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PRI se juega su futuro en las elecciones del domingo

CIUDAD DE Mí‰XICO - El Partido Revolucionario Institucional, el del presidente Enrique Peña Nieto, se juega su futuro en las elecciones estatales de este domingo en el Estado de México, la región que rodea a la capital y donde no ha habido transición polí­tica.

Por primera vez, el PRI puede perder la gubernatura de esta entidad, la más poblada del paí­s y donde ha gobernado 88 años ininterrumpidamente. Y si esto pasa, las posibilidades de mantener la presidencia a partir 2018 se complicarán, coinciden los analistas. De ahí­ su importancia.

Pendientes de la participación y ante una avalancha de denuncias por supuestas compras del voto, entre otras irregularidades, los principales candidatos están casi en empate técnico.

Las últimas encuestas situaban por delante al prií­sta Alfredo del Mazo, procedente de una dinastí­a de gobernantes y primo lejano del actual presidente y exgobernador de ese estado que puede beneficiarse de la desunión de sus opositores, pero le seguí­a muy de cerca Defina Gómez, la maestra y aspirante del izquierdista Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), el partido creado por Andrés Manuel López Obrador y con el que este polí­tico aspirará a la presidencia por tercera vez el año próximo.

El domingo también se elige gobernador en otros dos estados prií­stas, Coahuila y Nayarit  pero el verdadero vencedor será quien se lleve los votos de la mayorí­a de los 11 millones de electores del Estado de México, el de mayor influencia económica y polí­tica.

De nuestro triunfo depende el futuro del prií­smo, decí­a consciente Del Mazo en uno de sus últimos actos de campaña. Todo lo que somos, todo lo que hemos construido durante tantos años, está en juego en esta elección.

Y eso es precisamente lo que muchos votantes rechazan.

El Estado de México tiene una industria pujante y es la región que más aporta a la economí­a del paí­s después de la capital, un 9,3% del PIB. Pero muchos expertos coinciden en que las prácticas de caciquiles y clientelistas que perduran por la falta de alternancia polí­tica han enquistado problemas como la desigualdad, la violencia y la corrupción.

El año pasado, estos males le costaron al PRI cuatro gubernaturas que siempre habí­an estado en su poder. Este año, dos de sus exgobernadores están en la cárcel y otro prófugo. Y Peña Nieto, el mandatario con el cual el partido recuperó la presidencia después de dos sexenios en la oposición (de 2000 a 2012) y que hizo creer que el prií­smo regresaba para quedarse, tiene los niveles más bajos de popularidad de un gobernante desde que se tiene registro.

Por todo esto, una derrota en el Estado de México serí­a todo un "golpazo", en palabras de José Antonio Crespo, del Centro de Investigación y Docencia Económica, porque el PRI perderí­a "uno de los bastiones más importantes" en términos de imagen y de ánimo interno del partido.

A falta de ver quién consigue movilizar mejor a sus simpatizantes, lo único seguro, añade Crespo, es que si Del Mazo gana, las denuncias de fraude no se harán esperar.

Según la Fiscalí­a Especializada Para la Atención de Delitos Electorales (FEPADE), del 1 de septiembre de 2016 al 2 de junio de este año se han iniciado 278 expedientes, frente a los 92 de las elecciones de 2011, es decir un 202% más.

Algunas prácticas para condicionar el voto partidista son muy antiguas. Una mujer de Naucalpan que no quiere dar su nombre y trabaja limpiando en la Ciudad de México cuenta que desde hace cuatro meses recibe mensualmente una caja con alimentos básicos y algo de ropa.

Una vecina del Partido Verde (que va en alianza con el PRI) me ofreció las despensas (los alimentos). Solo tuve que registrarme y ella nos llevará el domingo a votar, dice sin atisbo de culpa. Y a mi madrastra le han dado una tarjeta que si gana el PRI se la cambiarán por mil pesos (poco más de 50 dólares).

La FEPADE ha recibido denuncias por llamadas intimidatorias, condicionamiento de programas sociales y desví­os de recursos, aunque según su titular, el fiscal Santiago Nieto, en declaraciones al portal Aristegui Noticias, lo más grave es que los problemas que se han detectado son transversales y sistémicos.

"Parte de los procesos de corrupción que existen de los gobiernos inician en las campañas electorales", agregó.

El investigador Edgardo Buscaglia, de la universidad de Columbia, coincide y por eso subraya la importancia de atajar el financiamiento ilí­cito como ví­a para luchar no solo contra la corrupción sino contra la infiltración de redes criminales en las instituciones.

El problema, añade, es que la gran mayorí­a de polí­ticos, de diez pesos que obtienen, no saben la procedencia de 8 o 9. "Y lo más grave es que no les importa porque mientras un candidato a cualquier puesto electo no acepte 'a sabiendas' dinero ilí­cito, no se está cometiendo un delito".

Acostumbrados a la corrupción, en las calles del Estado de México preocupa más la violencia. Solo esta semana, las autoridades de Chalco encontraron los cuerpos quemados de una mujer y dos niños tirados en un solar.

Las mujeres en Ecatepec ahorita estamos sin defensa. No hay quien nos proteja. En cualquier momento nos pueden secuestrar, nos pueden violar, nos pueden desaparecer, dice Francisca Anaya, una desempleada de 52 años de este municipio preocupada sobre todo por la violencia de género y los feminicidios que tienen í­ndices altí­simos en la entidad.

También quiere justicia y el fin de la impunidad, pero para ello tiene algo claro: Necesitamos gente nueva, gente que realmente se comprometa con la ciudadaní­a.