El monumento por el Centenario de la Autonomía Política de Nuevo León, es una obra promovida y sufragada por integrantes de la Colonia nuevoleonesa de San Antonio Texas: Se trató de una promoción realizada entre otros por el señor Juan Quiroga del periódico "El Nacional" de aquella ciudad y por el también periodista originario de Marín, N.L. señor Ignacio E. Lozano.

 El monumento consiste en una columna que tiene en la parte superior una versión de la Estatua de la Victoria de Samotracia, en la antigua Grecia, que es la imagen de la victoria alada, semejante a las del Ángel de la Independencia de la CDMX o del Arco de la independencia de Monterrey.

 (Sobre la Estatua de la Victoria, Carlos A. Madrazo citaba una anécdota según la cual en una tormenta un rayo le tumbó las alas, lo que generó una gran alarma entre los atenienses, que atribuían tal hecho a la "furia" de los dioses, ante ello, el gran Pericles que gobernaba Atenas, con su gran ingenio de orador y político, arenga a la población diciendo: "Los dioses han cortado las alas a la Victoria, para que no pueda abandonarnos")

 Este monumento se erigió en 1924 para conmemorar los primeros cien años de la creación del estado de Nuevo León.

 En los festejos realizados el 7 de mayo de 1924, estaba previsto realizar a las 9 horas la colocación de la primera piedra de este monumento. El acto se llevaría a cabo luego del gran desfile cívico de las autoridades civiles, militares y ciudadanos del estado, cuya realización se prolongó hasta el cruce de las calles calzada Madero y Diego de Montemayor, donde se colocó la primera piedra del monumento ante millares de personas que se dieron cita en ese lugar.

 En el acto hicieron uso de la palabra el cónsul de México en San Antonio Texas. Renato Cantú Lara, también de origen nuevoleonés y el doctor Eusebio Guajardo, Gran Maestro de la Gran Logia de Nuevo León.

 Es el Monumento Conmemorativo al Primer Centenario de la autonomía política del Estado de Nuevo León. La escultura de bronce es una figura de un ángel femenino alzando una guirnalda colocado sobre una columna de cantera; el ángel mide aproximadamente 2 metros de altura y es de unos 600 ó 700 kilogramos. Su autor se desconoce.

 La base tiene 4 placas: En la placa oriente se recuerda al primer Gobernador de Nuevo León, José Antonio Rodríguez. En otra placa se habla del decreto 45 que concede a Nuevo León ser Estado de la Federación. En otra se lee sobre el Primer Congreso del Estado Libre y Soberano de Nuevo León y en la placa sur se hace alusión a los donantes del monumento (colonia neoleonesa domiciliada en San Antonio, Texas).

 No deja de llamar la atención que, en el año del bicentenario de la creación de Nuevo León como Estado Libre y Soberano, las autoridades gubernamentales hayan decidido restaurar el Arco de la Independencia y hayan dejado en el olvido este monumento que evidentemente requiere de mantenimiento.

 Sea como fuere, siempre será un ejemplo loable que los hijos de esta tierra, radicados en el extranjero hayan tenido la disposición y voluntad, atendiendo el llamado de su terruño natal para erigir un monumento que recuerda su tránsito de reyno al estado y el de súbditos a ciudadanos... ¡¡Enhorabuena Nuevo León!!