14/May/2024
Editoriales

Los buenos deseos del Año Nuevo

 

Ya es momento de olvidar las felicitaciones de año nuevo para volver realidad lo que escribimos en nuestra carta de buenos deseos para este año de 2022.

 —Viviré cada uno de los días de este nuevo año como si fuera el 31 de diciembre. De esta manera, cuando me llegue el último de mi vida será un buen día.

—Cuidaré mi salud. Iré a hacerme un examen médico general; las peores enfermedades, si son detectadas a tiempo, se pueden curar. Me ejercitaré.

—Mejoraré mi carácter. Toleraré a quienes se equivocan o me caen mal. Entre los primeros estoy yo mismo; y también estoy en el segundo de muchos conocidos.

—Buscaré a mis familiares que tengo olvidados y amigos antiguos, para saludarlos e invitarlos a comer; así reconciliaré corazones y raciocinio.

—Perdonaré a quienes me han ofendido. Pensaré que actuaron tal como son y no como yo pensé que eran.

—Trabajaré menos y disfrutaré más. Ya basta de repetirme que mi mayor disfrute es el trabajo. Mis labores pueden ser realizadas por otro, pero nadie vivirá mi vida.

—Reiré abiertamente cuando sienta ganas, y lloraré cuando lo necesite. No me reprimiré, pues aunque quiera ocultar la pena y la risa, la mirada siempre me delata. 

—Admitiré pública y privadamente mis errores. Son tan pocas las oportunidades que la vida nos da para adquirir dosis de humildad, que ignorarlas es un desperdicio.

—Incrementaré el monto de limosnas y ayudas que normalmente doy. Lo veré con egoísmo: así me liberaré del sentimiento de culpabilidad cuando me doy ciertos lujos. 

—Me liberaré del odio, sacudiéndome del miedo, que es su generador. No amaré a quien odio, pero odiar a una persona es quemar la casa para eliminar una simple rata.

—Evitaré caer en dos errores recurrentes que cometo: Corregir a las personas cuando traiga cólera, y guardar un sentimiento silencioso sin desahogarme.

—Sabré envejecer dignamente. Esa es la obra maestra de la sabiduría y uno de los capítulos más difíciles en el libro del sublime arte de vivir.

—Influiré positivamente en los que me rodean. Sé que aún la más humilde de las personas ejerce alguna influencia, ora sea buena o mala sobre las demás.

—Me acercaré a lo bueno aunque no me sorprenda, pues todo lo que es sorprendente y bello no siempre es bueno, en cambio todo lo bueno, es siempre bello.

—Olvidaré al me defraudó. En realidad nadie nos defrauda, es el juicio que teníamos de esa persona, el que nos defrauda.

—Buscaré estar cerca de las personas sinceras. Porque de todos los males que pululan en el mundo, la falta de sinceridad y la mentira es lo más peligroso que existe. 

—No dependeré del éxito. Si llega, qué bueno; si no, no importa. El éxito muestra solo un lado del mundo, pero el fracaso es el otro. Ya aprendí a ser feliz sin el éxito.

—El último deseo es el primero: Estar más cerca de Dios. Acercarse a él es inflamar el espíritu con los mejores sentimientos. Es mucho más que un apoyo en los momentos difíciles. Es amar la vida.