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El gobernador de Florida, quien ya ha anunciado su candidatura a la presidencia, ha hecho de su lucha contra la cultura progresista su marca de identidad.
Ron DeSantis, el gobernador de Florida, ha pasado en los últimos cinco años de ser un desconocido
para la mayoría de los estadounidenses en convertirse en el principal azote de la cultura woke o
progresista en Estados Unidos. Este miércoles ha oficializado su intención de presentarse a la
presidencia del país.
En los últimos meses, ha abrazado numerosas batallas culturales en torno a la enseñanza, el racismo o la identidad de género. Unos asuntos que, sumados a un endurecimiento de las leyes de aborto y de inmigración, lo han convertido en una figura destacada para el electorado conservador.
La trayectoria política de Ron DeSantis
Nacido en el seno de una familia de clase media de origen italiano, DeSantis se licenció en la prestigiosa Universidad de Yale —donde también destacó en el equipo de béisbol— y en la exigente facultad de Derecho de Harvard.
Después ejerció la abogacía en el ejército, sirviendo como asesor en Guantánamo y con tropas de élite en Irak.
Muy pronto se posicionó muy a la derecha del Partido Republicano. En 2011 publicó "Los sueños de nuestros padres fundadores", una referencia a la autobiografía de Barack Obama, "Los sueños de mi padre". En el libro, DeSantis criticó al expresidente demócrata por romper con la Constitución debido a su visión "progresista".
En 2012, ganó un escaño en la Cámara de Representantes y fue reelegido dos veces. Seis años después, se convirtió en gobernador con una escasa mayoría tras recibir el apoyo fundamental del entonces presidente Donald Trump.
En un clip de campaña, DeSantis, un político casi desconocido en aquel momento, construía un muro con cubos de colores junto a su hija, en referencia al proyecto de Trump en la frontera con México.
Su salto al escenario nacional llegó durante la pandemia de covid-19, cuando promovió una reapertura rápida de los negocios y criticó con dureza las medidas sanitarias impuestas por el gobierno demócrata de Joe Biden.
DeSantis también se unió hace poco a los gobernadores republicanos de Texas y Arizona para enviar a migrantes recién llegados a Estados Unidos a bastiones demócratas del norte y el este del país.
Una postura intransigente que adopta sin aspavientos, como quien cumple con su trabajo y nada más.
La lucha sin piedad contra la "inmigración ilegal" es uno de sus caballos de batalla de cara a las primarias, pese a las advertencias de que afecta negativamente a la economía del estado.
Antes de anunciar su candidatura, el Congreso estatal, de abrumadora mayoría republicana, aprobó leyes sugeridas en algunos casos por él como la prohibición del aborto a partir de las seis semanas de embarazo, la eliminación de los programas de diversidad racial en universidades públicas o la prohibición de tratar de asuntos relacionados a la identidad de género y la orientación sexual en las escuelas, por citar algunas.
Una de esas leyes, la conocida como "No digas gay" lo enfrentó con el gigante del entretenimiento Disney, que, tras criticarla públicamente, acabó privado del autogobierno que ejerció durante más de medio siglo en sus parques en Florida e inició una batalla judicial contra DeSantis.
En su libro The Courage to Be Free: Florida's Blueprint for America's Revival ("El coraje de ser libre: el plan de Florida para el renacimiento de Estados Unidos"), publicado en febrero, reveló su "manual" para un político: "esté dispuesto a liderar, tenga el coraje de sus convicciones, cumpla con sus electores y coseche las recompensas políticas".
Este exabogado de la Armada, de 44 años, es el principal obstáculo hacia la investidura republicana del expresidente Donald Trump, un hombre con el que comparte sus ideas principales, pero no sus excesos.
El exmandatario, quien se mudó a Florida después de dejar la Casa Blanca, ha pasado de ser un aliado de DeSantis, a escribir diario mensajes en su contra.
El gobernador de Florida, nacido en el estado hace 44 años, no suele responder en caliente a los ataques del exgobernante de 76 años, pero de vez en cuando suelta algún dardo envenenado a su antiguo mentor.
"El gobierno no es entretenimiento, no es construir una marca personal o señalar las virtudes. Es acerca de dar resultados", dijo DeSantis durante su mensaje de este miércoles, en una referencia al expresidente, aunque no mencionó su nombre.
DeSantis logró uno de los grandes triunfos de los republicanos en noviembre de 2022 con su reelección como gobernador. A él se le atribuye ser el máximo responsable de que este estado del sureste de Estados Unidos haya abrazado el color rojo, el del Partido Republicano, después de haber formado parte de los estados sin patrón de voto fijo .
“De nada sirve la política si no ganamos, si perdemos elecciones”, dijo DeSantis. En las elecciones intermedias de 2022, muchos de los candidatos republicanos apoyados por Donald Trump fracasaron en sus campañas, algo que no le gusto a algunas alas del partido.
Su temperamento es menos explosivo que el de Trump y cuando está incómodo o enojado se le nota, pero controla su ira. También es menos simpático y conecta menos naturalmente con la gente que su rival.
Junto a su esposa Casey, una expresentadora de televisión que le asesora de cerca, y sus tres hijos Madison, Mason y Mamie, intenta suavizar una imagen fría.
"El problema con DeSantis es que necesitaría injertarse una personalidad", se burló recientemente Trump en la plataforma Truth Social.
Una anécdota repetida en la prensa ilustra su gusto por la soledad. En el Capitolio, DeSantis solía caminar por los pasillos con auriculares inalámbricos en los oídos, para desalentar cualquier conversación improvisada.
Es rígido, distante, pero pragmático, argumentan sus partidarios, que ponen como ejemplo su gestión de la catástrofe provocada por el huracán Ian en Florida el año pasado.
Para esos seguidores el gobernador, un alumno brillante y ambicioso, un hombre que ascendió socialmente por méritos propios, entregado a su familia, encarna el cambio necesario para el Partido Republicano.
López Obrador acusó a DeSantis de llevar a cabo “politiquería” en contra de los migrantes para sostener sus aspiraciones presidenciales.
Un llamado a no votar por Ron DeSantis, gobernador de Florida, hizo el presidente Andrés Manuel López Obrador a los hispanos que radican en Estados Unidos.
Durante su conferencia matutina el mandatario pidió a la comunidad hispana en Estados Unidos a no votar por el gobernador, quien busca la presidencia de Estados Unidos, por ser antiinmigrante.
Ojalá y los hispanos de Florida despierten y no le den ni un voto”, pidió esta mañana.
Acusa AMLO a DeSantis de “politiquería”
El mandatario acusó al gobernador republicano a llevar a cabo “politiquería” en contra de los migrantes para sostener sus aspiraciones presidenciales.
Entre las medidas antiinmigrantes destaca la reciente firma de una ley que castiga hasta con 15 años de prisión a quien transporte migrantes ilegales en Florida.
López Obrador también le pidió a DeSantis que analicé el tránsito del fentanilo, porque en una de esas está entrando por Florida.