Septiembre 21 de 1887: anuncian 20 periódicos de circulación nacional la candidatura de Porfirio Díaz a las elecciones de 1888, y auguran su reelección. El día primero de abril de 1888, Díaz había rendido su último informe de Gobierno ante el Congreso de la Unión, diciendo que los ingresos fiscales conseguidos superaban a los de su antecesor Manuel González de 1882 y 1883, considerados los más altos de la historia nacional hasta entonces. Durante los primeros cinco días de junio se organizó una manifestación reeleccionista “espontánea” recorriendo las calles de la Ciudad de México y terminando con un desfile frente al Palacio Nacional. Se celebraron las elecciones primarias en ese mismo mes de junio que, desde luego, ganó Porfirio Díaz dicha elección primaria. Y en julio se llevaron a cabo las elecciones constitucionales para designar presidente, senadores y diputados federales. Para el 15 de octubre de ese año 1888 Porfirio Díaz asumiría su tercera presidencia de la República y para celebrar su reelección se organizó una corrida de toros gratuita y un baile popular con los mejores músicos de la época. Así continuó sucediendo hasta las elecciones de 1910 que provocaron una revolución popular por falta de democracia, no por falta de resultados en otros rubros de la vida nacional. Los males de la democracia se curan con más democracia.
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