Acusan al presidente López Obrador de decir 103 mentiras en cada conferencia mañanera, es decir, que ha pronunciado 94 mil falsedades según el periódico Reforma. 101 mil 155 según El Universal, y 86 mil 917 mentiras según el Dr. Luis Estrada de El Financiero. Esto es un récord que se considera insuperable a nivel internacional, aunque existen otras mentiras oficiales en Estados Unidos, por ejemplo, que Hussein tenía armas nucleares y al final se comprobó que nunca habían existido, no son tan comunes ni tan numerosas.

 La mentira ofende al engañado cuando la descubre. Es claro que hay de mentiras a mentiras; pueden ser sociales, utilitarias o maliciosas. Mi santa madre postulaba una cuarta clasificación: La mentira piadosa. Las mentiras sociales no hacen mucho daño: “cómo has bajado de peso” dicha a un obeso. O “qué bonito cantas” cuando se piensa lo contrario. La mentira utilitaria busca un provecho inocuo; “no, gracias, ya comí”, cuando la compañía no es atractiva. Pero las maliciosas son mentiras para sacar ventaja haciendo daño; todas las herramientas del pecado y el delito tienen a la mentira de mango común.

 La clasificación que decía mi madre, doña Gaby -mujer claridosa que odiaba las mentiras-, es una suerte de limosna moral. “Qué bien amaneciste, ya tienes otro color” para levantar la moral a un enfermo.

 La mentira es uno de los rasgos que nos distingue de los animales, afirma el francés Gilbert Maurey, autor de Mentir: ventajas y desventajas, señalando que las relaciones entre humanos serían imposibles sin mentiras. Se miente para salir de un lío, eludir una responsabilidad, por inseguridad o por placer. Hay estudios, que señalan los tres años como la edad del posible inicio en el mundo de las mentiras. 

 Cuando un niño de cuatro años es mentiroso, significa que tiene buen desarrollo cerebral, pero se debe vigilar que esa habilidad no se convierta en hábito. Porque al principio los niños no saben que hacen mal; a los cinco años ya pueden ponerse en el lugar de los otros, y comienzan a darse cuenta de que mintiendo pueden conseguir cosas o evitar castigos.

 Muchas veces son los padres quienes los inician en el mundo de las mentiras, cuando le piden a un niño que salga a la puerta a decir que no están cuando quieren evadir a alguien, o “que tu mamá no se entere” y otros casos similares. Lo mismo sucede cuando se le dice una mentira al niño respecto a su árbol genealógico para “hacerle sentir importante”.

 Buscando tener seguridad en las declaraciones, se han inventado varias versiones del “Suero de la verdad”, como la “Prueba del polígrafo”, “Exámenes de confianza” y otras que pretenden identificar posibles mentiras clave para conocer aspectos ocultos. 

 Porque los humanos somos malos detectores de mentiras. Y la maldad de una mentira radica en el fin con el que se miente; todos los criminales mienten, aunque no todos los mentirosos sean criminales. Una definición de mitomanía es el hábito patológico y sistemático de mentir. Hay mitómanos que se hacen daño a sí mismos para sostener una mentira respecto a un robo con uso de fuerza, por ejemplo. El mitómano miente buscando algún beneficio, su carácter es inestable y termina creyendo sus propias mentiras.

 Ahora ya existe la inteligencia artificial que, entre otras grandes ventajas, puede identificar instantáneamente y con mucha mayor certidumbre que el polígrafo, si una persona miente. La IA analiza cientos de puntos del rostro y del cuerpo del declarante y los interpreta. 

 En Estados Unidos el 32% de los procedimientos quirúrgicas son innecesarios y los médicos mienten para cobrar sus servicios. En París, según la Casa Real Inglesa, se modificó el parte médico del chofer de la Princesa Diana para que pareciera andar alcoholizado. Hay abogados que dilatan juicios, o se venden a las contrapartes. Ingenieros que inflan los presupuestos, o utilizan materiales de calidad inferior a la presupuestada, etc. 

 Como también hay maestros que mienten por ignorancia, o que no enseñan a sus discípulos por envidia o para no generar competencia.

 En abono a las mentiras del actual presidente mexicano, Platón en La República defiende la Mentira de Estado, considerando a las mayorías estúpidas para comprender y acatar decisiones necesarias para el bien común.  

Fuentes.

Gilbert Maurey, autor de libro Mentir: ventajas y desventajas; 

Revista de la Escuela de Psicología de la Universidad de Oviedo CONOCIMIENTO SOCIAL DE LA MENTIRA Y CREDIBILIDAD. Psicothema, año/vol. 12, número 002. Universidad de Oviedo. Oviedo, España pp. 23