El 17 de septiembre de 1973 la ciudad se cimbró al saberse el crimen cometido por unos jóvenes guerrilleros en contra de la persona más importante de la industria del estado: Don Eugenio Garza Sada. En aquel momento, Monterrey era la capital industrial de México, por tanto, se podría decir que asesinaron al principal industrial del país, y al funeral vino el presidente Luis Echeverría, quien sufrió un desaire de la familia y amistades de Garza Sada, pues en el fondo, culpaban al gobierno del clima hostil que los jóvenes buscaban mostrar al mundo. En la gráfica vemos a la carroza que trasladaba al panteón los restos de Don Eugenio, tomada la foto de Venustiano Carranza entre las calles de 5 y 15 de mayo. Foto de Mario Raúl Goyzueta.
Editoriales