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‘Como un campesino’, así vivía Caro Quintero tras salir de prisión: The Washington Post

Rafael Caro Quintero, “el Narco de Narcos”, no llevaba la vida en un hombre cuya riqueza se estima en decenas de millones de dólares, tras su salida de la prisión de Puente Grande en Jalisco, en 2013, pues en uno de los intentos por recapturarlo, agentes relacionados al caso describieron en una investigación del The Washington Post que "vivía como un campesino". 

Una vez que el fundador del Cártel de Guadalajara dejó la prisión mexicana en la que estaba, prácticamente de inmediato iniciaron los esfuerzos para capturarlo. Durante años, un grupo de trabajo secreto de Estados Unidos se dedicó a encontrarlo y con ello surgió el equipo que tomó las iniciales del objetivo él mismo: "La Fuerza de Tarea RCQ".  

Un agente explicó a The Washington Post que la detención de Caro Quintero se convirtió en un trabajo de tiempo completo, en la que el traficante había estado fuera del juego durante 28 años: "No tenía números de teléfono ni vínculos activos. Estaba empezando de cero, y nosotros también", refirió. 

Primer intento vs Caro Quintero

La primera operación que la Fuerza de Tarea del RCQ llevó a cabo fue en 2015 con una docena de Blackhawks. "Más que en la operación Bin Laden," dijo el jefe del grupo de trabajo.

En la que agentes de la DEA aterrizaron en helicópteros junto con marines y soldados mexicanos en Babunica, Sinaloa, donde encontraron a gente de Caro Quintero huyendo. "Era como cuando rocías un nido de cucarachas con aerosol anti-insectos. Todos se dispersaron”, describió el jefe de la fuerza especial.

No lo lograron y Caro Quintero se había ido, pero de la operación resaltaron la manera en que se movía el narcotraficante: "vivía como un campesino"; y además los agentes entendieron que frecuentemente huía a las colinas de Sinaloa, donde los helicópteros no podían aterrizar, para evitar los ataques y a pesar de que la operación no tuvo éxito, los agentes de Estados Unidos creyeron que habían enviado un mensaje al Narco de Narcos "para recordarle que todavía lo estábamos buscando". 

A lo largo de la publicación del diario estadounidense, también se explica que Caro Quintero se movía en moto y en quad, escoltado por un equipo de seguridad que rotaba cada semana, y la DEA había convertido en informadores a algunos familiares “e incluso sabía qué caminos tomaba para visitar a sus novias”.