09/May/2024
Editoriales

¿Qué crees que pasó?

Mayo 10 de 1990: visita el papa Juan Pablo II por segunda ocasión la ciudad de Monterrey. Muchas de las industrias neolonesas dieron el día libre a sus trabajadores para que pudieran asistir al acto de recepción del Sumo Pontífice en el Plan de Río Santa Catarina -que fue multitudinario-, y terminó con una misa que ofreció el Santo Padre en el ‘Puente del Papa’, que así se le había bautizado desde su anterior visita en el año de 1979. Ese día había ocurrido un accidente aéreo en Chiapas, muriendo el obispo de Tapachula, Luis Miguel Cantón, y el ahora san Juan Pablo II oró por el alma de los muertos en ese avionazo. El sermón contenía un mensaje interesante, pues tratándose de una ciudad industrial y de un evento para el que el empresariado aportó recursos como parte de la organización, Juan Pablo II acudió a Mateo 6, 24 en la parte del mensaje bíblico que menciona que No se puede Servir a Dios y al Dinero, porque Nadie puede Servir a Dos Amos. El papa felicitó desde Monterrey a todas las madres mexicanas y de todo el mundo, debido a la feliz coincidencia de su visita con el Día de las Madres.

El alcalde de Monterrey, Sócrates Rizzo García, acompañado del presbítero Guadalupe Galván y de la familia Rizzo Reyes recibieron la aeronave que trasladó al papa del Aeropuerto al evento, bajando en un improvisado helipuerto exclusivo para ello.  

Las dos visitas de Juan Pablo II a Monterrey, inflamaron el espíritu religioso a la feligresía de Monterrey, de Nuevo León, e incluso de los estados vecinos y de Texas.