19/May/2024
Editoriales

Ramón López Velarde

Serán muchos los homenajes que se celebren al cumplirse los 100 años de la muerte del poeta zacatecano nacido en Jerez el 15 de junio de 1888 y bautizado con el nombre de Ramón Modesto López Velarde Berumen y tuvo una corta vida. Ingresó al Seminario Conciliar de Zacatecas para posteriormente  trasladarse a Aguascalientes e ingresó al Seminario de Santa María de Guadalupe y luego,  al Instituto de Ciencias de la misma ciudad.

 En 1911 recibió el título de abogado, ejerciendo como Juez en El Venado San Luis Potosí.

“Diré con una épica sordina: La Patria es impecable y diamantina”.

 En 1914  se lanza a la conquista de la Capital y publica en 1916 su primer libro “La sangre devota”, influenciado por Lugones y el año siguiente es ya codirector con Enrique González Martínez, el mejor poeta de su tiempo de la revista Pegaso.

 “El niño Dios te escrituró un establo, y los veneros de petróleo el diablo”

 Murió muy joven, como los grandes poetas escribió tres libros sobresalientes: La Sangre devota (1916), Zozobra (1919), y El son del corazón (1919-1921) posteriormente apareció  La Suave Patria que ya no vería publicada ya que la escribió en 1921, año de su muerte.

 “Suave Patria: te amo no cual mito/ sino por tu verdad de pan bendito, /como a niña que asoma por la reja/ con la blusa corrida hasta la oreja/ y la falda bajada hasta el huesito”.

 Otra característica de López Velarde es la provincia, pero no como paisaje sino como concepto, encuentro en las relaciones humanas, un oficio de vivir, de describir poblaciones, iglesias, huertos, edificios, jardines y formas de vivir, rituales católicos, actitudes, paseos , así como atardeceres, soledades y noches de silencio perturbado por algún sonido de algún animal lejano.

 Amor, erotismo, religión y patria constituyen el mundo velardiano, sin olvidar sus dos amores: Fuensanta y Margarita Quijano a las que les dedica gran parte de su admirable poesía.

 Muere el 20 de Junio de 1921 sin haber conocido la fama y el reconocimiento a su gran obra. Nos imaginamos qué hubiera escrito después de los 33 años, edad en la que dejó de existir víctima de una bronconeumonía complicada con sifilis que padecía hacía tiempo.

 López Velarde fue también político y escribió sobre política, militó en el Partido Católico Nacional, fue postulado para diputado suplente ( la edad no le permitía ser propietario), cantó a la Patria como pocos antes y después de él.

 “Cuando me sobrevenga el cansancio del fin,/ me iré, como la grulla del refrán, a mi pueblo,/ a arrodillarme entre las rosas de la plaza,/los aros de los niños y los flecos de seda de los tápalos/.