Al menos 11 personas murieron y decenas resultaron heridas ayer tras un atentado en el metro de San Petersburgo, en Rusia, por lo que las autoridades abrieron una indagatoria por "acto terrorista", aunque examinarán todas las pistas posibles.
"Naturalmente, siempre analizamos todas las variantes, accidental, criminal y, desde luego, que tenga carácter terrorista", afirmó el presidente ruso, Vladímir Putin.
Sin embargo, aunque no se sabe la identidad de los perpetradores, se cuestionan, sobre todo, las motivaciones que pueden existir tras el ataque.
Después del atentado, el Gobierno ruso debe mantener la calma y enfocar sus esfuerzos para determinar quién es el culpable de estos actos, para evitar una respuesta acelerada y caer en errores que pueden desgastar su política interna y externa, consideró el doctor Rodrigo Soto Morales, profesor de Derecho de la Seguridad Nacional de la Universidad Panamericana.
El académico sugirió que existen grupos que tienen razones políticas para perpetrar un ataque a Rusia, por ejemplo los países balcánicos con mayoría musulmana que se han sentido oprimidos por Rusia, o incluso los culpables podrían ser pequeños grupos originarios de la zona donde se desarrolla la guerra civil de Siria y la batalla contra el Estado Islámico (EI), aunque tampoco se descarta que Al Qaeda haya sido el responsable.
El Estado Islámico comenzó a montar ataques contra Rusia debido a que el Gobierno ruso ha mostrado apoyo al dictador sirio, Bachar Al Assad, y comenzaron a atentar en 2015, justo en las fechas en que Rusia intervino por primera vez en la guerra civil siria.
Después de la tragedia de ayer, es muy probable que las autoridades rusas tomen cartas en el asunto para aumentar las medidas de seguridad en el Estado. Aunque, de acuerdo con el académico de la UP, Rusia tendrá que poner especial atención en sus relaciones con otros países, "porque sus acciones pueden generar tensiones que actualmente existen".
Además, aunque es poco probable, otro frente inconforme puede provenir de parte de Ucrania, país de donde Crimea se separó para moverse al arropo del Gobierno ruso. Aunque definitivamente el modus operandi de este atentado es más similar al de los realizados en los últimos años en Europa, en los que participan pequeñas células pertenecientes al Estado Islámico.
Asimismo, algunos políticos rusos consideraron que no es casual que el atentado coincidiera con la presencia en la ciudad del líder ruso, que ha instado en numerosas ocasiones a los países occidentales a forjar un frente común contra el terrorismo.
El ataque de ayer en el metro de San Petersburgo dejó un saldo de 11 muertos y 45 lesionados, de los que 13 están en estado grave, según reportaron las autoridades rusas.
"Nadie está a salvo"
La seguridad se reforzó en estaciones y aeropuertos de todo el país tras el atentado en el metro de la ciudad rusa de San Petersburgo.
Varias arterias de la ciudad fueron bloqueadas para facilitar el paso de las ambulancias que transportaban a decenas de heridos. El metro permaneció cerrado durante horas.
La tragedia sembró el caos en la ciudad pero, sobre todo, la sumió de nuevo en la tristeza tras la explosión, el 31 de octubre de 2015, de un avión en pleno vuelo con 224 personas a bordo, principalmente turistas que regresaban a San Petersburgo tras haber pasado sus vacaciones en las playas egipcias.
Las autoridades locales decretaron tres días de luto a partir del martes. Ayer por la noche, los habitantes de la antigua capital imperial comenzaban a llevar flores a la entrada de la estación Sennaya, de donde acababa de salir el tren cuando la estación tuvo lugar.
"Cualquiera de nosotros hubiera podido morir en lugar de esa gente", explica Andrei Semenov, de 21 años. "Es horrible: nadie está a salvo".