08/May/2024
Editoriales

¿Qué crees que pasó?

Enero 14 de 1918: nace en Monterrey, Roberto Treviño González, quien sería un destacado ingeniero civil y rector de la Universidad Autónoma de Nuevo León. Estudió en el colegio Justo Sierra y en el colegio Pedro Noriega. Después estudió en el Colegio Civil, para luego irse a la Escuela Nacional Preparatoria de la ciudad de México. Regresó a Monterrey y estudió su carrera profesional en la gloriosa facultad de Ingeniería Civil de la entonces UNL. Siendo pasante aún, fue director de obras públicas del municipio de Nuevo Laredo Tamaulipas. Regresó a Monterrey, para titularse en 1946, dando clases en su Facultad, iniciando una carrera educativa muy fructífera. En 1953 fundó la Escuela de Matemáticas, siendo su primer director, que luego se convirtió en la Facultad de Ciencias Físico Matemáticas. En 1955 fue nombrado rector interino cuando Raúl Rangel Frías renunció para ser candidato a Gobernador del Estado, y luego fue confirmado en tan distinguida posición, continuando al unísono como director de Matemáticas. Correspondió al rector Treviño González el honor de planear, trazar e iniciar la construcción de la Ciudad Universitaria cuando Rangel Frías era Gobernador.

Durante su rectoría creó las facultades de Economía y la de Teatro. Salió de la Rectoría para ser diputado al Congreso Local; cuando adquirió en 1958 el Instituto Modelo de Enseñanza, que había sido fundado por el ilustre maestro Humberto Ramos Lozano en el año de 1951, creó la Universidad Regiomontana. Siendo rector de la UR, Treviño González creó el sistema tetramestral, adecuando los tiempos para que un alumno pueda, en cuatro meses, aprender lo mismo que en seis. Murió el 14 de mayo de 2001. Roberto Treviño González tuvo iguales méritos académicos que ajedrecísticos, pues fue campeón estatal de Ajedrez durante dos décadas, llegando a ser campeón nacional de ese juego - ciencia. A los regiomontanos aficionados a esta apasionante actividad deportiva, nos agradaba mucho saber los éxitos que obtenía el ingeniero Treviño, y conseguir las versiones escritas de sus juegos era un triunfo que se guardaba como tesoro. Cómo disfrutamos en los años sesenta sus giras para participar en diversas competencias; como la de 1968 que, formando parte del equipo mexicano de Ajedrez que fue a jugar a un torneo en Cuba no perdió un solo juego, lo que no es poca cosa, pues el nivel ajedrecístico en esa famosa Isla en donde nació José Raúl Capablanca, uno de los maestros más grandes de Ajedrez del mundo, es del primer nivel internacional.