11/May/2024
Editoriales

A Venustiano Carranza le gustaba el ballet

La bailarina rusa Ana Pávlova vino a México durante la presidencia de Venustiano Carranza.

El ícono del ballet ruso, la bailarina Ana Pávlova anunció su deseo de coronar su prolongada gira por Sudamérica, presentándose en México. El presidente Carranza (mayo 1º de 1917 a mayo 21 de 1920) aceptó que viniera, a pesar del riesgo que significaba la seguridad de tan distinguida visitante, pues Rusia siempre ha sido una nación poderosa y respetada. Viajó desde la Habana en barco, y los integrantes de su compañía de ballet tuvieron que dormir amontonados en cubierta. Carranza estaba nervioso, así que ordenó que 200 soldados se apostaran en el techo de posvagones del ferrocarril que trasladó a los artistas hasta la ciudad de México. Un famoso periodista llamado Carlos Peña había criticado esa presentación, pues decía que el arte de Pávlova era aplicado sólo en obras que podrían parecerles frías a los mexicanos, debido a que entonces el ballet mexicano estaba iniciándose apenas. Bien, pues el hecho es que el público percibió lo extraordinario en montajes como Orfeo, Copos de Nieve, La flauta mágica, Muerte del cisne, y las ovaciones fueron delirantes pues la artista tenía demasiada clase como para no ser apreciada por los nuestros. 

Pávlova escribió después: “En países lejanos se ha dicho que hay algo ‘novedoso’ en mi danza”. Sin embargo, lo que yo he hecho es solamente subordinar los elementos físicos de este arte a un concepto psicológico: sobre los aspectos fehacientes de la danza –o sea de la danza per se- he intentado lanzar un velo espiritual, de poesía… (El Universal, 1919, p.10)

 

Marco Salazar, Dionisio Sánchez y Vicente Torres. Yo no olvido al año viejo, México, Mandares Editores, 1998, p. 23