Julio 22 de 1968: inicia en el centro de la Ciudad de México -Lucerna y Versalles, colonia Juárez- un pleito entre estudiantes de las escuelas vocacionales números 2 y 5 del IPN contra los estudiantes de la escuela particular Isaac Ochoterena (incorporada a la UNAM). Este enfrentamiento se dio, según se dijo en la prensa, porque los alumnos de las vocacionales protestaban en contra del profesor Manuel Rosas, director de la escuela particular, supuestamente porque había presentado una denuncia en contra de los estudiantes del IPN. Al término de la trifulca, los estudiantes del IPN dijeron que al siguiente día regresarían para continuar el pleito, y amenazaron con secuestrar a los maestros. Esto sucedió en el marco de las llamadas novatadas de inicio de cursos, en las que se acostumbraba que los politos (estudiantes del IPN) “visitaban” a los de la UNAM, pero los estudiantes de la Ochoterena decidieron adelantarse e ir a la Prepa Vocacional 5 del IPN para cobrar venganza de la golpiza y sólo se consiguió que hubiera más golpeados de ambas escuelas. Así fue como se detonó el movimiento estudiantil del 68, mismo que sobre la marcha definió que buscaba un cambio democrático para el país, aunque hay versiones de que la línea dura derivaba del movimiento estudiantil de París, y coincidía con la apertura de los Juegos Olímpicos México 68. Pero lo cierto es que los choques entre estudiantes fueron desarrollándose muy rápido -un par de meses- y para el dos de octubre todo culminó en una gran matanza en la plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco. Ya para esas fechas estaban involucradas sociedades de alumnos enteras de diversas escuelas y universidades, como Chapingo, la Iberoamericana, la Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, la Autónoma de Puebla, y otras, sumándose grupos de intelectuales y diversas organizaciones de la sociedad civil que buscaban hacer cambios de fondo en México. Así, lo que en sus inicios parecía ser un simple problema entre estudiantes de diferentes clases sociales, una especie de lucha pandilleril, la violencia fue creciendo hasta convertirse en el movimiento social más importante después de la guerra cristera que se llevó a cabo de 1926 a 1929.
