino que iba a Santiago de Compostela llevaba caminando varios días y su mugrienta apariencia lo evidenciaba. Encontró en el camino un hermoso y espacioso castillo, al que se acercó y tocó la puerta hasta que le abrieron. _Le suplico que me lleve ante el propietario, dijo el desastrado al mayordomo que le abrió. Le cumplieron su deseo y de entrada le dijo al aristocrático propietario del castillo: _Señor, deseo que me haga el favor de permitirme dormir hoy en este refugio de peregrinos.

_Este castillo no es “refugio de peregrinos”, contestó molesto el elegante propietario; es el célebre castillo de la familia López-Rodríguez, mi familia.

_Eso significa que usted lo heredó de su padre.

_Así es, respondió el propietario.  _¿Su padre vive? _No, murió hace tiempo, dijo secamente el propietario.

_¿Y por qué su padre era el propietario de este castillo?

_Porque lo heredó de mi abuelo, contestó rápidamente, denotando que ya estaba harto. _Y su abuelo imagino que también murió ¿verdad?   _Claro hace muchos años, dijo ya exasperado el propietario. _Desde luego que su bisabuelo y tatarabuelo también murieron ¿verdad? Dijo el zarrapastroso. Nada agregó el dueño conteniéndose sólo por el refinamiento que su alcurnia obligaba, pero denotaba cólera.

_Entonces no me equivoqué Señor, al decirle que este lugar en donde la gente se hospeda durante algún tiempo y luego se marcha, sí es un refugio de peregrinos.

Quienes están gobernando en cualquier nivel deben entender que sólo son peregrinos en la vida democrática del Estado mexicano.

Esta verdad histórica hoy se convierte en axioma, pues en estas condiciones adversas hay gente irritada por todas partes y en cualquier momento puede estallar una bomba social y desde luego política.