El Tribunal Supremo británico decidió este martes que el Parlamento tenga que aprobar el inicio de la ruptura con la Unión Europea, añadiéndole al Gobierno de Theresa May otro obstáculo en un camino desconocido:
+ Papel del Parlamento
El Parlamento tendrá que aprobar la activación del Artículo 50 del Tratado de Lisboa, puerta de salida de la Unión Europea e inicio de dos años de negociaciones para culminar la separación, dictó el Tribunal Supremo. La primera ministra, la conservadora Theresa May, tendrá pues que presentar un proyecto de ley permitiendo la activación.
Aunque la mayoría de los diputados defendió la permanencia en la UE en la campaña del referéndum del 23 de junio, el Parlamento aprobará probablemente el inicio de las negociaciones para no atraer las iras del electorado. De todos modos, los laboristas y los nacionalistas escoceses, los principales partidos de la oposición, anunciaron que trataran de enmendar el texto.
Pase lo que pase, May ya había anunciado que sometería al voto del Parlamento el resultado final de las negociaciones con Bruselas.
+ Brexit 'duro' y salida del mercado único europeo
Al desvelar la semana pasada su visión sobre la salida de la UE en un discurso en Londres, Theresa May defendió una ruptura "clara y neta", lo que los medios británicos bautizaron como "Brexit duro".
Con el objetivo prioritario de recuperar el control de la inmigración, May dijo que saldrán del mercado único y de la jurisdicción del Tribinal Europea de Justicia, y, empezando de cero, negociará un nuevo acuerdo "audaz y ambicioso" con la UE.
+ Calendario
Theresa May prometió activar el Artículo 50 antes de finales de marzo. Su Gobierno aseguró el martes que la decisión del Tribunal Supremo de obligarle a contar con la luz verde del Parlamento no cambia los plazos.
Tras notificar la salida, las dos partes tendrán dos años para acordar las términos del divorcio, aunque el negociador en jefe europeo, el francés Michel Barnier, querría cerrar un acuerdo antes de la campaña de las elecciones europeas de 2019, lo que acortaría a 18 meses la duración de las negociaciones.
+ Inmigración
"Reino Unido es un país abierto y tolerante, pero el mensaje del pueblo fue claro: el Brexit tiene que permitir controlar el número de europeos que vienen a Reino Unido y vamos a hacerlo", prometió May.
Para garantizar ese control, May tendrá que hacer encajar las piezas de un rompecabezas: la situación de los británicos que viven en países de la UE y la de los europeos afincados en Reino Unido desde antes del referéndum.
+ La economía
Aunque no se cumplieron las peores previsiones económicas si triunfaba el Brexit en el referéndum del 23 de junio, la gran mayoría de los analistas estiman que 2017 verá un deterioro, incluyendo un aumento de la inflación por la fuerte devaluación de la libra desde el plebiscito.
Un empeoramiento de las condiciones de vida podría minar la determinación de los británicos y del Gobierno a romper con los socios europeos por las bravas.