10/May/2024
Editoriales

Misiles chinos en el Estrecho de Taiwán

 

Comentamos la visita de Nancy Pelosi a la Isla de Taiwán antes de saber que China lanzaría misiles en el Estrecho que las separa, a pesar de ser un riesgo. De inmediato Japón se quejó de que un misil chino violó su territorio marítimo. Se entiende que China esté molesta, pero esas ‘demostraciones de bulto’ suelen terminar mal.

  Por ejemplo, en 1914 un supuesto atentado sin mayor trascendencia -sólo para asustar- terminó en el asesinato del príncipe Fernando de Austria detonándose la Primera Guerra mundial. Lucharon 65.8 millones de soldados, y murieron más de 8 millones: 6,046 hombres muertos diariamente durante los cuatro años de guerra.

  En esa guerra cayeron cuatro imperios -el alemán, el austrohúngaro, el ruso y el otomano- y tres grandes dinastías, los Hohenzollern, los Habsburgo y los Romanov. 

Tan solo Francia tuvo 1.4 millones de muertos, el 10% de su población masculina activa que generó el estancamiento demográfico francéy un envejecimiento de la  población; las casas, puentes, vías férreas y fábricas, del norte quedaron en ruinas. 

 

La caída de los imperios transformó Europa, rediseñada por el Tratado de Paz de 1919:

 

   El Imperio del zar se transformó en la Rusia comunista -más tarde la URSS-.

   El Otomano se disolvió dando paso a Turquía -Península de Anatolia y Constantinopla-.

   El Austrohúngaro desapareció y nacieron Austria, Hungría, Checoslovaquia y Yugoslavia como nuevos países independientes.

   El Imperio alemán fue reemplazado por la República de Weimar, que gobernaría una Alemania mermada territorial y económicamente por el pago de las reparaciones de guerra.

 

Francia, Reino Unido y Rusia ganaron la guerra, pero quedaron en quiebra y sus sociedades muy maltratadas por la pérdida de población masculina, y la contaminación de sus tierras que en principio parecía producirían una hambruna.

  El asesinato de un personaje político puede modificar el mundo, por lo que la gran China debiera ser cuidadosa, pues una vez desatada una guerra, nadie tiene asegurado el triunfo, y mucho menos su integridad física. Nadie queremos imaginar lo que pudo haber pasado si el misil que pegó en Japón, hubiera aterrizado en Taiwán con la presencia de la legisladora Pelosi. Vista así, qué gran cosa es que Nancy Pelosi haya regresado sin problemas.