Internacional

Especialista vincula a ex agente ruso envenenado al "dossier falso" del rusiagate

El abogado australiano y analista James O’Neill, escribió el martes 13 en Consortium News sobre el caso Skripal, en donde señala los hechos conocidos que vinculan a Skripal con el súper delincuente Christopher Steele y se pregunta si no será que ahora que han quedado al descubierto los delitos del equipo de inteligencia de Obama y de las redes del MI6 en torno a Steele, no tendrían más motivos para deshacerse de Skripal que cualquier otro, incluyendo los rusos (que no tienen ningún motivo en absoluto).

O’Neill destaca que Skripal fue reclutado por el agente del MI6 Pablo Miller a principios de la década de 1990, en el momento en que Steele era agente del MI6 en la embajada británica en Moscú, con cubierta diplomática. Es muy probable que él haya sido el agente que recibía el material que Skripal estaba robando, o al menos le informaron del caso. Skripal fue arrestado en el 2004 y enjuiciado en el 2006, cuando Steele dirigía la oficina rusa del MI6, ya de regreso en el Reino Unido, de 2006 a 2009 y, de nuevo, tuvo que haber estado a cargo del caso.

Como es también conocido, Pablo Miller siguió en contacto con Skripal en Salisbury, donde vivían ambos, y que él trabajó para la empresa Orbis de Steele (cosa que niega Steele, pero eso decía la página de Linkedin de Miller antes de que la quitaran).

“Mi hipótesis, que admito es especulativa, pero que argumentaría no es tan irracional, es que Skripal estuvo involucrado en la producción del expediente Steele. Por lo tanto, estaba en posición de ofrecer información potencialmente muy dañina sobre las circunstancias del expediente Steele, que ahora se ha colapsado espectacularmente, pero las revelaciones se hubieran visto muy mal reflejadas entre otros, en la comunidad de inteligencia de Estados Unidos, el FBI, el Comité Nacional Demócrata (CND) y la Casa Blanca de Obama y la campaña de Clinton”, escribe O’Neill. Por lo tanto, “¿quien tenía los medios, el motivo y la oportunidad? A la luz de todo esto, los rusos están en un distante cuarto lugar detrás de otros sospechosos más importantes: las agencias de inteligencia mismas de Estados Unidos y del Reino Unido, y los elementos del Estado profundo que procuraban evitar que Trump ganara y subsecuentemente socavar su presidencia”, concluye O’Neill