Dos días después de las ejecuciones en masa que perpetró el Reino Saudita del imperio británico el 2 de enero, entre ellas la del prestante clérigo chiíta Nimr al-Nimr, se siguen extendiendo por todo el globo las protestas, tensiones, e incluso hasta comentarios sobre una guerra abierta dentro del mundo islámico, en donde los medios de información controlados por los británicos atizan las flamas. El proceso de Viena de dialogo político entre el gobierno sirio y la oposición pasó a segundo plano; aumentó la presión el partido bélico anglo-saudí para hacer pedazos el acuerdo nuclear iraní y la situación está a punto de estallar.
The Wall Street Journal encabeza la pandilla de belicistas anglo-saudíes con un editorial en donde declara que los saudíes "son los mejores amigos que tenemos en la península arábiga". El editorial deja en claro que el verdadero objetivo de la provocación bélica saudí, es Rusia. "Irán y Rusia tienen interés en derrocar la Casa de Saud, y pudieran estar haciendo sus cálculos sobre si el Presidente Obama haría algo para pararlos", dice el editorial.
Arabia Saudita sigue intensificando sus acciones en contra de Irán, luego del rompimiento de relaciones diplomáticas; el gobierno anunció que se cancelará cualquier vínculo y todos los vuelos comerciales. Bahrain, la colonia de facto de Arabia Saudita, y el gobierno financiado por los saudíes en Sudán, se unieron al rompimiento de relaciones diplomáticas con Irán, y los Emiratos írabes Unidos redujeron el número de diplomáticos iraníes permitidos. Pero hasta entrada la tarde del lunes 4, no se les había unido ningún otro miembro del Consejo de Cooperación del Golfo o de la Liga írabe.
En reacción a la matanza masiva, hubo una concentración de manifestantes furiosos frente a la embajada saudí en Nueva Delhi, India; y miles de manifestantes con pancartas en memoria del jeque al-Nimr marcharon en Bagdad (fuera de la Zona Verde) y en las ciudades de Karbala, Basra y Najaf, con población mayoritariamente chiíta. Además, dos mezquitas sunitas en Iraq fueron bombardeadas y fue asesinato un clérigo sunita, aunque se dice que el asesinato no estuvo ligado a las protestas.
Alrededor del mundo los voceros de prensa anglo-americanos tratan de convertir a los carniceros sauditas en las "víctimas" debido a que los manifestantes atacaron las instalaciones diplomáticas saudíes en Irán. Pero Rusia está tomando el liderato tratando de evitar la guerra. El servicio de noticias ruso TASS informó ayer, con base en una fuente diplomática anónima, que Rusia "está lista a invitar a altos diplomáticos saudíes e iraníes a Moscú para sostener pláticas". Después el Ministerio de Relaciones Exteriores hizo pública una declaración en donde dice que "Le pedimos a Teherán, Riad y otros países del Golfo que actúen con moderación" y que "adopten el camino del diálogo" según informa la Agence France Presse (AFP). "Rusia está lista a apoyar dichos esfuerzos" agrega el Ministerio, y destaca su preocupación de que "escale la situación en el Medio Oriente, provocada por las principales potencias regionales, Arabia Saudita e Irán".
El vocero de prensa del Departamento de Estado, John Kirby se pasó la mayor parte de su conferencia de prensa del lunes 4 por la tarde eludiendo y tratando de hilar justificaciones cuando presentó la negativa del gobierno de Obama de condenar las ejecuciones y las acciones posteriores de este "amigo importante y socio en la región", Arabia Saudita, incluso cuando había quedado claro de la serie de preguntas de la prensa y las respuestas evasivas de Kirby que, mientras que el secretario de Estado John Kerry había hablado por teléfono con el ministro de Relaciones Exteriores de Irán Zarif y con el príncipe heredero saudí, el Ministro de Relaciones Exteriores saudí al-Jubeir había estado demasiado ocupado como para tomar la llamada del Secretario de Estado de EU.